Capitulo 5: Comienza la Historia

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Si algo pudiese ser diferente... ¿Qué cambiarías...?

- Vamos... ¡Dame tu mano!

Yo, extendí mi mano con todo lo que podía dar, pues era lo último, además de dolorido, estaba exhausto.

Colgado de una mano en la parte más alta de un edificio de 13 pisos, un dolor agonizante, y el frío de la noche inyectándose en mis venas.

Mi brazo izquierdo, con el que me sostenía de la orilla se tambaleaba.
Estaba seguro que en instantes mi mano dejaría de sostenerse... y como narrado de una historia... ¡así fue!

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Kristh

- ¿Qué haces?

Natalie

- Eres un completo idiota...

- ¡Date prisa y sube!

Ella rápidamente había sostenido mi mano y me ayudaba a subir, mientras, podía ver cada uno de sus gestos, observaba su expresión facial al esforzarse por levantarme, a mí, un chico de 54 kg, podrá no parecer mucho, no obstante, para una mujer de esa contextura física... seguro debió ser algo difícil.

Sin creerlo ahí estaba... tirado sobre el techo de aquel edificio. Al levantarme con todas sus fuerzas, caí sobre mi hombro derecho... ¡Por suerte fue sobre el lado derecho!

No me lastimé al caer... Ella fue muy rápida.

Kristh

- ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué no solo me dejaste caer?

Natalie

- ¿Crees que suelo visitar a cada persona que muere?

- He venido a ti porque tengo un propósito. - Expresó muy seria. - Pero si así lo quieres te enviaré al infierno ahora mismo. - Añadió.

Kristh

- ¡Nooo! Espera un momento.

- De acuerdo, cooperaré contigo. - Suspiré.

Honestamente, no creo que haya un lugar más infernal que este mundo.

- Las muertes, las guerras, contaminación ambiental, decepciones, traiciones... ¡la tierra es el infierno!

Natalie

- Eso suelen creer los humanos. Al menos en su mayoría.

Kristh

- ¿Por qué estás aquí?

Natalie

- Acompáñame... Hay algo que quiero mostrarte.

Natalie

En el mundo, año tras año el ciclo se repite, humanos nacen, crecen, cometen errores, errores de los cuales no aprenden, tropiezan mil veces con la misma piedra, y así se deriva su vida.

Sin embargo, eso no es todo...

Kristh

- ¿Ah no?

Natalie

Las personas en la actualidad carecen de sentido humanitario. Mi Señor dijo en las escrituras "ama a tu prójimo como a ti mismo", pero ustedes, carecen totalmente de ese sentido, el suyo es un amor fingido, envuelto entre capaz, no es un amor trasparente como el de Dios.
Los humanos velan por si mismo, lo cual es un ideal egoísta.

- Y tú, Kristopher, eres uno más de ellos.

- Incluso en el último momento en compañía fuiste egoísta, y al final, tú-

Kristh

- Cállate... - Susurré dejando un espacio al final.

Natalie

Tú solament-

Kristh

- ¡CÁLLATE! - Grité.

Mis ojos cerrados, mi expresión tranquila, tratando de conservar la calma y... al igual que siempre, yo, contuve hasta la última de mis lágrimas.

Ella me observó, y mientras, yo me levantaba del suelo, poco a poco y a mi manera.

- Tú... no me conoces...

- No conoces nada de mí...

- Año 2004... Perdí mi otra mitad. Se fue, simplemente así, sin más, no dijo nada, solo recogió sus cosas, salió por esa puerta, y nada lo detuvo, no lo hizo la hora, no lo hizo la noche, ni la luna, incluso la soledad de las calles... y tampoco lo hicieron mis lágrimas.

- Pero, estoy seguro, que aquel día su corazón se fue triste y debió tener motivos para hacerlo.

- Y el destino, debió tener motivos para hacerme crecer... sin un padre que me enseñara, tantas cosas... ¡Cosas importantes!

- Pero que va. No fue así. Y los primeros 4 años de mi vida, los únicos años en toda mi vida en los que mi padre, mi madre, mi hermano mayor y yo vivimos juntos.

- Y todo lo que recuerdo de aquellos días, se refleja en la pelea de mis padres, y en los disgustos de mi madre.

- Desde entonces, cada vez que veo una familia, compartiendo juntos, yo... suelo espaciarme e imaginar a mis padres, mi hermano y a mí. Pero, esa no es la realidad.

- ¿Sabes...? Hay cosas que sólo puede enseñarle un hombre a otro hombre, y yo tuve que aprender de todos, excepto de la persona que realmente esperaba hacerlo... Pues cada vez que lo necesité... Él nunca estuvo.

Miles de personas tiran el valor de sus seres más importantes, cegados de la verdadera belleza, para algunos años después terminar arrepintiéndose.

No todas las personas que se tienen mutuamente se merecen entre sí.

Y yo, lo tenía y merecía a él, pero, me pregunto... ¿realmente él merecía tenerme?

¿Quién Soy Yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora