Capítulo V

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El chico rubio casi se cae de espaldas por la sorpresa... ¿Qué hacía Claus ahí? ¿Era amigo de Ness? Si ese fuera el caso, entonces el mundo era lo suficientemente pequeño como para permitir esta situación. Por otro lado, Ninten, quién se encontraba hablando con Paula, notó que Lucas lo llamaba en silencio desde la puerta de la cocina. Se despidió un momento de ella y fue hacia él.

—Te ves tenso, ¿qué ocurre?

—Entra, por favor —. Ninten obedeció y se adentró en la cocina—. Ness está aquí, y junto a mi hermano...

— ¡Pero si el que le gusta eres tú! —exclamó mientras fingía prepararse para golpear a su primo.

— ¿D-De qué estás hablando? ¡No me refiero a eso, Ninten! Además, y-yo no le gusto —susurró con un notorio rubor—. Mi hermano sabe que trabajo en esta pastelería y no quiero que...se lo mencione a Ness...No por ahora.

—Pero Ness no conoce tu apariencia...—dijo confundido.

—...Desde esta mañana, él y yo estamos en el mismo instituto y de paso, en el mismo curso.

—Vaya, el mundo sí que es pequeño —dijo soltando una risita—. Entonces, ¿necesitas mi ayuda?

—Sí, por favor —. Ninten asintió firmemente—. Necesito que detengas a mi hermano.

*

—Así que ya sabías de esta pastelería —habló un chico de ojos amatista.

—Sí, alguien cercano a mí trabaja en este lugar.

— ¿En serio? —. A Ness se le iluminaron los ojos, ¿quizá su amigo conocía a la personita detrás de esos pasteles? —. ¿Quién es? —preguntó emocionado.

—Pues...

— ¡Hey, chico!

—... ¿Ah? —Claus notó por el rabillo del ojo que alguien se acercaba a ellos, así que volteó un poco la cabeza y se encontró con un chico pelinegro de pañoleta roja—. ¿Quién eres tú?

—El jefe de esta pastelería —sonrió—. Ahora, ven conmigo —dijo mientras lo tomaba del brazo.

— ¿Qué? ¡No! ¡Suéltame!

—Mejor ríndete. Ninten tiene mucha fuerza —dijo Ness divertido. No sabía por qué Ninten se estaba llevando a su amigo, pero la escena le pareció tan graciosa que lo dejó pasar.

—Gracias por el cumplido, primito —. Una vez dicho esto, Claus fue llevado casi a arrastras a la oficina del pelinegro.

—Me pregunto si la chica de ojos azules estará de turno ahora...—suspiró Ness, sacando un lápiz y un papel de su mochila.

*

—No sé quién eres, y espero que tengas una buena razón para lo que estás haciendo —habló Claus.

—Ya te lo dije, soy el jefe de este lugar y también el primo de Ness —sonrió—. Además, sí tengo una razón. Tu hermano —. Claus lo miró con el ceño fruncido.

— ¿Qué pasa con Lucas?

—Pues, él no quiere que le cuentes a Ness sobre su trabajo.

—... ¿Por qué? —. Ninten se encogió de hombros.

—Ni idea —mintió.

—...Está bien —dijo cruzando los brazos—. Dile que mantendré mi boca cerrada solo si me da un cupcake de zanahoria—. El chico pelinegro soltó una leve risa—. ¿Qué es tan gracioso?

—Nada, es solo que...pensé que como su hermano, serías más entrometido —. El pelinaranja solo negó con la cabeza.

—Él es lo suficientemente grande para saber lo que hace —dijo mientras se daba media vuelta.

— ¿Sabes?... —preguntó Ninten—. Me agradas, ¿cómo te llamas?

—...Claus —respondió para luego salir y cerrar la puerta tras de sí.

*

Ness aprovechó que su primo se había llevado a Claus para intercambiar cartas con la chica de ojos azules. "¿Cuántos años tienes?" o "¿Qué te gusta hacer?" fueron preguntas hechas por ambos. Los minutos pasaron hasta que Ness vio cómo su amigo salía tranquilamente de la oficina de Ninten.

— ¿Qué rayos haces en el piso?

—Intercambio cartas con la persona que está adentro —respondió apuntando hacia la cocina. De repente, el de ojos amatista vio aparecer a su primo detrás de Claus.

—Hola y hasta pronto —dijo el jefe, entrando en la cocina.

— ¿Qué? ¿Qué está pasando?

—...Lo único que sé, es que comeré un delicioso cupcake de zanahoria en solo unos minutos—dijo Claus, entrecerrando los ojos con una leve sonrisa.

—No es justo —habló Ness, haciendo un puchero.

—Oye, tú obtuviste un batido y un bizcocho gratis.

—... ¿Cómo sabes eso?

—Solo lo sé y ya —respondió, encogiéndose de hombros.

El chico de gorra lo miró confundido. Si Claus sabía sobre eso, significaría una de dos cosas. O Ninten se lo había dicho, o conocía a la mente maestra detrás de los pasteles. No se le ocurrió una razón para que su primo hablara de ello, así que optó por el segundo pensamiento, entristeciéndose al darse cuenta de que todos parecían saber su identidad, menos él. Sin embargo, se alegró al recordar que había conseguido una pista antes de llegar a la pastelería. La carta que le escribió a aquella chica se encontraba en uno de los pasillos del segundo piso de su instituto, cerca de su salón. Eso quería decir que... ¡asistían al mismo lugar!



Ehm, bueno...me gustaría aclarar que he cambiado un poco el argumento de la historia, dándole una razón menos ambigua a Lucas del porqué de su secreto. Esa razón se explica en el capítulo IV para los que lo hayan leído antes de esta actualización.


Los votos, los comentarios y las sugerencias siempre son bienvenidos. Espero de corazón que les esté gustando. Gracias por leer ^^

Cherryvanilla [Nesscas - Earthbound/Mother]Where stories live. Discover now