Cherryvanilla [Nesscas - Earthbound/Mother]

Capítulo III

Ness se levantó de la silla, pero fue detenido por su primo

— ¿Qué? No, ¡espera! —dijo Ninten, tomándolo del brazo.

— ¿Qué pasa?

— ¿Acaso quieres que se desmaye? Aún no trabaja aquí.

—Pero lo va a hacer, ¿verdad? —lo miró casi amenazándolo.

— ¡Por supuesto!...—exclamó—. ¿No puedes esperar hasta el lunes? No se va a ir, mucho menos después de escuchar lo que dijiste.

— ¿Y cómo sabes que me escuchó?

—Por favor, Ness. Te conozco y sé que levantaste la voz a propósito cuando comenzaste a elogiar su bizcocho—dijo rodando los ojos. Ness se ruborizó.

—Pero quiero hablarle y agradecerle directamente por haberse tomado la molestia de hacer algo a mi gusto —. A pesar de decir esto, Ness ya había intuido que podría tratarse de una "prueba de admisión'' para la persona de ojos azulados. Y aun así, sintió la necesidad de darle las gracias, porque percibió algo más que solo pasar una simple prueba. Algo que fue capaz de sacarle una sonrisa apenas dio el primer bocado. Algo que fue hecho con el corazón.

En eso, un avión de papel llegó a la mesa en donde estaban los primos. Ambos lo miraron extrañados y Ness decidió tomarlo y desarmarlo.

"No fue ninguna molestia. Me hizo muy feliz saber que te gustó."

Ness formó una sonrisa con sus labios y siguió leyendo.

"A mí también me gustaría hablar contigo, pero ni siquiera trabajo aquí de manera oficial. Y honestamente, el nerviosismo que siento cuando te veo es inevitable, hehe"

El corazón de Ness se exaltó con esa última oración. ¿En qué sentido hacía sentir así a esta persona? Él quería saber, y lo peor... es que no sabía por qué.

—Ness, ¿estás bien?... —preguntó Ninten.

—Yo...

—Dame eso —dijo mientras le arrebataba el papel de las manos.

— ¡Hey, devuélvemelo!

—Oblígame —se alejó un poco mientras le sacaba la lengua e iba leyendo el contenido—. Oh, Ness, creo que tienes un admirador —sonrió maliciosamente.

—Cállate, Ninten —dijo, quitándole el papel.

— ¿Debería...arreglarles una cita? —. Ness solo rodó los ojos y guardó la carta en su bolsillo. Luego, miró nuevamente en dirección a la cocina.

— *Si eso es lo que quieres, está bien. Pero no podrás huir de mí para siempre* —pensó con una sonrisa de medio lado.

— ¿Por qué sonríes?

—Por el amor de Dios, deja de preguntar todo —dijo entre risas—. Oh, sí, ¿cuánto sale el bizcocho y el batido?

— ¿Por qué?

—Para pagarlo, Ninten —. Ness a veces se preguntaba si realmente era el jefe de la pastelería o no.

—Ah, no te preocupes por eso. El chef dijo que va por su cuenta —dijo cruzado de brazos.

—... No puedo. Quiero pagarlo, sino me sentiré mal.

—No —habló mientras negaba con el dedo índice—. Deberías aceptar un regalo cuando te lo dan, Ness.

—Pero-... —. Ninten negó con la cabeza—. Está bien, espera un poco —dijo, sacando un papel y un lápiz de su mochila para luego escribir algo—. Entonces, ¿puedes entregarle esto por lo menos?

—No hay problema —. En ese momento, Ninten pensó que era un mensajero del amor o algo por el estilo y no pudo evitar reírse de sí mismo al darse cuenta de ello.

— ¿De qué te ríes?

—No es nada... Esto es divertido, debería hacerlo más seguido —susurró. Ness alcanzó a escucharlo, pero solo lo ignoró.

Una vez que Ninten recibió la carta, Ness se despidió de él, no sin antes dar un último vistazo hacia la puerta de la cocina. Pudo notar que aún seguía entreabierta, y se preguntó si aquella persona de ojos zafiro lo había estado viendo durante ese rato. Volteó nuevamente la mirada hacia la salida, y se fue.