« ¿Hay algo más que estés buscando? »
Nix.
Cuatro años más tarde.
- Tranquilos - digo tranquila mientras miro a los gemelos que están llorando.
No me alcanzaban los brazos para tenerlos a los dos y la niñera me había fallado hoy.
El día que supe que estaba embarazada de gemelos fue el día que termine con Manuel, cualquier lazo afectivo.
No había estado para mí, solo fue un año donde sentí que realmente iba a funcionar para después verlo alejándose de mi cada vez más
- Cristian y Camilo - reto a estos dos que se estaban peleando.
Cuando escuchamos que tocan el timbre, mis dos hijos se ponen serios y juegan tranquilos.
Siempre me hacían lo mismo al venir visitar eran unos angeles.
Abro y mi mamá entra para apapachar a los gemelos.
- Yo también estoy bien ma - comento cerrando la puerta para después ir a la cocina a poner la pava.
- Te traje algo hija, creo que te va a importar si no es tan tarde - dice desde el living.
Me encaminó hacia dónde están los tres y veo que me extiende un papel.
- Anda a la pieza y léelo tranquila, yo cuido a mis nietos - la miro dudosa y ella me hace seña para que me vaya.
Hago lo que me pide, me siento en el ventanal y abro el papel para empezar a leerlo.
Querida Nix:
No sé cómo decirte esto, dios, siento mi piel de gallina al imaginarte leyendo esto, se que no vas a entender al principio pero a medida que vaya explicándote todo se que vas a odiarme o no.Creo que el día que te ví en la exposición de Villa Gesell supe que tenías algo que quería pero lo ignore, cada momento que pasaba mis sentimientos se intensificaban.
Puedo decirte que te quiero y podría jurar que llegaría a amarte pero sos de mi hermano y no puedo hacer más que amarte en silencio.
Simplemente la moneda no cayó de nuestro lado y capaz que era algo así como "el destino" pero que se yo.
Puedo admitir que te guardo poemas que nunca leerás y es que por vos me convertí en poeta.
Ante mis ojos tenía arte y quería describirlo de la mejor manera.
Te quiere tres mil.
Valentín.
Dejo de leer con los ojos llenos de lágrimas, nunca hubiera imaginado que Valentín estuviera enamorado de mi.
Tome mi celular y llamé al número que tenía, esperanzada que su número fuera el mismo.
Al escuchar su voz del otro lado sonreí.
- Tarde demasiado en leerla, perdón - dije con un hilo de voz.
Un silencio se escucho del otro lado y por un momento pensé que me había cortado.
- Te espere todo este tiempo, ya no hay vuelta atrás - concluyó haciéndome sonreír.
Había esperado por mi.
Aunque fuera incorrecto e impensable.
El me amaba y yo lo iba a hacer.
Después de todo ahora estaba contándole esto con felicidad a mis amigas mientras amamantaba a Elizabeth, la hija que había tenido con Valentín.
Fin.
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Melifluo × wos
Short StoryLas galerías de arte siempre habían sido para aficionados de ella, a excepción de algunos