—¿Así que, lees mentes?
Estaba yo por esos momentos, dirigiéndome a la casa de un amigo cercano, mi novia me había echado de nuestra casa, del lugar en que aviamos comprado los dos como un reglo de gratitud, independencia y confianza mutua mientras estábamos en nuestros más pesados momentos de estudio universitario. Como él vivía medianamente cerca, tuve que usarlo como un recurso de última hora, solamente tenía planeado quedarme ahí unas semanas, por lo menos hasta que pueda conseguir un empleo digno para subsistir adecuadamente. Ni hablar de mi familia que ya desde mucho tiempo que no recibí mensaje o llamada de ella, supongo que se olvidaron que tenían un pariente en el extranjero por lo tanto no podía contar con eso, y tampoco tengo las ganas de verles las caras.
En el momento que llegue y toque sutilmente la puerta de Aleksi (mí amigo), el me abrió como de costumbre con unas bunas ojeras y masticando un bizcocho que seguramente era de la panadería que está cerca de la facultad. Extendió su brazo izquierdo y me dio la bienvenida resaltando lo mucho que extrañaba mis visitas desprevenidas.
—Y dime, cuéntame que es lo tan preocupante que necesitas de mí para poder resolverlo y así darte una mano metafórica —menciono apenas trago su bizcocho con una sonrisa pícara como intentando decir que estaba dispuesto a ayudarme, también me podía estar regañando ya que solamente me acorde de su existencia cuando estaba en un aprieto—. Entra y disfruta ya que hoy inusualmente tengo la noche libre.
—Qué suerte tienes, yo tengo examen de metafísica la semana próxima y el semestre próximo tengo que presentar la tesis —dije mientras entraba en su casa mostrando una cara de mal rollo.
—Supongo que adelantarse a las cosas no es lo tuyo, mientras puedas terminar todo a tiempo y logres aprobar no veo porque hay que preocuparse después. En mi caso yo ya termine de hacer los exámenes y me falta bastante poco para terminar con el proyecto final y ya estoy a un año de graduarme.
Entonces recordé la forma en la organizaba y administraba su tiempo, siempre intentaba adelantarse lo más posible a los hechos que se aproximaban, no sé cómo lo hacía pero casi siempre le funcionaba y les puedo asegurar de que no es ningún genio ya que uno le pones algún problema de matemáticas y probablemente no lo pueda resolver, tampoco se puede decir que tiene un deseo particular en la renovación del mundo, sabrá muchas cosas pero al momento de darle una incógnita o enigma se revolcaba y demuestra lo normal que es. Es esos momentos yo tenía aun la idea de que seguía con sus sueños de ser un arquitecto, en nuestros años de primaria recuerdo que a donde fuese, estaba acompañado por un gran olor a aserrín y las manos le pesaban de astillas clavadas jugando con la madera. Casualmente entraba en su hogar con mi cara de no dormir por tanto estudio.
—¿Sigues con tus aspiraciones a la arquitectura? —pregunté sin ninguna razón pensando de que la respuesta estaba ante mis ojos.
—Más o menos, pero la verdad de que ya abandone el sueño de ser un arquitecto. Ahora estoy estudiando programación y letras, también me concentré en las artes platicas como el dibujo o la escultura.
—¿Y porque de repente tomaste esa decisión?
—Por nada en especial.
—No es algo que te pueda decir tan despreocupadamente mi querido amigo, me alegra que estés conmigo y eso, pero todavía hay cosas que no puedo decirte —escuche retumbar en mi cabeza, esto de poder leer la mente de los demás al principio puede ser algo dulce y agradable al sentirte poderoso ante los demás. Sin embargo cuanto más consumas de él más difícil se te hará la vida y menos ganas de querer seguir con semejante poder tendrás, lo odiaras a final de cuenta.
«Claro, tu eres el único que se animaría a ocuparse de varias carreras a la vez y tener tiempo aun de poder hacer algún que otro hobby» pensé guardándome las ganas de decírselo.
Hablando de mi «Habilidad», me acuerdo cómo es que me di cuenta de que tenía esta cosa en mi organismo. Como todas las cosas, esto tiene unos comienzos un tanto confusos, en este caso, todo esto comenzó desde que nací, siempre tuve esta maldición corriendo por mi sangre la cual daría lo que fuera por hacer que desapareciera de mí. Desde niño, mis padres tenían miedo de mí por alguna razón, pensando siempre que mi potencial era un verdadero peligro. Al final los tuve que manipular mentalmente para que olvidasen que yo alguna vez poseía esta anomalía, pero fue duro ver como ellos me abrazaban y me daban besos en la mejilla pensando que yo era un chico normal, como cualquier otro, cuando la verdad era de que yo les había metido esas ideas en la cabeza y que cada vez que alguien descubría mi secreto le terminaba borrando esos recuerdos. Algunas veces se me pasaba de las manos y terminaba haciendo un verdadero desastre, una vez le borre por completo la memoria a un comerciante al pillarme hablando directamente con sus pensamientos (o sea contestando e iniciando una conversación con lo que él estaba pensando, yo por aquellos tiempos no lograba distinguir bien entre lo que uno pensaba y lo que decía) a decir verdad muy astuto el sujeto, pero desafortunadamente termino divagando por todo el mundo intentando recordar quien es, encerrado en una nigromancia, sí, yo soy el mal espíritu que se metió donde no debía.
Mis errores claramente no se pueden enmendar, yo solamente quería que nadie me tome como abominación que influye daño a todos. Mi egoísmo me llevo a cometer cosas bastante malas que nadie en este mundo podrá perdonar. Actualmente me encuentro estudiando filosofía como para aprender un poco mejor a las personas y lo importante que son nuestras acciones y las consecuencias que liberan, aparte que (además de la psicología o la ética) le entra muy bien a mi personaje.
Los dos nos encontrábamos en el pasillo que nos dirigía al salón principal de la casa, ya estaba por detrás que Aleksi mientras él estaba con una paleta en la boca (nadie sabe hasta día de hoy de donde proviene esa paleta) guiándome por su casa ya que no me acordaba del todo bien como estaba la distribución de las cosas en su hogar, eso me hizo sentir un tanto raro. Hablando de raro, me acuerdo como un aroma emanaba de alguna parte, el cual no lograba identificar de donde provenía o que lo generaba. Acaecía un olor tanto dulce pero luego cambiaba a uno tremendamente sucio y desagradable, luego me pude dar cuenta que en realidad tomaba la fragancia que nosotros queramos por lo tanto no tenía unas características en específico del cual saber que era o que capacidades podía tener. Mi amigo me miro con una cara de sorpresa, como si algo inesperado lo habría envuelto y eso traería muchas malas noticias.
—¡¡Hay no!! Nunca pensé que tuvieras esas características, ¿ahora qué hago?
Para ese momento me encontraba bastante confundido de lo que estaba pasando y obviamente no tenía ni la más mínima idea de lo que estaba a punto de suceder.
—Creo que no tengo otra opción que decírselo.
—¿Decirme que Aleksi? —dije un poco harto de la tensión que se estaba generando sin importar lo que pueda pasar.
—Que empieces a relatar esto en un tiempo presente, tu sabes que no me gusta el pasado —dijo mientras veía como unas extrañas cosas desprendían de su espalda y me enredaban sin dejarme oportunidad de escapar—. Ahora dime una cosa, ¿Así que, lees mentes? —menciono mientras poco a poco mis neuronas se apagaban. Me estaba durmiendo—. Uno a veces se sorprende de lo poco que puede saber del mundo —fue lo último que pude escuchar.
Luego de eso, desperté de nuevo en mi habitación nuevamente.
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Como siempre, espero que este pequeño escrito les haya gustado. Tenia planeado hacer de esto un pequeña novela pero creo que me lo pensare un poco m
ás. L
a letra en cursiva son pensamientos de los demás personajes :P. Ahora si, nos leemos pronto.
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Cuentos Y Demas
RandomCosas que salen de mi mente y quedan plasmadas en letras novatas, no miren mucho porque sino su fragilidad de quiebra, como una copa de cristal.