Laconismo

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#1

La Sombra de María Antonia García

Una mujer sin alma miraba
en mares tintosos, densa nadaba
y caminaba.
Entre los jardines de Babilonia,
María Antonia la llamaban.

En el deseo de su virtud,
palpitando, en magnitud propia.
Su sendero candente,
la mujer, no sabría escribir
más palabras de su mente.

Boca arriba la luna femenina,
en el ocaso de su existencia divina
de su bondad partía
y su verdad yacía.
Perfecta, Antonia García
amaba su sombra luterana.

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