Capítulo 09 💖

18K 1.8K 765
                                    

Sonrisas y hoyuelos

***

—Deja de hacer eso, me perturba. —Me sermonea Yoongi, mientras unta una de sus papas en su porción de salsa roja.

—Esta cosa me aprieta los dientes. —Desde que llegamos al restaurante no he hecho otra cosa más que mover la quijada. Todo está delicioso, pero no lo disfruto como debería porque estos putos brackets me fastidian.

—Bien, entonces no comas y espera en el auto. Yo tengo hambre. —Se dispone a quitarme mis platillos de carne, pollo y papas. No obstante, le clavo una amenazadora mirada.

—Es mío, perra, ni te atrevas.

Rueda los ojos exasperado y vuelve a su lugar. Nos nos iremos de aquí por lo menos hasta que me sienta satisfecha.

Tengo que comer como abuela si no quiero que una de estas cosas se me aflojen. Yoongi ya lleva rato mirándome extraño por la forma en que como. No hace otra cosas más que masticar y fruncir el ceño mientras yo mastico como la persona más delicada.

—Recuerdame no comer contigo nunca más después de cada sesión.

—Si tuvieras brackets entendieras mi dolor. Aunque, bueno, con los dientes que tienes, los brackets ocuparían toda tu mandíbula.

—Alguien está buscando que la deje sola, ¿verdad? —Usa un tono suave, pero hipócrita.

Niego de inmediato, no quiero irme a casa, aquí estoy bien.

—No, Yooguito alcachofa, me voy a portar bien. —Por Dios, me siento ridícula. Muevo mi charola a lado de la de él. Me pongo de pie y tomo asiento a su costado, tengo que empujarlo con la cadera para que me dé un espacio—. Está bien, te regalo mi chorizo, así no te irás.

Recorro con la vista toda la charola. Estoy a punto de buscar abajo de ella, eso es absurdo, un chorizo no puede estar ahí. Yoongi tampoco tiene el suyo. Aquello me hace recordar la parte en la que me estaba preguntando si me iba a comer el estúpido pero sabroso chorizo. Maldita sea, fue él. Y se ve tan tranquilo.

Le doy un fuerte manotazo en el hombro. Joder, es que debo zarandearlo por un largo rato. No me importa si soy exagerada, se trata de comida, la comida es sagrada.

—¡Fuiste tú, maldita alcachofa!

—¿Qué? —Y todavía protesta el muy zorro—. Pregunté si te lo ibas a comer, no me dijiste nada. Y deja de llamarme alcachofa, no soy la puta alcachofa.

—Obviamente no escuché, y obviamente no te lo iba a dar, genio.

—Ya me lo comí, si lo quieres debes esperar a que vaya al baño.

Qué asco, por Dios.

—Genial, me quedé con las ganas. No los venden por unidades, no puedo hacer otro pedido.

—Entonces toma el de acá.

Mi mente divaga por unos segundos. ¿A qué se refiere si no tiene otro? Cuando me doy cuenta que intenta ocultar una sonrisilla mientras come, sé a lo que se está refiriendo.

No puede ser, el jodido de Yoongi salió igual de perverso que cualquier otro chico de su edad. No me juzguen, con esa expresión de «me apesta la vida» juro que pensé que no era de esos temas. Ya es la segunda vez que insinúa algo de ese calibre.

Que una carita de gatito paliducho no te engañen.

Arqueo las cejas, entre incrédula y con ganas de soltar una carcajada. No me mira, sin embargo, sigue haciendo un gran esfuerzo por no reírse al tiempo que se debora una papa untada en salsa.

El último estante » Min Yoongi [#1] [Completa] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora