Capítulo 15 💖

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Caídas y apuestas

***


La tal Jung-ah es quien me abre la puerta luego de tocar el timbre. Me recibe con una amable sonrisa, de la que respondo con una leve inclinación. Avanzo un par de pasos por el vestíbulo hasta encontrarme a Shelmy echada en el sofá con una bolsa de comida chatarra en sus piernas y un pijama bastante enorme para ella. Voltea a verme con simpleza. Bufo de la molestia. Se supone que ya debería estar vestida. ¿Y dónde rayos está Charlie? Ya perdí la cuenta de cuántas veces me ha llamado en la puta madrugada para invitarme a andar en bicicleta a la plaza. O más bien que la lleve. Y yo, como buen samaritano, acepto.

Si bien, las noches en el bar son cansadas, y con Charlie llamando en la madrugada es peor. Debo recordar darle un buen grito a la estúpida de Shelmy por todo esto. Aparte, yo también soy horrendo gillipollas. ¿Por qué contesto, mierda? Tranquilamente puedo dejar el móvil en silencio y pretender que no tengo idea de que una niña de seis años me llama entre las tres y cuarto a tres y media.

—¿Qué hay, viejo?

Cruzo los brazos, la miro como si estuviera a punto de sermonerla. Nunca la había visto tan horrenda como hoy.

—Deberías estar vestida. No vine aquí a perder el tiempo.

—Creí que ir a la plaza a andar en bicicleta era perder el tiempo. Tú lo dijiste.

—Pero acepté. Muévete ya.

Se pone de pie como un resorte, sonriente. Agarra mi brazo súbitamente y me obliga a caminar junto con ella. Un par de pasos a las escaleras y me encuentro con Charlie. Lleva una bata de baño rosada. Supongo que ella al menos ya se estaba vistiendo.

—¡Yoongi! —Feliz, corre a abrazar mis piernas. Levanta la barbilla—. Has llegado.

—No, ya me he ido.

Se ríe. Oh, vaya, tiene un diente menos en la parte de abajo.

—Eres gracioso.

—Charlie, ve a terminar de vestirte, Yoongi te llevará a la plaza con tu bicicleta —le dice la rubia. Incluso ella también se ve feliz por esa simpleza. Es bastante notable el cambio y la forma en la que se dirige a la menor. Aún recuerdo aquella vez en que le gritó hasta hacerla llorar.

—¡Sí! —Se vuelve nuevamente a mí—. Voy a ponerme muy guapa. Espérame aquí, Min Yoongi.

Sube rápidamente las escaleras, con la ilusión a flote. La siguiente en subir y arrastrarme con ella es Shelmy. Una vez en su habitación me suelta y me deja hacer todo lo que quiera. Eso es lo que he entendido las veces que he ido a su casa. Me lanzo en un lado de la cama, llevo mis brazos cruzados atrás de la cabeza y observo a ese espécimen buscar entre su armario. Joder, no vamos a un desfile, ¿por qué tanta exageración?

—¿Qué debería usar? —me pregunta.

—La de oro.

Rueda los ojos.

—Es obvio que te pones lo primero que encuentras.

—¿Qué tiene?

—¿De niño te golpeaste la cabeza?

—Dos o tres veces.

—Con razón. Eres tan seco —repone mientras busca en la desenas de blusas que cuelgan.

Me muestra algunas de sus tantas elecciones. Al principio le sugiero cualquiera para que se apresure, pero al poco rato me lo tomo más en serio y procuro elegir algo que sea de mi agrado y que termine siendo para ella también. Después de bromear en que debería vestirse frente a mí, entra al baño para hacerlo. ¡Solo fue una broma, no piensen mal, jodidas puercas! Sale con una falda short de cuadros amarillos y negros, un abrigo negro, zapatilas deportivas y unas medias de color gris que le llegan a las rodillas. Se da la vuelta frente a mis narices como para deleitarme con su look. No me hace ni cosquillas. Al notarlo, su cara de odio reluce. Me reclama con la mirada. Yo simplemente sonrío malicioso.

El último estante » Min Yoongi [#1] [Completa] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora