Capítulo 2

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- ¡Quédate quieto!- gritó por milésima vez JongIn, el chico lo tenía harto, primero, casi le arranca un brazo, segundo, destrozo su camioneta y tercero, no dejaba de pelear. Habían estado tratando de sacarlo del carro por aproximadamente veinte minutos, el chico se aferraba con uñas y dientes. Chanyeol decidió desamarrarlo durante el camino haciéndole prometer que dejaría de arañar el auto, el niño cumplió. Pero cuando llego la hora de bajarlo todo se fue a la mierda.

- ¡No!_- gritó el muchacho- Déjenme ir, prometo dejar el territorio y no volver jamás- ese era el discurso de Luhan cada vez que lo atrapaban, funcionaba algunas veces...no en la mayoría pero si en algunas.

- Dile eso al Alfa, ahora ¡Bájate!- JongIn dio un último jalón a la pierna de Luhan logrando que el chico se soltara del asiento y saliera del auto, por desgracia para el cachorro, el movimiento fue tan brusco que termino con la cara pegada al suelo.

- Auch- Luhan estaba seguro de que eso dejaría un chichón.

- No seas llorón, vamos- el Alfa sin ninguna delicadeza levanto a Luhan del suelo, obligándolo a sostenerse sobre sus dos pies.

El golpe en la cabeza había desorientado al omega por lo que su capacidad de resistir y pelar había bajado a cero, por ahora era mejor concentrarse en no caer de nuevo, ya bastante le dolía como para sumar uno más. Los Alfas lo guiaron por un camino de piedra que atravesaba un hermoso jardín, estaba lleno de flores de todos colores, había árboles enormes rodeando la casa, podía observar como las mariposas revoloteaban de flor en flor debía admitir que era precioso. Lástima que lo que estaba al final del pasillo no fuera tan lindo, Luhan estaba seguro que lo obligarían a hacer cosas terribles, en su tiempo como rebelde había aprendido que había buenos y comprensivos Alfas que sabían lo que era la desesperación causada por el hambre que te llevaba a hacer cosas de las cuales nadie estaría orgulloso, pero había otros que se enfurecían y hasta parecía que descargaban todo su odio contra él, aún recordaba cuando fue atrapado en una ocasión y lo obligaron a trabajar en las cosechas día y noche, bajo el fuerte sol sin una gota de agua. Gracias a los Dioses pudo escapar, sino, no sabía que habría sido de él. Y ahora no le quedaba más que rezar para que le tocara de los Alfas buenos, pero por si acaso ya estaba ideando el plan B en su mente.

- ¿Qué crees que Sehun haga con él?- pregunto el más alto de los tres.

- No lo sé, Chanyeol, pero ojala sea un buen castigo, todavía me duele el brazo- dijo el moreno con una mueca en su cara, era una nenita, ni siquiera lo había mordido tan fuerte.

- Creo que sólo lo haremos perder el tiempo, quizás sea mejor idea dejarlo ir- bueno, Luhan había decidido que el tal Chanyeol le agradaba más, si pudiera abrazaría al chico.

- Ni lo sueñes, si estuvieras en mi lugar harías lo mismo- y ahí va de nuevo la nenita, Luhan quería golpearlo.

- Tu brazo ya está bien, además míralo, es sólo niño- Chanyeol volteó a verlo por lo que Luhan aprovecho para hacer la más tierna de sus caras, los pucheros eran su especialidad.

- Dije que no- habían llegado a la entrada de la gran mansión, JongIn golpeo la puerta dos veces sin dejar de hablar- estoy seguro de que Sehun no será tan rudo con él.

Esperaron unos segundos, que para Luhan fueron horas, hasta que por fin se abrió la puerta. El omega quedo con la boca abierta, el hombre que abrió la puerta era el tipo más grande que el cachorro hubiera visto jamás, además de ser condenadamente enorme, sus hombros eran tan anchos que seguro tenía que pasar de lado por las puertas, y sus brazos...Dios, estaba seguro que podría partirlo a la mitad con sólo una mano, esas cosas eran enormes. El gran hombre paseo su mirada entre los dos Alfas hasta detenerse en él. Luhan se sintió diminuto bajo su mirada.

COMPLETO -HunHan-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora