Capítulo 4

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Luhan se sentía flotar en una nube, literalmente. El colchón bajo su cuerpo era tan suave que bien podría hacerse pasar por una nube. Seguía sin poder creer que la noche anterior estaba imaginando estar en una cama rodeado de suaves almohadas y esa noche, él estaba sobre una rodeado por un montón de ellas. Era feliz. Y ni hablar de la pijama, no recordaba haber sentido algo tan suave, literalmente se estaba derritiendo dentro de esa camisa y pantalones de algodón, lo único un poco incómodo era la ropa interior ya que no estaba acostumbrado a llevarla pero daba igual, le alegraba traerla puesta.

Después de revolcarse en la cama y saltar alrededor del cuarto, revisando que más podría haber, se cansó, así que se acomodó en la cama, sentó a los peluches a su lado y encendió el televisor, tardo unos minutos en recordar cómo se usaba pero aprendió rápido. Se encontró viendo algunos clásicos de Disney, como Bamby, era un venadito muy torpe pero adorable, y su amigo, el conejo era bastante gracioso, no pudo evitar llorar cuando el padre murió, era injusto, primero le quitaron a su madre y luego a su padre, incluso en los dibujos animados el mundo era cruel. La siguiente película que vio fue la de Los Increibles, su personaje favorito había sido Jack Jack, los poderes del bebé seguro eran los mejores. Así se la pasó toda la noche, de película en película, no supo a qué hora se quedó dormido.

Mientras tanto en la otra habitación se encontraba el Alfa a la mitad de una paja, sentir el cuerpo caliente del omega contra el suyo le había hecho mal, el abrazo había sido tan tierno y sin ningunas dobles intenciones que hasta se sentía un poco culpable por excitarse con algo así, pero su cuerpo había reaccionado, aunque había intentado bajar su calentura con un baño de agua fría, fracaso, ya que se imaginó al omega lamiendo las gotas de agua que se resbalaban por su cuerpo, por lo tanto lo único que le quedo fue acostarse en su cama y darse placer a sí mismo.

Algo así nunca le había pasado a Sehun, muchos omegas siempre intentaban seducirlo, portándose "sexys", vistiéndose de una manera muy poco apropiada, pero por alguna razón todos los omegas creían que eso era lo que a él le atraía, así que nunca tuvo una erección tan repentina como esa, nunca se había excitado con un gesto tan simple, incluso a veces se le dificultaba que se le paraba, y no, no era porque estuviera enfermo o tuviera problemas eréctiles, la razón era más sencilla que eso, algunos en el intento de seducirlo cruzaban la línea de lo vulgar y eso no le agradaba para nada a su pene, que hasta parecía querer escapar cuando veía tales cosas, pero con Luhan, la cosa era totalmente diferente, era tan inocente, tan tierno, el brillo de sus ojos cuando veía algo que le gustaba, su hermosa sonrisa, eso sí que le interesaba a su pene.

Estaba tan jodido. Luhan prácticamente era un niño, pero claro, su cuerpo parecía no ser consciente de ello. Un gruñido escapo de su garganta cuando apretó la base de su miembro, imaginar que esa mano era la del omega sólo hacía mejor las cosas. Acarició más y más rápido su miembro, se sentía cerca, tan cerca, intentaba acallar lo más que podía sus gemidos, no quería que el omega lo escuchara, pero en cambio él si podía escucharlo reír en la otra habitación y cuando el chico soltó una carcajada no pudo evitar correrse. Jamás pensó que tendría un orgasmo por una risa, ¡Una risa! No sabía cómo podría aguantar dos años más para reclamar al cachorro, pero debía hacerlo, la otra opción sería mandar lejos a Luhan y él no estaba dispuesto a hacerlo.

Miro su pene flácido, al menos ya había arreglado su problema, ahora sólo tocaba bañarse, y deshacerse del lio pegajoso que había hecho. Suspiró fastidiado, sería mejor limpiar todo y dormir, mañana tenía una cita con su omega, como Luhan era un cachorro, no podía sentirlo como un compañero hasta que cumpliera dieciocho, por lo que tenía que conquistarlo poco a poco. El primer paso sería mañana, en su cita, no hay nada mejor para aligerar el ambiente que correr y divertirse de la forma más natural posible, sin mencionar que su lobo estaba muy curioso por conocer al lobito que era Luhan, seguro era hermoso, ya podía imaginárselo. Mañana sería un día grandioso.

COMPLETO -HunHan-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora