Capítulo 9

715 81 3
                                    

Pronto sería el cumpleaños de Luhan y Sehun no tenía idea de qué demonios regalarle. Por fin se había cumplido un año de que el pequeño se integró en la manada, un año de aventuras donde se dedicaron a conocerse más a fondo, se ayudaron mutuamente, aprendieron cosas nuevas juntos y se demostraron su amor, después de que el Alfa le dio su primer beso al menor se vinieron muchos más, los labios del omega eran tan dulces que pronto Sehun se encontró siendo adicto a su sabor.

Las primeras veces Luhan seguía mostrándose muy tímido, sí Sehun no tomaba la iniciativa no pasaba mucho pero desde el día en que el omega se "aprovechó" del Alfa mientras dormía en su oficina las cosas cambiaron. Sehun recordaba el momento como si fuera ayer:

Sehun había estado trabajando todo el día, una familia de Betas había tenido una fiesta, habían tomado tanto que se salió de control, tuvo que mandar a tres de sus patrullas para poner las cosa en orden. Después de arreglar todo venía la parte aburrida que es donde se encontraba el Alfa actualmente, preparando el papeleo, debía escribir cartas de disculpa en nombre de sus Betas por los problemas que habían ocasionado además de pensar en sus castigos por tal acto de irresponsabilidad. Los cambia formas eran difíciles de emborrachar, sólo Dios sabía cuantos barriles de cerveza se habían tomado para llegar a tal estado de embriaguez.

Estaba exhausto. Sólo quería ir al cuarto a dormir y a acurrucarse con su pareja pero no, aún le faltaba una pila de documentos por terminar. Estúpidos Betas.

Luhan estaba dando vueltas en la cama, su plan inicial había sido quedarse despierto a esperar a su Alfa, estaba muy acostumbrado a dormir rodeado con su calor por lo que era extraño dormir sin él, sin embargo, ya era muy tarde, sus ojos habían comenzado a pesar así que sin más remedio que abrazarse a la almohada que Sehun acostumbraba a usar y dormirse.

Ya lo vería en la mañana.

Cuando el omega despertó se encontró solo en la cama, no sentía el olor de Sehun en el cuarto por lo que estaba seguro que no había dormido allí, Luhan suspiro. Ya sabía dónde estaba.

El omega salió de la cama y se dispuso a encontrar a su pareja. Como pensó estaba en su oficina dormido sobre un montón de papeles, su Alfa siempre se excedía con el trabajo.

Luhan se acercó dispuesto a despertarlo, seguro le dolería la espalda por estar tanto tiempo en esa posición encorvada. El Omega miro a su compañero, Sehun se veía hermoso mientras dormía, parecía tan tranquilo, como si nada lo perturbara, el menor extendió su mano para acariciar suavemente cada una de las facciones de manera suave. Sehun era muy atractivo, sin mencionar que su personalidad aunque algo posesiva lo tenían cautivado, Luhan era muy afortunado.

Sus dedos rozaron los labios del Alfa, estos se encontraban un poco separados dejando escapar pequeños ronquidos, tan lindo. Luhan se pasó la lengua por los labios, estos habían comenzado a picar con ganas de probar los contrarios. Sus mejillas se encendieron. Era muy vergonzoso pero Sehun estaba dormido y no se daría cuenta. Volteándolo a los dos lados para asegurarse de que nadie lo veía se inclinó suavemente sobre el Alfa y atrapó sus labios en un dulce beso. Corrientes eléctricas llenaron el cuerpo del menor, las mismas mariposas de siempre lo invadieron, había comenzado a mover los labios cuando sintió a Sehun moverse, de un salto se separó.

Sus mejillas estaban rojas cual tomate, ¿Sehun lo había visto? Dios, qué vergüenza. El Alfa se movió un poco en un intento por acomodarse mejor pero al parecer seguía dormido. Falsa alarma. Había estado cerca.

Lo más inteligente sería despertar al Alfa y llevarlo al cuarto seguro se sentía incómodo allí, él iba a hacerlo....después de otro beso. De nuevo se inclinó dejándose llevar por aquellos labios esponjosos, esta vez sí movió los labios probando más a fondo, la adrenalina de ser descubierto hacía más emocionante las cosas. Se separó cuando el aire le hizo falta para encontrarse nada más y nada menos que con un Sehun mirándolo con una gran sonrisa. Una vez más los colores le subieron al rostro.

COMPLETO -HunHan-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora