Capítulo 3: Poniendo las cosas en orden

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Al día siguiente era el famoso "ombligo de semana" miércoles, la castaña se encontraba en su habitación arreglando una maleta pequeña pues estaba en puerta el día de su alumbramiento.

-¿Crees que deba empacar mucho? ¿Olivia?–Dijo al teléfono que sujetaba entre su hombro y su oreja-

-Sigo aquí cariño, lo siento. Tengo mucho papeleo –un suspiro se escuchó al otro lado de la línea- no empaques mucho a lo mucho algo para 4 días ¿estas usando la faja que te mande?

-Si pero ¿no te parece algo rara? Digo me aprieta un poco la espalda y mi panza se siente un poco levantada

-Esa es la idea mi amor, le ayuda a tu espalda para que no lleves todo el peso, yo hubiese querido una cuando me embarace de Jack –rio- ¿Estas asustada?

-Un poco, sé que no estoy sola pero tengo sentimientos encontrados. –murmuro-

-Deberías dejas de pensar en ese imbécil cariño, solo te uso y boto, No dame aquel portafolio.

-Auch –Soltó ella con verdadero resentimiento dejando de hacer la maleta- Sé muy bien que fue así pero no tenías que decirlo así, necesito apoyo no que me digan lo obvio.

-Lo siento. Mira todo saldrá bien, seré de las primeras personas en estar ese día para ti y Bárbara, yo no te juzgo, no podría hacerlo después de todo mi hijo llego a mí en condiciones parecidas, aunque es una pena que la nena no sea de mi hijo –se carcajeo- Por ahora te dejo nena, tengo mucho trabajo, nos vemos.

-Nos vemos –colgó- Supongo que ya tengo todo listo, ah casi lo olvido –fue hasta una cómoda blanca con tallados de flores en tono gris donde abrió un cajón y saco unas prendas para recién nacido en tonos blancos y bordados en verde, sonrió para sí misma- Ya quiero verte

El timbre de la casa la saco de sus ensoñaciones, el nerviosismo que recorrió su espalda también fue percibido por la pequeña que aguardaba en su ser quien le dio una patada y ella se quejó quedamente, camino hasta la puerta principal, uso la mirilla de la puerta y vio Danna junto con Emily quien había cambiado su look rosado a uno más natural se lo había teñido de un color mandarina, aun indecisa abrió la puerta.

-Hola –susurro-

-¡Bárbara! –chillaron a unísono y luego vieron el estómago de la chica- ¿Cuándo?

-Calma, les diré todo pero primero pasen –se hizo a un lado para dejarlas pasar en ese momento una chica de cabello castaño apareció por el pasillo- ¡Laura!

-Hola, tu hermano me pidió que te subiera esto dijo que ya no le daba tiempo a despedirse de ti que tenía que ir a ver a un amigo –le sonrió la mujer-

-Gracias eres tan dulce, es una pena que tengas novio me encantaría tenerte de cuñada –tomo una bolsa de papel que ponía en ambos lados Subway-

-¿Qué cosas dices? –se sonrojó- Tal vez si Marco no existiera en mi vida pero lo hace

-¿Quieres pasar? llegaron unas amigas y entre más seamos mejor

-No linda estoy bien, debo terminar una pintura para la galera de los Quintanilla, me costó mucho conseguir un lugar y no lo quiero desaprovechar, será la próxima –le dio un beso en la mejilla y luego hizo un gesto con su mano y bajo el timbre de su voz a uno meloso- Adiós bebé

La chica fue hasta el final del pasillo y se metió en su departamento, luego ella entro al que compartía con su mellizo y cerró, encaro a sus amigas quienes aun aguardaban de pie en medio del salón

Sueños Sexuales de una Virgen II: ReencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora