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— Perdóname hija mía, la soledad me está matando y se que eso me costará mucho— expusó un hombre de mediana edad, el cual estaba molesto consigo mismo. Él mantenía a una bebé la cuál se encontraba en una canasta observando cada acción de su padre, sin entender la situación.

  La bebé solamente tenía dos meses de vida en este mundo, sin embargo eso no pareció importarle al mayor, quién dejó a la recién nacida frente a las puertas de un orfanato y siendo resguardada con un collar. Aunque no lo parecía, a él le costaba dejarla y más en un lugar como ese, sabía que se arrepentiría muchísimo de la decisión que estaba tomando pero ya no sabía que más hacer, él estaba desesperado.

  Neflyte es el padre de la pequeña bebé, no podía conservar a la niña aunque él quisiera, su tristeza lo había consumido dejándolo en un estado de depresión, extrañaba demasiado a su difunta esposa Anne. Ambos habían prometido cuidar a su hija cuando estuviese en sus manos pero, todo había cambiado hace algunos días atrás, donde la mujer que más había amado le habían arrebatado la vida.

  Él mayor temía mucho por la seguridad de la bebé, debido a que él se desahogaba destruyéndo casi todo lo que se encontraba en su hogar y no podía dejar que sus impulsos le ganarán e intentar matar a su propia hija solo por ser un recuerdo de su madre, nunca se perdonaría haber tomado está decisión pero en lo más profundo de él, sabía que era lo mejor para ella.

  En la canasta donde se encontraba la pequeña bebé yacía un pequeño papel con el nombre de '' (T/N) '', nombre que había elegido junto a Anne si su primer primogénito era una niña, y finalmente un llamativo pequeño collar que mantenía puesta la bebé, justo como si se tratara de una reliquia familiar.

  No podía esconder lo molesto que estaba consigo por dejar a su indefensa pequeña en un orfanato, ella era una pequeña y no entendía lo que estaba sucediendo con él, ni a sus alrededores.

  Neflyte colocó la palma de sus manos sobre aquella pequeña canasta, cubriéndola junto con la bebé con un campo de fuerza invisible, esto la protegería de cualquier ser sobrenatural que quiera hacerle daño ya que cubriría su naturaleza.

— Nunca olvides cuánto te amamos, mi pequeña (T/N)— Neflyte había tomado el pequeño cuerpo de la bebé, besando su frente con gran cariño—. Lamento que tengas a un padre tan débil como yo.

  Tan pronto como él hombre había abandonado a la pequeña, la bebé había comenzado a buscar la silueta del mayor y tras no encontrarlo a sus alrededores comenzó a llorar.

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  El sonido de un arma se había hecho presente en el lugar así que rápidamente aquella joven había tomado a sus espadas, las cuales tenían el sobrenombres de "las primas del apocalipsis", armas que tenían un gran parecido, pero con unas cuantas diferencias. Aquellas espadas mantenían una hoja letalmente filosa, cualquier cosa que se colocará en medio de ellas rápidamente se dividirá en dos.

  Habían pasado dieciséis años después de que el padre de la joven llamada (T/N), la habían dejado en las puertas de un orfanato durante el frío de la madrugada. La joven nunca se enteró acerca de la identidad de su padre, solo que dentro de ellos, al igual que todos en el orfanato, sentía una enorme curiosidad por descubrir el paradero de sus padres desde que tuvo razón.

  Su curiosidad comenzó cuando se había percatado de que existían monstruos con apariencias despiadadas, los cuales llamaban demonios y para ella, era sumamente sencillo asesinar a uno de ellos con sus propias manos. Desde ese día se había dado cuenta de que los humanos no podían hacer lo que ella hacía con los demonios, por esa razón ella había dejado de pensar que era uno de ellos.

MY DEMONS ━━ vergil spardaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora