CHAPTER TWENTY-NINE.

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Las horas pasaban y podían percibir cuán temerosos estaban todos. Los doctores se habían ido a atender más pacientes, pero continuaban con sus ojos puestos en ella. Las enfermeras habían decidido permitir que estén con ella unos minutos, porque aquella área era bastante restringida. Alice entró primero, sollozando al ver como su hija parecía haber pedido toda la vida y el no ver sus ojos azules brillando como lo hacían siempre, rompía su corazón.

Había estado con ella por mucho más de veinte minutos cuando Hal llegó para que ahora él pueda estar con su hija. Tomó su mano, deseando a cualquier Dios que existiera que salven a su hija. Verla de ese modo terminó matándolo por completo y abandonó el lugar, dándole pasó a Betty. Lentamente se acercó a ella, tomando la mano de su hermana.

─No puedes irte, ¿sabes? ─empezó, apretando la mano de su hermana y mirándola con los ojos llorosos─: Aún tienes muchísimo por vivir, Hera. No te puedes ir ahora, no cuándo te necesito. Quizá sea egoísta, pero no quiero que te vayas, necesitas quedarte conmigo y que juntas cumplamos nuestros sueños.

Betty sollozó apretando su mano.

» ─Necesito recuperar todo lo que perdí al fallar tú confianza. Al ser tan ciega que no pude ver que lo único importante es que eres mi familia y la hermana que siempre estuvo apoyándome en todo. No puedo perderte porque no pude decirte cuánto lamento haber ocasionado tanto dolor en los últimos meses. Lo lamento tanto, Hera.

Betty soltó su mano lentamente y salió del lugar. Jughead era quién entraba ahora y al verla ahí, conectada a esas máquinas que eran lo único que parecía hacer que siga respirando, consiguió que crea que aquello era una pesadilla espantosa.

Se acercó a ella y se situó sobre la silla, sus codos chocaron sus pies mientras que sus manos de entrelazaban para apoyarla en su mentón.

─Aún no puedo creer lo que has hecho, Cooper. ─dijo él, intentando evitar que lágrimas caigan nuevamente─. Siempre supe que eras capaz de todo por quiénes amas, lo supe desde que te conocí. O eso demostraste cuando golpeabas a todos aquellos que me decían cosas de niños. Y no puedo evitar sentir que es mi culpa, yo tendría que haber estado ahí para evitar que algo malo te ocurra. Me la pasé tanto tiempo culpandote por las desgracias que rondan a mi familia que no me di cuenta que eras lo único bueno que mi padre y yo tenemos. ─él soltó un suspiro pesado, tomando su mano─: Lo lamento, Hera. No me dejes, por favor.

Él besó su frente, evitando causar algún daño en ella. La miró por última vez y se fue, sintiendo que su alma se quedaba dentro de la habitación. Un Archie que parecía temblar se adentró a ese lugar. Tenía tanto miedo que no era capaz de decir algo, verla así, tener que pensar en opciones de las cuáles no quería pensar, atemorizó todo su cuerpo.

La observó en silencio por varios segundos.

─Ya no doy más, Hera. Quisiera ser fuerte, pero no doy más. ─sollozó poniendo su cabeza sobre su camilla─: Tenemos cientos de recuerdos juntos, ¿y sabes cuál es mi favorito? Él que consiguió hacer que comprenda lo mucho que te amaba. Aquello había pasado en un día libre, habíamos decidido ir de picnic, te di las frutillas que tanto amabas y dijiste que estabas leyendo un libro nuevo, que algo que habías leído de ahí te marcó bastante. Entonces recitaste: Cuando se trata del corazón, no hay límites. Soportamos cualquier cosa: dolor, distancia, silencio.... incluso ausencia. No pude decírtelo, pero todo lo que decías o hacías, lo tengo tan grabado en mi mente que sé que aunque quisiera, jamás podría olvidarte. Tenemos mucho por vivir, Hera. No me dejes. No sé cómo sobrevivir sin tí.

─Señor Andrews, su turno acabó.

Él suspiró asintiendo y se puso de pie, dándole un último vistazo a la chica. Él imaginó que ella despertaría entonces, pero continuó en el mismo estado que antes. No podía permitirse perder lo que quedaba de esperanza dentro de él. No lo haría hasta que pase lo que tenga que pasar, después de las veinticuatro horas.

Un FP Jones, extrañado porque Alice le haya permitido entrar, se hizo paso en la blanca habitación. Con el corazón en su garganta se acercó a la chica que salvó su vida.

─Te encanta hacer sufrir a las personas, ¿no? ─preguntó él, cómo si Hera fuera a responderle─: No tienes idea de lo mucho que detesto que hayas hecho lo que hiciste. Pero ya es tarde para arrepentirme, porque nada podrá volver al tiempo atrás, pequeña mía. ─murmuró, tomando su mano con sumo cuidado─: Sé que prometí que iba a alejarme, qué iba a hacer todo bien. Pero te necesito más de lo que crees, así que, por favor Hera, vuelve a mí. Yo sé que siempre, de algún modo, no importa donde esté, volveré a tí.

FP Jones miró a Hera por última vez, hasta que los sonidos de las máquinas fueron disparados haciendo que su corazón se detenga al ver que los latidos de Hera se encontraban disminuyendo. Se alejó al oír como una enfermera le pedía que se vaya de ahí, y eso hizo. Jughead observó a su padre fijamente, en especial cuando todos los enfermeros se dispararon hasta dónde Hera estaba.

Los doctores que habían atendido a la chica corrieron urgentemente hasta la sala de recuperación.

─¡Al quirófano, ahora mismo!

Sus palabras hicieron que esas esperanzas terminen en el suelo, pisoteadas y a punto de desvanecerse por completo. Betty no lo soportó y soltó un gran sollozó que parecía haber sido un grito que estuvo soportando desde hacía mucho tiempo. Archie sostuvo su cintura antes de que pueda caer en el suelo, y Alice se aferró al brazo de Hal para no correr detrás de los enfermeros. Ellos pasaron con Hera en la camilla, estaba tan pálida, Alice se negaba a aceptar que su hija era esa que estaba ahí. Era una pesadilla.

Intentó pellizcar su brazo más de una vez, pero Hal le dijo que aunque fuera horrible, aquello era todo real. Alice jamás sintió un vacío espantoso dentro de su pecho, que terminó por hacer que se derrumbe en el suelo, gritando que salven a su hija.

Cheryl tomó la mano de Jughead, quién era el que sufría en silencio. Él la observó con sorpresa pero en ese momento todo el pasado estaba olvidado y lo único que importaba era Hera Cooper.

BACK TO YOU, (riverdale) [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora