BACK TO YOU, (riverdale) [#2]

CHAPTER TWENTY-FIVE.

─¿Qué es todo ésto?

La voz de Jughead llegó a los oídos de Hera, haciendo que sus ojos se abrieran y jadee al sentir su cabeza doler. Se puso de pie, para poder tomar una campera que están ahí y colocarsela. Al abrir la puerta, se encontró con que las serpientes estaban envolviendo regalos. Hizo una media sonrisa antes de bajar rápidamente para ver que eran.

─Es una tradición serpiente. Cada año, aquí en el lado sur damos juguetes, damos comida, a gente que se encuentra sola. Y a Hera, ella nos obliga a comprarle algo. ─dijo al verla correr hasta los regalos. Jughead se volteó para verla también, aquella rubia estaba comiendo una galleta, pero Sweet pea se la arrebató antes de que pueda llevársela a la boca. Los tres rieron ante aquello.

─Todos contribuyen. ─le dijo Fangs.

─Me gustan las obras benéficas. ¿Han visto a mi padre?

─¿No tienes que estar en una cama? ─se escuchó la voz de FP, dirigiéndose a Hera─: Y ustedes dos, ¿no estaban en la escuela?

─Archie vino a buscar a Hera.

─No tienen camas aquí. ─le respondió la rubia, robando otra galleta mientras que caminaba hasta ellos. Archie se acercó y la rubia lo abrazó mientras sentía frío.

─Estás temblando, es mejor que nos vayamos.

─Sí, necesito mi cama.

─Jughead, te quedarás aquí a vigilar.

─O podría ir con ustedes.

─Lo siento. Ya sabes que no.

─Podríamos usar más manos.

─Oíste. Déjame acompañarte.

─Hera, vámonos.

─Quería oír el no más grande del mundo, Arch. ─jadeó ella, mientras comenzaba a alejarse de las serpientes. Archie rió y la ayudó a llegar hasta el auto, aún seguía temblando.

─¿Te sientes bien?

─Me siento horrible. ¿Me veo horrible?

─Estás hermosa, cómo siempre.

Hera lo miró sonriendo antes de morder su labio inferior, Archie también le sonrió y ella se subió a la camioneta cuándo le abrió la puerta. Ella iba con sus ojos cerrados, la cabeza empezaba a dolerle cada vez más y eso la hacía querer llorar.

─¿Te quedas conmigo ésta noche?

─Claro. ─le sonrió y ella asintió.

─Dios, siento que la cabeza está a punto de explotarme.

─¿Cuántas horas pasaron desde que tomaste la pastilla?

─No lo sé, ¿cinco horas?

─Bueno, ya falta menos para que te toque otra vez.