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Los dulces son la debilidad de Park JiMin y Kim TaeHyung. ¿Quién se resistiría a tan deliciosos manjares? Nadie, absolutamente nadie. Para ambos son lo más delicioso que existe en el mundo. Podrían comer una caja de dulces cada uno en un solo día. Suena algo descabellado y exagerado pero a ellos les encanta y así son felices.

Era un fabuloso fin de semana. Sábado en el que salieron solos ellos dos, y lo mejor de todo ¡No había escuela! ¿Que podía ser mejor que eso?.

Tendrían tooooda la tarde para ellos solitos, una tarde que aprovecharían al máximo.

Tarde de chicos.

Tarde de TaeHyung y JiMin.

Tarde en el centro comercial.

Tarde en ¡La dulcería más grande que sus ojos hayan visto!.

¡Oh por el dios del cilantro! ¿Porque nunca habían visitado antes aquella dulcería? Más bien ¿Porque no sabían de su existencia?. Da igual, ahora saben que existe y no pueden estar más felices con todo lo que sus ojos podían ver.

Una enorme dulcería.

E N O R ME.

Entraron con entusiasmo saltando como un par de niños y vieron con ojos brillantes todo lo que había en aquella hermosa dulcería.

Estantes por doquier llenos de dulces de todos los tipos, tamaños, sabores, colores, figuras ¡Hasta de todos los países! ¡Tenían que probarlos todos!.

No se diga de la bonita decoración del establecimiento, era parecida también a la de una juguetería, paredes pintadas de colores brillantes y llamativos con imágenes de dulces en ellas y "salpicadas" de pintura, habían ositos de gomita falsos colgando del techo, lámparas de lava en forma de caramelos esparcidas en diferentes partes de la tienda, un carrusel lleno de dulces al cual te podías subir a jugar, un castillo de princesas con resbaladilla con paletas de caramelo y a la entrada ¡Un enorme estante en forma de dona repleta de dulces!. Sí esto no era el paraíso entonces no sabían lo que era.

Recorrieron todo el lugar, apreciando como si fuera arte cada rincón del establecimiento.

—Es tan hermoso. —dijo TaeHyung fingiendo retirar una lágrima de su ojo. —JiMin, estoy enamorado. ¡Me voy a casar con cada dulce que allá aquí! —aplaudió repetidas veces con emoción. —¿Serías mi padrino?

JiMin rió divertido, haciendo desaparecer sus ojitos y luego asintiendo ante la pregunta de el castaño.

—Seré tu padrino, Tae.

—¡Genial! —hizo un bailecito gracioso. Todos los que pasaban por ahí los veían raro y algunos riendo por el comportamiento infantil de TaeHyung. —¡Vamos al carrusel!

Comenzaron una carrera para ver quién llegaba primero al carrusel, tomaron caminos por separado para ver si podían llegar antes. Ni siquiera los niños que estaban ahí se comportaban de esa manera.
Iban esquivando a algunas personas que se atravesaban en su camino, pidiendo disculpas sin parar de correr. Llegó primero JiMin.

—¡Te gané! ¡Te gané! —se burló de él, TaeHyung estaba jadeante y con las rodillas flexionadas.

—Calla... Cállate. —su voz apenas pudo salir, estaba muy agitado y cansado. —Me caí de senton en el camino, me duele el trasero. —se quejó y JiMin se carcajeo llamando la atención de todos a su alrededor. TaeHyung alzó la mirada y vió con reproche a JiMin. —No te burles, no es gracioso ¡Pude fracturarme el trasero!

Eso no ayudó a que JiMin parara de reír, sólo consiguió que se retorciera de la risa.

—¡Ay, Tae, no puedo! —seguía riendo con la mano en el vientre. TaeHyung se cruzó de brazos e hizo un puchero para luego empezar a fingir llanto.

¡Chimmy! | Yoonmin [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora