Algún tiempo después.
Mis tacones negros resuenan por el piso de la galería mientras camino de un lado a otro asegurándome que todo esté en orden. Hablo con los encargados del catering y les doy unas cuantas indicaciones. Miriam, mi asistente me dice que me tranquilice porque ella tiene todo bajo control y estoy segura que así es, pero no puedo evitar sentirme nerviosa. Respiro hondo y camino hasta una de las últimas pinturas. Me paro frente a la pintura y leo el título.
—El último adiós. —la pinté después de aquella noche cuando le pedí a Santiago una oportunidad para nosotros.
Casi toda esta exposición gira en torno aquellos sentimientos confusos y es por eso que la exposición se llama como aquella pintura, el último adiós.
—Es hermosa. —murmura una de las camareras mientras pasa a mi lado con una bandeja de canapés.
Le sonrió. No sentí que era hermosa cuando la pinté, sentí que estaba rota, porque era así como me sentía. Rota y pérdida. Liberé aquellos sentimientos de la única forma que sabía hacerlo, pintando. Plasmé en aquella pintura el dolor que sentí en ese momento y que ahora me resulta tan extraño. Ya no hay dolor, obviamente y no es solo por el tiempo que ha pasado, no, es solo que ambos por fin logramos sanar.
—El último adiós. —murmura alguien a mi espalda. Al escuchar su voz no puedo evitar sonreír y sin necesidad de verlo sé que él también está sonriendo. —Creo que es la pintura que voy a comprar.
Me giro y lo primero que veo son sus ojos grises y después aquella reluciente sonrisa. Ahora sonríe mucho, es obvio que es feliz, que logró dejar aquel pasado lleno de culpas y sanó aquellas heridas que la muerte de Rachel le dejó.
—Lo siento, pero no está a la venta.
Él mira alrededor y sonríe complacido, veo orgullo en sus ojos.
Siempre me dijo que estaba orgulloso de mí y de mi arte. Por eso aún conserva aquel cuadro que pinté para él hace años, al igual que el dibujo que hice mientras dormía. Me sorprendió cuando supe que aún los guardaba.
—No pensé que vendrías, nunca me llegó la respuesta a la invitación que te hice.
—¿En serio pensaste que no vendría, Hope? Tenía que venir a felicitarte, pero no estaré mucho tiempo.
—Sí, alguien te espera en casa, lo sé.
Él sonríe ante mi tono y yo no puedo evitar reírme al verlo tan feliz.
—Sí, y pronto serán dos. —me dice él con orgullo y lleno de felicidad.
Mi mano va hacía su anillo de bodas en su mano izquierda y los recuerdos de esa noche vienen a mi mente.
Él está de pie en la puerta sin decirme nada. La impaciencia crece en mí y espero lo peor. Tal vez él no está listo, pero podría decirme eso. Solo quiero que diga algo porque su silencio me está matando.
—Hope, no es buen momento ahora, yo estoy ahora con alguien...
Lo detengo con mi mano, yo no había considerado eso. Creí que tal vez Santiago me estaba esperando como yo lo esperaba a él. Yo no establecí ninguna otra relación porque no podía estar sin él y él logro seguir adelante. Para mí siempre fue él, pero me duele saber que no es algo recíproco.
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La noche en que nos conocimos ✔
RomansaHope Evans, es amante del arte, la buena comida y un imán para los problemas, y a veces, quienes la rodean se ven envueltos en sus dilemas, como le sucedió a Santiago Miller, el cuñado de su hermana. -¿Me vas ayudar? ¿Vas a fingir ser mi falso prom...