¿Que esperas de mi?

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Sólo esa palabra había bastado para dejar que sus lágrimas comenzarán a rodar por sus mejillas

-¿Q-qué haces aquí?- preguntó soltando suspiros que hacían trabarse las palabras

-Ven aquí- la empujó a sus brazos sin responder nada, sabía que eso era lo que necesitaba. La conocía de formas diferentes y sanas- yo también te extrañe bebé- soltó mientras las lágrimas también salían sin permiso de sus ojos. Había deseado que ese sentimiento se valla, tanto que tuvo que irse a un lugar alejado de ella, de su sonrisa y sus ojos. Esos ojos que veían más allá de lo que el permitía.
Se alejó por códigos de amistad, por ser leal y por el mismo. Pero mientras estuvo alejado con compañeras que no lo sastifacian en nada en realidad supo que lo que sentia por Lia estaba fuera de sus manos, desde un comienzo supo que estaba mal que le gustará la enamorada de su amigo, y se apartó. Dejando sus sentimientos olvidados.
Desde que supo que Lia le correspodia a Leo supo que tendría que olvidarla y conocer a gente nueva. Pero entre tantas mujeres no pudo encontrar esa misma sonrisa tan sincera. En el exterior tampoco pudo encontrar a alguien que lo vea de la forma en que lo miraba Lia, es que desde que estuvo afuera había esa atracción que lo empujaba a volver. Ese iman... Ese iman al que el llamaba amor.

Pero las cosas habían cambiado de la forma en la que el no lo esperaba, conocería a una Lia que por tantos golpes armó un muro de dureza, una noticia triste pero cierto

- Te fuiste- soltó triste, pero sin titubear, firme en sus palabras a lo que Sam la miro buscando esa inocencia pero lo que encontró fue una mirada determinante que lo hizo preocupar- me dejaste sola, cuando dijiste que me ibas acompañar en esto- en la cabeza de Lia había un torbellino de pensamientos y la felicidad con la tristeza estaban devatiendose de quien gobernaba en Lia, en cambio en su corazón habían sentimientos que ella no lograba captar o se negaba a hacerlo.

-Lia necesito que me dejes explicarte mi parte de la historia- hablo suave- déjame explicarte el porque ¿bien?- preguntó con un tono gentil a lo que asintió sin pensarlo mucho dándose la vuelta dirigiéndose a su habitación para más privacidad. Además de que en este momento necesitaba algo que la calle y el chocolate que escondía en su armario serviría.




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-Habla- dijo luego de minutos dentro de su habitación ya con el chocolate en la mano un un pedazo savorandoleo dentro de su boca con una almohada en sus piernas, dándole una imagen que para el corazón de Sam era demaciado- si no vas a hablar la puerta está bajando las escaleras- soltó luego de ver la mirada de Sam clavada en ella, se sentía incomoda

-Oh si...- hablo saliendo de su trance- sólo déjame terminar- hablo para luego suspirar y sentarse en la silla del escritorio, apoyando sus codos sobre sus muslos para comenzar- antes que nada quiero decir que a pesar de la mierda en la que se convirtió Leo fui un amigo leal y fiel en todas las formas que pienses- comenzó hablando diciendo lo último bajando la cabeza con una media sonrisa- te quiero Lia- los ojos de Lia se abrieron de par en par, sabía de los sentimientos de Sam hacia ella pero eso fue antes de que se valla; creía que ese capítulo se había terminado el día en que ella seguío eligiendo a Leo, terrible desicion se dijo a si misma- crei que alejandola te vos y conociendo más gente entederia que eras sólo alguien más y ya pero me equivoque y lo acepto. Por eso estoy acá- hablo firme haciéndole entender que estaba ahí por ella, el único motivo era ella...

- Sam...- soltó un suspiro- ¿qué esperabas?- preguntó con un nudo en la garganta- ¿qué luego de esto yo te daría una oportunidad y seríamos felices?- preguntó sarcasticamente, algo que a Sam la dolió, sabía por boca de su amigo, doctor de Lia, que ella había cambiado drásticamente. Ahora entendía a que se refería, esa chispa se había apagado y nadie se había dado cuenta para volverla a encender- perdon pero no puedo creer tus palabras- hablo determinada y firme en sus palabras dando como apoyo su mirada en los ojos de Sam. Esos ojos que en el pasado le transmitían algo de lo que ella en el pasado esta siendo atraída pero luego con su repentina huída se rompió- es que no entiendo como una persona dice querer tanto al alguien y en vez de quedarse al lado de ella se acuesta con otras para "probar"- resalto la palabra haciendo comillas con sus dedos- olvidarla.

-Lia creeme cuando te digo que te quiero- hablo parandose de su lugar para sentarse junto a Lia en la cama- volví

- Si volviste... Cinco meses tarde- aclaró fría diciendo lo último- perdón pero no puedo con eso

-¿Qué no puedes con esto?- soltó incrédulo por lo que acababa de escuchar- Leo era mi amigo, no podía hacer las cosas así como así

-¡Mierda porque todos con Leo!- grito parandose de la cama enojada con todo a su alrededor- Para tu información el fue el que me engaño- hablo apuntando hacia la puerta suponiendo que era Leo- el me dejó sola con todo esto, me dejó sin amigos... ¡Hasta sin una familia donde apoyarme!- remarcó a su familia con lágrimas saliendo de sus ojos, si pecho dolía...- y ahora tu también... ¿Que esperan de mi? N-no puedo hacer esto- se rindió caminado hacia la puerta de si habitación para tomar el picaporte y abrirla- ya sabes el camino, necesito que salgas.

-Lia no lo quise decir en ese sentido- hablo entendiendo de una vez la situación. Ahora si entendía el porque tanta aura negativa lo atacó al cruzar la puerta de entrada-mierda lo siento tanto- hablo pasando sus brazos por el cuello de Lia en un ágil movimiento. Ahora entendía el cambio de su amiga y enamorada, la destruyeron y se había creado un muro para no salir más lastimada de lo que ya estaba.

Con mucho esfuerzo soltó el abrazo que para su mala suerte no había sido correspondido. Lía seguía en la misma posición, sus ojos no transmitían nada.

Pero Sam no se dejará vencer, sabía lo que quería y era su momentos de actuar como antes no lo había hecho

- Lia escuchame- pidió estando a una distancia prudente- me iré ahora, pero no me pidas que me rinda poque para tu mala suerte me caracterizó por ser persistente y pasivo- soltó una risita- mirame- pidió a lo que Lia lo miro sin mucha insistencia, dando a entender que seguí a igual de firme con sus palabras- te esperaré hasta que vengas a mi-acerco su mano hasta su mejilla- rota o completa yo te aceptaré- terminó dando una caricia en su mejilla para luego salir de ahí

Al cerrar la puerta Lia supo que las palabras de Sam le daban miedo, por lo sinceras y firmes que habían sonado.

se que te vasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora