angustias, culpas y secretos

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La mañana había comenzado junto a una puntada que la saco de su sueño, en el cuál ella estaba junto a Sam

-¡Mamá!- grito por ayuda, había pasado al rededor de un minuto y el dolor seguía punzando su vientre. Por la cabeza se le pasaron situaciones no agradables y las lágrimas ya estaban recorriendo sus mejillas.

La puerta se abrió con fuerza dejando entrar a ambos padres con cara de preocupación al ver el estado de su hija.

-¿Lia que sucede? Hija- hablo su madre llendo a la cama en donde se encontraba arrollada cubriendo su vientre, apoyo la cabeza de Lia en sus piernas- llama a la ambulacia ¡ahora!- grito ordenandole a su esposo el cuál estaba en shock viendo el sufrimiento en la cara de su hija.

Sin un segundo que se le escape de las manos, corrió hacia el teléfono en la planta baja y llamo a una ambulacia la cual respondió al instante diciendo que estaban en camino.

Mientras que en la planta de arriba, el dolor se hacía cada vez más doloroso y la estaba asustando en sobre manera a ambas mujeres en la habitación.

-relajate hija- hablo consolandola, mientras le sobaba la cabeza con ternura-ya van a llegar los médicos, aguanta ¿si?- pidió con lágrimas en los ojos

-duele- lloro más fuerte y se acurruco aun mas

Pasaron aproximadamente 30 minutos en los que el dolor seguía insistente al punto en que derrumbó a Lia completamente, de un momento para otro sus ojos se cerraron, dando a entender que se había desmayado. Lo que preocupo aún más a sus padres

-La ambulancia está aquí- hablo abriendo la puerta dejando entrar a los doctores.

Y desde ahí. El tiempo pasó lentamente para ambos padres.

La ambulancia actuó tan rápidamente que cuando se dieron cuenta ya estaban en recepción esperando respuestas del estado de su hija.

El ambiente era deprimente. Por una parte estaba su madre, la cual se culpaba de todo, se sentía enojada consigo misma por haberla dejado tan sola aún más en su estado, se sentía mala madre.

Por otro lado estaba su padre el cuál se sentía demaciado deprimido y asustado por lo que le llegue a pasar a su hija. Tenía tantas cosas que contarle, que había conocido a una mujer que le daba todo lo que se perdió en la relación de su madre y el, quería presentarle su hermanito y quería pedirle perdón por todo: por haberla dejado sola tanto tiempo por el trabajo, por no haber sido sincero desde el principio y dejarle en claro que nada de lo que pasó en su matrimonio era culpa suya y que el la amaba y la seguiría Amando por el resto de la eternidad.

El celular de Lia vibro anunciando una llamada, el cuál estaba en el bolsillo de su madre.

-¿Hola? ¿Quien habla?- hablo con la voz entrecortada por el llanto, el cuál había parado hace unos minutos atrás

-Hola, soy Sam amigo de Lia ¿se encuentra por ahí?- preguntó confundido al saber que lo había atendido otra persona, la cual era su madre.

-Lia... Lia a-ah tenido un des-mayo- hablo entre cortado sintiendo como se le aguaban los ojos y los espasmos comenzaban nuevamente- está... Internada- soltó llorando, volviendo a culparse por el Estado de su hija

-¿en que hospital?- preguntó rápidamente, al otro lado de la línea se escuchaba cerrarse una puerta.

- en el público- respondió para luego cortar y llevarse ambas manos al rostro tapando el torrente de lágrimas que soltaba en ese momento.

-Doctor dígame el estado de mi hija- pidió una vez que estuvo cerca de éste

- ¿son familiares de la señorita Sheik?- preguntó, siguiendo la norma del hospital

- Si, somos sus padres- respondió rápidamente inquietante por saber la respuesta

-Bueno, la señorita Sheik presenta en su historial un embarazo riesgozo. Ha venido su obstetra y nos informó de los cambios y las dificultades de su embarazo. Pudimos controlar la situación, se le administró suero y por el embarazo no le suministramos ningún medicamento sin embargo se quedará esta noche en revisión- informó leyendo la planilla en su mano- ambos soltaron un suspiro por primera vez, después de lo ocurrido. Sus corazones se tranquilizaron de una vez por todas- sin embargo tengo que ser claro con esto- llamo la atención de ambos a lo que lo miraron a los ojos- el embarazo de su hija aumentó el riesgo y si estas situaciones siguen en los tres meses que queden puede que tengamos que interrumpir el transcurso.

- Gracias doctor- hablo esta vez el padre, apoyando su mano en el hombro de su esposa dándole apoyo en una situación tan complicada, en cuanto el doctor salió de la vista de ambos se sentaron en los banquillos de la sala de espera- lo podremos solucionar, sólo que está vez la cuidate nos ¿bien?- hablo dándole un abrazo que trasmitia tranquilidad, su chispa ya no era de amor, ambos lo sabían, sin embargo seguía ahí el cariño después de más de cuarenta años de casados.

- Lo arreglaremos- respondió soltando un suspiro

-¿Cómo se encuentra?- preguntó una voz jadenate y ambos adultos se giraron hacia la dirección de donde provenía, encontrándose a Sam con la respiración irregular

-Esta estable, cuando despierte en unos momentos podremos pasar a visitarla- comentó el padre en un tono claramente de calma fingida. Sam se sentó justo en frente de ellos en los mismos asientos y sólo pudo bajar la mirada hacia sus manos.

Sentía una culpa inmensa por haberla dejado sola aquella vez en su habitación sin ser consciente de su embarazo...

El temor al enterarse del Estado de Lia lo había dominado en el momento que estaba en su cita y sin pensarlo dos veces salió lo más rápido posible de ese lugar, tenía miedo de que le saquen a su gran amor



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Media hora había pasado en la cual ninguna noticia llegaba a ellos, lo último que habían sabido es que en algún momento ella despertaria.

Por un lado estaban los padres conversando con la chica de recepción y por otra lado estaba el, sin moverse de su lugar sólo movía su cabeza en forma de saludo o sus brazos cuando los padres de Lia le ofrecían algo.

- Sam, sam- lo movió sin brusqueza para por fin luego de cinco minutos tratando de despertarla de un sueño profundo por fin diera resultado- Lia despertó, pasala a ver ¿si?- hablo suave la mamá de Lia mientras Sam se despertaba completamente al escuchar la noticia.

Con un asentimiento se paró de su asiento y se dirigió hacia la habitación en la que ella estaba, le parecía un chiste malo visitarla después de una discusión, si es que se podía llamar así, en aquel lugar y en esa situación. Su corazón no estaba listo para verla una vez más tan pálida, derrotada y sin embargo cuando su vista enfocó al amor de su vida ( porque el no dudaba que era así) estaba tal cual el tenía miedo de encontrarla pero ahí estaba su sonrisa, sacándole peso a la situación. Haciendo que si corazón palpite de la forma en la que sólo ella podía lograr...

Y sólo con eso, el arreglo la respuesta que en el restaurante no pudo dar con certeza.

En el momento en que su cita se le había declarado momentos antes en el restaurante el pensó por un momento que tal vez así podría olvidar de una vez por todas a su gran amor no correspondido. Pero ahora, ahora el sabía que aunque en la eternidad sería correspondido esa sola sonrisa, esa maldita sonrisa le daba un poco de consuelo y eso a el le bastó...

se que te vasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora