choque de tiempos

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Ahí estaban, dos personas deseandose, dos almas pidiendo a gritos ser una y sin embargo la duda, el miedo y el pasado dominaba cada parte de ellos.

Por sus mentes pasaban recuerdos, preguntas y un miedo inimaginable.
El amor que se sentían estaba dañado por un enemigo invisible llamado tiempo.
Pero habían madurado, mirando a su pasado también estaba la fragilidad que existía en aquellos tiempos y ahora había algo mutuo, algo que en el pasado faltaba por el dolor

Desición, algo tan delicado como esto.

Las miradas chocaron y supieron que está no era la forma y que sin embargo supieron que en el amor no hay formas, no hay reglas y no hay tiempo. Solo hay un sentimiento que puede dañar tanto como curar

- Necesito que seas clara conmigo- fue la primera oración- necesito que me digas que es lo que realmente quieres porque estoy poniendo nuevamente todo de mí en vos ¿Entiendes?

La mirada que le dio Sam a Lia decía mucho más que sus palabras, le estaba dejando nuevamente su corazón en sus manos.

-Yo...- los sentimientos la estaban aturdiendo. Ahí estaba el amor de su vida, su mejor amigo, su persona favorita en el amor. El que con un simple beso le revolucionó hasta la mínima particula en su cuerpo y su corazón latió con el miedo de que salga de su caja toraxica. Por su mente paso la primera vez que lo conoció, en sus planes no estaba esto, pero ¡hey! El amor de su vida estaba justo ahí, justo junto a ella y la mirada que le daba era de puro dolor al no tener una respuesta, sino que más duda

- Lía eres la persona más hermosa que he conocido, amo cada parte de ti y te acepte con todas tus condiciones en el pasado- Hablo levantandose de aquel sillón- pero la mujer que se acaba de ir me enseñó a quererme de una manera que no conocía. Diciendo eso, no puedo volver a nuestro antiguo juego porque no lo aguantaría- la miro a los ojos acercándose delicadamente para tomar su mentón. Tan shokeada estaba...- Te suelto Lía, te suelto porque me quiero- dejando un beso en su frente lo único que escucho fue la puerta cerrarse.

Esto no es lo que se había imaginado, tenía al amor de su vida, tenía su corazón y ahora solo tenía soledad.

Un dolor en el pecho surgió en milésimas de segundos, las lágrimas caían sin parar y su beso seguía quemando en donde lo había dejado, esto no era lo que tenía planeado.

Sus piernas se movieron tan ágil mientras que en su mente paso su primera comida juntos en aquella cafetería.

Bajaba las escaleras sin miedo a caerse ya que su único miedo estaba en una persona que se alejaba más y más.

Faltaban dos pisos, el recuerdo de como la mimaba la abrumaba. Sus abrazos, su confesión, su ida, su regreso, sus celos, sus besos...

-¡ Saaaam!- grito tan fuerte voz, su corazón.

Su respiración era irregular, sus piernas temblaban y sin embargo seguía hasta estar tan cerca de el que sus respiraciones se mezclaban dándole una sensación que le encantaba, ella no estaba lista para dejarlo ir una vez más y eso el lo tenía que saber.

Había pasado por tanto, la infidelidad de su prometido, su embarazo, el rechazo de sus amigos, familiares y en toda la oscuridad siempre estuvo su brujula, el no era solo el amor de su vida. Ese sentimiento era tan poco a lo que sentía ella cuando lo miraba, cuando lo tocaba, cuando lo pensaba...

El era Sam su segunda mitad.

- Yo...- las palabras no salían... Era tan difícil si la miraba así, desnudandola para ver hasta lo más oscuro de su alma, y saber que la amaba hasta ese punto le daba un éxtasis que la embriagaba hasta tal punto que aturdia sus sentidos.

- Lía...- Su nombre era lo que quería escuchar siempre saliendo de sus labios, con esa voz que la anestesiaba de los pies a la cabeza y le daba una tranquilidad que no conseguía en otra persona, esto era a lo que todos llamaban amor.

Una palabra cargada de tantos sentimientos que la ciencia solo podía explicar la mitad de esta.

-Yo no estoy lista- soltó mirándolo, sabiendo que sus lágrimas seguían ahí, que el miedo de perderlo para siempre la estaba matando- no estoy lista para que me dejes de nuevo, no quiero, me niego- soltó llorando por el miedo que le daba

-Eso, eso quiere decir que...

- Te amo como no lo puedo explicar, aunque no lo sabías yo también te estoy dejando todo de mí en tus manos, cuidame

No obtuvo una respuesta de palabras pero ahí estaba el beso que tanto había añorado, tuvo que abrazarlo por el cuello para no caerse porque sus sentimientos pesaban tanto

- ¿Entonces en que quedamos?- pregunto- ¿Nosotros? ¿Tu? ¿Yo?

-Juntos, nosotros sin terceros, sin miedos- respondió segura de cada letra que salía de su boca

- Eso está bien para mi- respondió con una sonrisa para atacar nuevamente sus labios.

Encajaban tan perfectamente, que algún ser supremo los había hecho sin un error.

El beso era una anestesia que le recorría de pies a cabeza dando una sensación encantadora en donde tuvo que abrazarlo por el cuello para no desmayarse ahí mismo.

Esto era todo lo que necesitaba para saber que no era en vano todo su pasado, que sin ello tal vez los miedos seguirían dominando y no la determinación.

Esto valía totalmente la pena.

Porque hay estaba el choque de tiempos diferentes, pero un sentimiento que los unia como un solo ser y eso es lo que llamaban alma gemela.

Así se describían entre ellos, ese sentimiento en donde la necesidad de ver feliz a alguien más era constante y el que fuera uno la causa de eso era embriagador.

se que te vasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora