las palabras del tiempo

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-Mía deja de mandarte la galleta entera- retaba una mamá de hace un año y medio. Para ser más precisos Lía le hablaba su hija de un año y meses- perfecto ni siquiera mi hija me escucha- rodoo los ojos para ella misma porque claro la bebe seguía intentando comer esa galleta que a sus ojos era la mayor delicia del mundo.

Para darles un resumen, la vida de Lia había dado un giro de 180°. En el último mes de su embarazo consiguió un departamento lo suficientemente amplio para que su bebé se crié libremente. Claro, esto luego de decirles cada una de las cosas que tenía guardado a sus padres y si no les quedo claro, cualquier lazo que tenía con su familia quedo en el pasado.

La relacion con Leo, luego de haberlo intentado por dos meses esta vez Lía se dio cuenta que ya no había amor y tras una larga charla decidieron dejarla por el lado bueno.
Ahora la relación que tienen es solamente padres separados y ambos estaban bien con eso, porque muchas veces el amor como parejas se va y sin embargo los momentos quedan ahí, el querer queda ahí y si SOS lo suficientemente maduró la relación puede quedar estable.

-A tu papá no le va a gustar nada esto- la miro notando que su hija le daba cero bola

El timbre de aquel departamento del segundo piso sonó por toda la casa y Lía junto a su bebé fueron a recibir la visita que no era para nada una sorpresa.

Ahí estaba Leo una mañana más, con las mismas medialunas de siempre.

-Buen dia señor, juro que si hoy no trajiste aunque sea una con relleno no te dejare entrar- saludo entre risas mientras caminaban por el pasillo del departamento, hacia donde se encontraba su bebé

-para tu mala suerte, traje tres rellenas- respondió mientras buscaba un plato para servir- así que tendrás que aguantarme- la miro sacándole la lengua muy infantilmente.

Y si, ahí estaban dos padres divorciados que después de tanto decidieron dar un paso al costado en el tema amoroso y centrarse en su hija, y estaban bien con eso.

Todavía la pregunta de donde estaba Sam  retumbaba en la cabeza de Lía como todas las noches, el dolor ya no era punzante como las primeras noches sin embargo las lágrimas dos por tres se hacían presente cuando estaba a solas en su habitación

Las cosas habían mejorado en sobre manera, el hecho de que su hija tenga a ambos padres en su crianza le daba una sastifaccion inimaginable y también que su estado emocional pueda estar en equilibrio pero ahí estaba la astillita molestándola después de que el se fue y tal vez estaba bien.

Ella quería creer que el estaba bien allá.

Ella quería creer que ella estaba bien ahí, junto s su hija y su ex prometido.


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..

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Ahí estaba ella. En la oficina que siempre había soñado, en el trabajo que siempre quiso y con una vida sustentable. ¿Que más podría pedír?
Tenía a una hermosa hija que la esperaba todos los días con los brazos abiertos y también a su ex pareja que se apoyaban mutuamente, después de tantos problemas

La vida estaba yendo por un camino diferente al que ella se imaginaba cuando era chica pero era un camino equilibrado, o eso es lo que ella se decia cada vez que esa persona pasaba por su cabeza.

Dejando todos los pensamientos de lado tomo el teléfono del escritorio el cual estaba en espera

- ¿Si?

- señorita, hay un cliente en recepción que está pidiendo una cita- hablo su secretario por la linea, miro su agenda la cual tenía una hora libre

- Déja que pasen y mándame un café porfavor, se me parte la cabeza- respondió y luego de dar la orden colgó sin esperar respuesta.

Comenzó a acomodar la oficina para un encuentro cálido, abrió las persianas para que entre la luz suficiente y acomodo las carpetas que antes de la llamada estaba revisando.

Tomo la carpeta en donde anotaba toda la información que necesitaba y también su bolígrafo. Al momento en el que acomodaba nuevamente su agenda para el día de mañana la puerta se abrió dejando ver a su secretario con su taza de café con una cucharada de azúcar y tras el, los clientes nuevos que atendería.

Mala suerte, tal vez un poco

Destinó, seguro que si

Latidos, su corazón latió como la última vez

Roto, es la descripción de como sintió su corazón al ver qué su mano era sujetada por alguien más...










Tarde, así fue como le respondió el tiempo

se que te vasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora