quiero algo de el

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No recordaba el día en el que había estado tan cansada mentalmente...

Abrió la puerta de su hogar y dejando sus pertenencias en el perchero entro a la sala. Ahí vio padre e hija durmiendo en el sillón.

Leo cuidaba cuando podía a su bebé, mientras ella trabajaba o en algunas oportunidades tenían a su niñera de apoyo

Camino directo a la cocina donde se sirvió un vaso de agua entrando a su desastre mental...

Estaba mal, mierda estaba mal

No había pasado si quiera cinco horas de volverlo a ver y ya se había lanzado a sus brazos. Eso no era ella y ella sabía que era la peor traición a ella misma

-¿Día difícil?- pregunto Leo entrando a la cocina sin la bebé

-¿Dejaste el bebetoon?- pregunto refiriéndose al micrófono por en cual dejaba escuchar lo que pasaba en la habitación de su hija

- claro,¿ Porque tienes cara como si te hubieran pisado miles de personas que tienen zapatos con púas de acero?- pregunto abriendo el refrigerador, sacando helado de chocolate y crema americana

- ¿Porque las personas usarían zapatos con púas de acero?- omitió la parte central de la respuesta

-Para que te duela mas y tengas esa cara en este momento, en serio ¿Que ocurre?- pregunto curioso tomando una cucharada del helado de chocolate

- Sam se va a casar- soltó con un suspiro mientras apoyaba el vaso en la mesada ya vacío

- Oh- saco la cuchara de su boca, eso si que le debía doler más que esos zapatos con púas de acero- ¿Y ahora?

-¿Y ahora, qué? Se va a casar, espero que sea feliz- soltó desganada, la noticia no la motivaba en nada

- ¿Solo eso?- pregunto incrédulo- osea que sufriste tanto para ahora dejar que se vaya así o así

- Un final de mierda, pero un final al fin y acabo- subió los hombros mostrando indiferencia al tema, o tal vez no quería aceptar el terrible dolor que sentía en su pecho
Sea como sea no sería capaz de darle el dolor a otra persona, ese dolor que alguna vez ella sintió. Se negaba a siquiera tenerlo como opción
























Dos días habian pasado desde esa charla con Leo y sinceramente las palabras de el seguían retumbando en su cabeza, pero al entrar a la empresa supo que debes en cuando tomaba decisiones buenas y para subir un poco su buen humor al ver cómo la futura esposa de su gran amor esperaba sentada esperando como siempre desde que empezaron el tratamiento

- Buen dia- saludo pasando de largo a su oficina sabiendo que ella la iba siguiendo

Sin mucha conversación se propusieron a terminar los últimos retoques de su gran tratamiento y luego de un tiempo ambas se dispusieron a un descanso en donde el café no estaba de más

- asique...¿Conoces a Sam?- la pregunta no la tomo por sorpresa, sabía que la duda estaba en ella y el mentir no estaba en sus planes

- si, estuvimos en la universidad juntos- se limito a explicar su complicado pasado y el porque ahora dolía tanto, no era bueno para su futura esposa y tampoco para su ya dañado corazón

- ¿Solo eso?- pregunto con duda, se le notaba que estaba intranquila y ella la entendía mejor que otra, no podía estar haciéndole esto a alguien que le hacía acordar tanto a su pasado- lo siento, estuvo de más esque...- su voz, estaba quebrada...

- nuestro pasado es complicado sabes- hablo cortando sus palabras a lo que ella la miro sorprendida dándole a entender que siguiera- no te contaré toda la Historia, sigues siendo una desconocida- soltó una risa para nada graciosa- pero no dudes de el porque no haría nada para lastimarte y tampoco de mí. Jamás sería la segunda opción de nadie y menos si eso implica lastimarte ¿Entiendes?

-¿Sigues sintiendo algo por el?- fue directa, en sus ojos había miedo. Lia lo podía ver

- Es la persona que más ame en mí vida, pero también es mí pasado y así tiene que seguir- hablo tranquila sabiendo que estaba bien la desición que había tomado, pero cuando vio lágrimas en sus ojos supo que tal vez había algo más

- pues el creo que no te ve solo como alguien de su pasado y nosé que hacer con eso- soltó para luego quebrarse
Y Lia sintió la alegría esfumarse tan rápido como vino porque ahí estaba ella.
La futura esposa de su gran amor llorando por algo que ella había causado y eso le dolía porque no era justo.
Para nada...




















se que te vasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora