Zoe bajó las escaleras de la casa.
Y vió a su padre bajando muebles del camión.
¿Te ayudo? Preguntó.
Hazme un favor y disfruta de la playa por mí.
Zoe asintió. Bajo a la playa con un libro y se tumbó a disfrutar de la brisa del mar.
De la brisa y del aire.
Del olor a sal.
De la sensación de que no estaba sola.