Zoe llegó a la playa.
Y se comenzó a meter en las gélidas aguas.
Se le cortó la respiración y sintió como su piel se cortaba
con el contacto del agua helada.
Quiso volverse pero no controlaba su cuerpo.
Quiso gritar pero se quedó sin voz.
Cuando el agua le llegó al cuello, se zambulló.