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La semana había pasado relativamente rápido. Con las chicas nos acoplamos sin problemas, como si nos conociéramos desde siempre. Por cuestiones de intereses en común, yo pasaba mucho tiempo con Ally y Normani, mientras que Camila pasaba su tiempo con Dinah y los chicos. En las comidas nos juntábamos todos, y las sobremesas eran muy divertidas. También era divertido cuando coincidimos en el laboratorio. Si antes Ally sufría por las posibles acciones/accidentes de Dinah, ahora eso se multiplica por nueve con Camila.

Normani era la que menos estaba en la base, por lo general solo almorzaba con nosotras y se quedaba un poco después de eso, sin embargo iba y venía por toda la zona que delimita el perímetro de la comunidad y el laboratorio. Después de un par de días la pude convencer que me dejara acompañarla, y obviamente Camila también quiso venir. Fue bueno ver como esa primera mala impresión que tenía de la morena ya se había desvanecido. A Normani le impresionó el completo control que mi hermosa mujer tenía del arco. También nos contó que ella se fabricaba las armas para la lucha cuerpo a cuerpo, y eso era realmente fascinante, entendía porque sus movimientos se veían tan armoniosos.

Ally era un océano de conocimientos, pero lo mejor de todo era que tenía la mente abierta, lo que la transformaba ante mis ojos en una mujer sabia. Pero había algo que me llamaba mucho la atención de ella, parecía emanar una luz de su ser... no siempre era clara, pero la podía ver, y no era la única en percibirlo. Un día que iba pasando por el patio, vi como Peque estaba mirando a través de una ventana a Ally. Él estaba maravillado y muy concentrado en ella. Al acercarme le pregunté qué veía, y me dijo que le gustaba mucho lo brillante que Ally era. Eso fue una de las cosas más importantes que descubrimos en ese tiempo: Peque tenía la capacidad de ver colores en las personas, esos colores que yo podía ver cuando era chica y lo que Regi también veía. Ese mismo día les pedí una reunión a todas, para cuando el enanito se levantara de su siesta. Todas les habían tomado mucho cariño a los chicos, como siempre dije, cada uno se hace querer a su modo.

Al preguntarle directamente qué colores veía en ellas Peque me respondió:

En Ally un color amarillo que irradiaba blanco. En Normani naranja que muchas veces daba lugar al amarillo. Con respecto a Dinah, me dijo que ella poseía casi los mismos colores que tenía Milo, azul verdoso, pero que a veces a ella le surgía un poco de rosa/violeta... Eso no me extraño mucho, ambos se parecen bastante, aunque Milo es un poco más maduro. Cuando llegué a Camila, Peque dijo que ella tenía muchas tonalidades de azul mezcladas con muchos colores, y eso era constante, luego sin que le preguntara, me comentó que yo tenía lo mismo, pero con rojo. Poco después destacó que le gustaba el color que se formaba cuando estábamos cerca. Él dijo que nunca lo había visto y que no sabía cómo llamarlo. Ese fue un momento genial.

FLASHBACK

- ¿Cómo que nunca viste ese color? ¿en ningún libro? ¿en otra cosa? ¿en la naturaleza? – Le preguntó Ally a Peque.

- Nunca lo vi, es el color más bonito de todos. – Le contestó con su infaltable sonrisa.

- Es imposible que ese color no lo hayas visto antes Peque. – Le dije mientras me ponía a su altura.

- Solo cuando están juntas, o cerca. - Volvió a responder él.

- Por ahí se está quedando ciego... - Dijo Milo, haciendo uno de sus innecesarios comentarios, ganándose una mirada seria de mi parte, pero la risa de Peque.

- Bueno, si dice que vos tenes tonos rojos, y ella tonos azules, es cuestión de juntar esos colores y listo, ese es el color que ve. – Dijo razonablemente Normani.

- No. Yo conozco el violeta, y ese color no es el que se crea. – Dijo serio, para dar paso a una sonrisa después.

- ¿Pensas que creamos un color nuevo? – Le pregunté.

El último principio (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora