-Gerard, no lo hagas wey.
-Cállate, no tengo otra opción, tengo que pasar historia.
Gerard estaba vestido con unos pantalones de cuero ajustados pero ajustados con huevos, una camiseta negra y su maquillaje, no era muy usual verlo en pantalones tan ajustados, pero esa situación lo ameritaba.
Su maestro estaba por pasar frente a su mesa (están en receso) pero Gee lo detuvo.
-Maestro Iero, ¿se sienta con nosotros? -le dice sonriendo.
-Uh, bien, hagan un espacio.
-Al lado mío hay uno.
Ray, Dallon, Spencer y Joe solo esperaban a ver lo que haría.
-Maestro, cómo me fue en mi examen -comenzó a acercarse hasta que sus piernas chocaron.
-Me temo que no muy bien Gerard, tu puedes esforzarte mas.
-Es que, he estado teniendo problemas...
-¿A qué te refieres?
-Bueno -se detuvo unos segundos- mis padres han estado peleando y, n-no sé, siento que es porque soy un mal hijo.
Hasta ese punto, parecía que iba a llorar, pero cualquiera que es amigo suyo sabe que además de cantar y dibujar bien, puede actuar a su favor siempre.
-No, Gerard -le sonríe y agarra sin brusquedad su brazo- no es tu culpa, y seré un poco considerado con tu calificación porque sé que no es fácil, ¿si?
Asiente con cara inocente y vuelve a sonreír.
-Gracias maestro.
Los chicos lo vieron un poco asombrados, cómo es posible que su amigo siempre obtiene lo que quiere.
"Fácil, no tuve que recurrir al «oh no, mi tenedor se cayó»"
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