Prólogo

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-Ma, ¡vamos a llegar tarde!- gritó Samuel desde el auto.

-Todavía no entiendo por qué me citó tu profesor, ¿está todo bien?- pregunté subiendo al auto.

-Sí, ma. El profe está loco- yo reí por su respuesta.

-Hijo, hasta yo he usado esa frase alguna vez... nunca funciona- le dije, susurrando la última parte y fuimos hacia su escuela.

  En el camino, Samuel seguía preguntando qué está pasando entre su padre y yo.
A lo que yo siempre respondía igual:

-No te preocupes, ya lo arreglaremos- y cambiaba de tema.

  Cuando llegamos, pasé a hablar con la directora y ella me indicó en qué salón encontrar al profesor "Bondar".
  El apellido claramente llamó mi atención, pero decidí no darle importancia.
Después de todo, ese maldito apellido era el problema.

  Encontramos el salón, llamamos a la puerta y detrás de esta, apareció...
No podía creer lo que estaba viendo.
No podía creer que fuera real.

Esos ojos oscuros...
Esa sonrisa...

-Usted debe ser la mamá de Samuel. Mucho gusto, mi nombre es Mariano-



¿Mariano Bondar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora