Primer beso.

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Finalmente Newt Scamander mandó una carta avisando su llegada a Nueva York, al fin, después de todos esos tortuosos meses sin poder verlo. La Auror Porpentina Goldstein se sentía muy atraída a aquel mago especial, y las cartas que se intercambiaban afirmaban sus sentimientos aunque de manera indiscreta, aveces sentía que vivía de una quimera pero no, ahora sí tendrían la oportunidad de verse y tal vez aclarar algunas cosas, además, como le dijo su hermana menor Queenie, "si no fueras importante para él, Teenie, no se molestaría en cruzar el océano por tí".

Doce minutos para las once del día y contando, la bruja tenía los nervios de punta. "¿Que habrá cambiado en él?, ¿vendrá solo por compromiso?... Quizá sea verdad lo de Leta Lestrange y su carta desmintiendo aquello era solo un engaño, para mantenerme tranquila".

Negó con la cabeza, tan fuerte, que el cuello le dolió. Newt no era así, no había porque crearse ideas falsas y totalmente estúpidas sobre él, era un buen hombre, un magnífico ser humano, un mago hábil. Sin darse cuenta esa sonrisa que se traía desde que recibió la carta con la información de que él venía, volvía a aparecer radiante en su rostro. 

Por su parte Newt ya podía ver las figuras y edificios que se encontraban más allá del Muelle en Nueva York, solo unos minutos y ya estaría ahí, en tierra firme y frente a ella, a Tina.  "¡Merlín, estoy muy nervioso y debo lucir como un tonto. Esto es difícil, ¿que debería decir?, si vino con Queenie y Jacob no podré hacer nada, siento vergüenza solo con ella, con más público me dará un shock". Sonrió de manera torcida sin poder evitarlo, estaba nervioso, pero moría por ver esos ojos soñadores nuevamente y entregarle su libro para poder, aunque sea, rozar su delicada mano. 

Pasó por la custodia con éxito, el señor abrió la maleta y se encontró con lo mismo de nuevo, solo ropa y nada de criaturas mágicas.  Y más allá, unos pasos más allá estaba Tina, mirando entre la multitud, ¿buscandolo?... A Newt le dio un vuelco el corazón, camino con sus pasos característicos hasta la bruja y la observó con atención mientras lo hacía, ella mordía su labio como de costumbre, pisaba de punta de pies para mirar por arriba de la multitud, se arreglaba el cabello detrás de la oreja y ¡momento!, Tina corto su cabello... " Me va a dar un infarto... ".

Tina no encontraba al mago entre la multitud, muchas familias recibiendo hijos, amigos a amigas y novias a novios. ¿Ella a quien recibía?, claro sí, a Newt, pero, ¿él que era de ella?, tuvo deseos de soñar y flotar como una hoja al viento pero se detuvo... " Newt es solo mi... amigo, sí ", bajó la mirada con tristeza y al hacerlo pudo ver unos zapatos frente a ella, con rapidez levantó la vista. 

—Newt...

—Tina.

Ambos sonrieron con felicidad, por primera vez mirándose largo y pausado, estructurandose con la mirada. Sentían lo mismo si tan solo lo hablaran. 

—¿Que tal... el viaje?  –" Oh vamos Goldstein, ¿podrías ser más estúpida?".

—Estuvo relajado, sí.  –"Pronto se va a aburrir de tí ", pensó. 

Era inevitable que cruzaran miradas, sus ojos entendían el trabajo, querían comunicarse pero ¿porque sus bocas no trabajan en lo mismo?... y tal vez algo más...  Newt recordó y metió su mano en el bolsillo de su abrigo gris, sacando su brillante y pulcro libro " Animales fantásticos y donde encontrarlos".

—Lo prometido es deuda, he demorado más meses de lo planeado y lo siento, pero ten, es tuyo. 

—Newt... La portada es tan increíble, cada vez que pasaba por fuera de algún lugar donde lo vendieran me obligaba a no mirar, sabía que vendrías en algún momento y quería que fuera la primera vez.

One Shot Fantastic Beast. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora