Cap VII

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Luego de llegar al hogar del rubio y curar sus heridas, el pelinegro procedió a preparar algo de comer, salir en esos momento sería peligroso para todos

—Eiji... No te hicieron nada, ¿verdad? — se acercó el rubio cogeando

—No... Solo hablaban y hacían planes — respondió sin mirar al rubio —Ash... No vuelvas a exponerte de esa manera... No quiero que pases por lo mismo solo por mi culpa... No lo vuelvas a hacer, así yo este en peligro, por favor no lo hagas— murmuro y sus ojos se cristalizaron

—Eiji... — el rubio se conmovió al escuchar las palabras del pelinegro, no pudo evitar dejar escapar unas lágrimas rodeó al contrario con sus brazos —Gracias, Eiji—

El joven japonés correspondió el abrazo con calidez —Realmente te extrañe, ¿sabes? No puedo creer que me lo ocultaras—

—Lo siento, era para precisamente evitar este tipo de situaciones— dijo en voz baja —No se que haría si te sucediera algo—

—Bueno... — se separó y limpio sus lágrimas —Siéntate, ya casi esta lista la cena— sonrió ligeramente y fue por unos platos, comenzó a servir la comida para los demás —Ash... —

—¿Si? — giro su cabeza para mirarlo

—Mmm, nada, te lo digo después de comer— negó con su cabeza y colocó los platos en la mesa —Shorter, Sing, vengan a comer— anuncio y los mencionados se dirigieron a la mesa, el pelinegro tomó asiento a un lado del rubio y comenzaron a comer

—¿Y donde te estas quedando, Eiji? — pregunto Sing con intriga

—En un hotel no muy lejos de aquí — respondió tras pasar bocado

—¿Piensas venir a vivir aquí? —

—Ahh... — sus mejillas se ruborizaron —N-no se— miro de reojo al rubio e igual tenía un ligero rubor

—No es mala idea— dijo el rubio con una sonrisa

—¿En serio? — pregunto el pelinegro sorprendido

—¿No te agrada la idea? —

—Am, si, pero mmm, preferiría no vivir aquí, o sea, quisiera rentar un departamento —

—Ya veo... Sería lo mejor ya que te quedaras medio año—

—Si... — continuó comiendo, pasaron minutos y ya habían acabado, llevó los platos al fregadero y el pelimorado y el pelinegro (Sing) decidieron retirarse

—Gracias por la cena, Eiji— dijo el pelinegro

—No es nada— sonrió animado y los contrarios salieron —Este fue un largo día — exclamó el pelinegro estirandose

—Si, no era lo que quería, pero al menos ahora estamos juntos— comentó el rubio abrazando al pelinegro por detrás

—Si~— sonrió dulcemente mientras acariciaba los brazos del rubio —Tengo que ir por mis cosas al hotel —

—Vamos, te acompaño— tomaron sus cosas y salieron con dirección al hotel, al llegar fueron a la habitación del pelinegro e ingresaron, el rubio comenzó a reunir las cosas que estaban desempacadas encontrando así algunas fotos suyas —No sabía que las conservabas— comentó enseñandole las fotos al contrario

—Aaa~— las mejillas del pelinegro se tiñeron de rosa y le arrebató las fotos al rubio —S-son de hace tiempo y eran el único recuerdo de ti que tenía — miro las fotos con una sonrisa —Pero ahora te tengo aquí— miro al rubio y lo abrazo, este correspondió y acarició su cabello

—Sabes... He estado pensando que cuando te bese en la cárcel ese pudo haber sido tu primer beso, si es así quiero disculparme, seguramente te imaginabas diferente esa escena—

—En efecto, ese fue mi primer beso y claro que me lo imaginaba diferente, pero ya no te preocupes — dijo en voz baja ocultando su rostro en el pecho del rubio

—Para ser sincero, mi primer beso tampoco fue el mejor, ni siquiera fue con una persona que me gustara —

—Ash... — murmuro su nombre

—¿Si? — bajo su rostro para mirar al pelinegro

—¿Quisieras tener tu primer beso conmigo? Bueno... ¿Repetirlo conmigo? — pregunto el contrario con un intenso rubor y nervios, el rubio quedó asombrado ante la pregunta del japonés sus mejillas tenían un ligero rubor

—¿Tu quieres tenerlo conmigo? — cuestionó para asegurarse de lo que quería el pelinegro

—Si... Bueno, solo si tu quieres... — desvió la mirada, en esos momentos estaba avergonzado por lo que estaba diciendo, el rubio tomó su barbilla y giro su rostro, lo miro con dulzura y acercó su rostro lentamente, el pelinegro se ponía más y más nervioso al ver como se acercaba el rubio, cerró sus ojos hasta que sintió como los labios del contrario se posaban sobre los suyos, eran cálidos y suaves, cada toque de sus labios se sentían como algodones, separo sus labios y comenzaron un lindo beso francés, el rubio descendió sus brazos a la cintura del contrario, paso sus manos hacia su espalda y apego más sus cuerpos, el joven japonés aún nervioso pasó sus manos hacia el cuello del rubio 

 — desvió la mirada, en esos momentos estaba avergonzado por lo que estaba diciendo, el rubio tomó su barbilla y giro su rostro, lo miro con dulzura y acercó su rostro lentamente, el pelinegro se ponía más y más nervioso al ver como se acercaba el...

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Un nuevo comienzo [Banana fish]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora