Cap XIII

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Más tarde...

El joven japonés recién había terminado de hablar con Ibe, le había contado todo lo que sucedió y sus planes futuros, le contó sobre su regreso con el rubio y cuan emocionado estaba por esa idea, el mayor se alegro por ello, hacia mucho que no escuchaba tan feliz a aquel japonés. Tras colgar se dispuso a preparar la cena el rubio no tardaba en llegar y siempre venía hambriento, preparó algo de nattō para él y algo aparte para su pareja; minutos después se escucho la chapa de la puerta

—Regrese~— exclamó caminando por el corredor

—Bienvenido a casa~— salió el japonés de la cocina dirigiéndose al rubio con una sonrisa lista para darle su beso de bienvenida, el contrario extendió sus brazos recibiendo al pelinegro entre ellos, bajo su cabeza para poder besarlo  —¿Como te fue? — pregunto tras separarse

—Bien estuvo tranquilo— respondió aún abrazandolo —¿Y tú, que hiciste? — camino hacia el sillon con el contrario aún en brazos se sentó y el pelinegro se sentó encima de una de sus piernas

—Hable con Ibe-san, no podía creer cuando le dije que estabas vivo, se puso muy feliz también por la idea de que regresaríamos a Japón, dijo que nos esperaría con los brazos abiertos en lo que conseguíamos un departamento — respondió animado

—Eso es genial, pero no podemos causar molestias, así que en cuanto lleguemos comenzaremos a buscar departamentos—

—De acuerdo, estaba pensando lo mismo— sonrió y miro al contrario se giro para poder besarlo, se recargo en el respaldo del sillón y se inclinó uniendo sus labios con los del rubio, en un tranquilo pero amoroso beso, el rubio posó sus manos en la cintura del pelinegro correspondiendo con la misma pasión aquel beso —Bueno, hay que comer— dijo el japonés de la nada separándose, se levantó

»Siempre hace eso... Supongo que aún no está listo para dar el siguiente paso« pensó el rubio viendo como su pareja se alejaba e ingresaba a la cocina, se levantó y comenzó a poner la mesa

—¿Has pensado que quieres para tu cumpleaños? Es en unas semanas— pregunto el pelinegro desde la cocina

—No realmente — entró el rubio —Supongo que una comida—

—¿Y de regalo? — sirvió la comida y le dio los platos al rubio para que los colocara en la mesa

—Tampoco se, sosprendeme— dijo animado saliendo de la cocina 

—Sosprenderte, ¿eh? — murmuro yendo al comedor y sentandose aún lado de su pareja —Bien ya veré que darte— sonrió y comenzaron a comer, tras hablar de sus trabajos y finalizar su comida, decidieron ir a la cama para descansar mientras miraban alguna película, cambiaron sus ropas y se acurrucaron entre las sabanas

Días después...

El menor (Sing) había estado ansioso esos días, no había visto al pelimorado desde su confesión y tampoco había recibido la llamada, comenzaba a perder los ánimos hasta que sonó su celular, era un mensaje de Shorter citandolo en un pequeño café, llegó la hora y el menor se dirigió a dicho lugar, nervioso porque podría decirle, aunque también consideraba una respuesta negativa, al llegar al lugar vio al pelimorado sentado en una mesa al fondo, ingresó al lugar y fue a donde estaba

—Hola Shorter— dijo parandose a un lado de la mesa

—Sing... Siéntate— se levantó y le ofreció una silla al menor —Creí que no vendrías— se volvió a sentar en su lugar

—Perdón, me demore un poco en el camino, me equivoque varias veces de calle— dijo entre risillas

—Ya veo— sonrió tranquilo

—Y bien, ¿para que me citaste? — recargo un brazo sobre la mesa y apoyo su barbilla mirando con detenimiento al contrario

—Bueno, es sobre lo que sucedió hace unos días— hizo una pausa —Quiero hablar de ello—

—Bueno, te escucho— mostro curiosidad sobre lo que tenía que decir

—Si... Bien, sabes yo reaccione así porque realmente no esperaba una confesión de tu parte, siempre te había visto como un hermoso menor y supuse que también era de esa manera de tu parte, supongo que fue ingenuo creer que igual sentias un lazo de hermandad conmigo y no otra cosa. Ese día me dijiste que me admirabas, eso me hizo sentir muy bien pues creía yo que estaba siendo buen ejemplo para ti, pero nunca supuse que detrás de esa admiración podría desarrollarse algo más... Bueno estoy dando muchas vueltas al asunto, yendo directo al grano, puedo aceptar tus sentimientos, pero quiero que empecemos lento que llevemos las cosas con calma, no se si estes de acuerdo con ello—

—Para ser sincero creí que me rechazarías— rió —Puedo aceptar eso, te prometo que no te arrepentirás— sobrepuso su mano en la del contrario con confianza, este sorprendido por tal acción solo sonrió

—Bien, cuento contigo—  sonrio el pelimorado con confianza, el menor asintió sonriente

—Por cierto, Eiji en la mañana me envió un mensaje invitandome al cumpleaños de Ash, ¿tambien te dijo? —

—No he revisado mi celular desde que te mande el mensaje, pero dile por mi que cuente conmigo para preparativos o algo por el estilo—

—De acuerdo— sonrió y mando el mensaje, agregándole lo que había sucedido esa tarde —¿Quieres ir a caminar? — propuso animado

—Me parece bien— respondió y se levantó dejando el dinero en la mesa de lo que había tomado —¿Quieres ir por un helado? —

—¡Si...! — se emocionó, se sentía extraño al tener tanta cercanía con el pelimorado pero no podía ocultar su alegría

En el cumpleaños de Ash...

Se encontraba el japonés junto con el pelimorado y el menor arreglando el departamento, aprovechando que el rubio se encontraba en horario de trabajo, pero no faltaba mucho para que saliera

—Chicos, ¿puedo encargarles esto? Tengo que ir a recoger el regalo de Ash— sonrió mirando a la pareja, estos asistieron y el japonés salió apresurado al lugar, casi una hora después regreso llegando casi a tiempo de que el rubio regresara de su trabajo —Perdón, me demore un poco, ¿ya está todo listo? — pregunto ingresando al departamento encontrando a la pareja conversando en el comedor 

—Hola Eiji, si ya esta todo listo— respondió el menor levantándose —Hay que esperar a que llegue Ash —

—Gracias chicos— sonrió calmado —Bueno hay que tener el pastel a la mano — el pelimorado asintio y fue por el pastel sacándolo del refrigerador, se escucharon pasos por el pasillo, el japonés corrió a la puerta y miro por el ojillo de la puerta, viendo de reojo al rubio, regreso apagando las luces y esperaron a que entrara. Se escucho la perilla y en cuanto vieron al rubio entrar prendieron las luces junto con la vela del pastel

—¡FELIZ CUMPLEAÑOS ASH! — gritaron todos al unísono

(Weno ta un poco atrasado el capítulo de cumpleaños juju)

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(Weno ta un poco atrasado el capítulo de cumpleaños juju)

Un nuevo comienzo [Banana fish]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora