Hanae

88 12 0
                                    

Una sensación asfixiante me ahogaba, me sentía perdido y frustrado, y como si de un simple juego se tratara, Kousuke entraba a la habitación y me miraba de una forma tan extraña que me hacía temblar...

Se sentó cruzado de piernas justo en el sillón de cuero que estaba a un lado de la ventana y con una sonrisa desconocida para mí dijo.

-Quería que esto funcionara pero no creí que ese idiota regresara a tu mente tan rápido, así que...- Lo interrumpí de inmediato.

-El único idiota aquí soy yo por creerte como tonto. -Ya no podía levantar la voz aunque quisiera, de todas formas, él no me escuchaba.

Después de eso, Kousuke suspiro, poso su mano en su barbilla y volvió a hablarme. 

-Haku, te propondré algo divertido... 

¿Qué tenía en mente ese grandísimo imbécil?

-Si haces todo lo que digo te daré varias recompensas, entre ello puede ser más ropa. Te molesta sólo tener esa camisa, ¿no es así?

¿Qué?... 

Ahora mi oportunidad para escapar se me servía en charola de plata, no me importaba si era una trampa, tenía que intentar algo o me volvería loco, además, tengo una responsabilidad con la cual cumplir... galletita tenía que conocer este mundo.

-Eres realmente un pervertido, nunca creí que lo fueras Kousuke, aunque, creo que en el fondo siempre lo supe, después de todo, me hacías cosas extrañas casi todas las noches cuando dormías conmigo. No llegamos a más porque mi cuerpo no te soportaba... agradezco eso.

-¡Eres tan lindo incluso enojado!...pero, entonces, ¿aceptas cariño?- Aunque sé que me ignoraba, él era un completo idiota de pies a cabeza por no escucharme ni un poco.

Decidido, apreté mis labios mientras su mirada quemaba mi piel segundo a segundo... ¡Aaahh! me sentía realmente asqueado.

-Acepto, pero no tendré sexo contigo. Si no quieres acabar todo vomitado o matarme, no pongas esa cosa en mi.- Señalé su entrepierna.

Se quedó callado por un tiempo y como si fuera de lo más normal, dijo una estupidez más, ¿qué acaso no sabía decir más que idioteces? 

No lo entiendo, sus libros son realmente hermosos... entonces, ¿por qué él es así?

- Está bien, ¿que te parece si empezamos de una vez?

-¿Ah?

-Seguirás todo al pie de la letra si quieres conseguir lo que te dije, así que, desvístete por completo, ven aquí, siéntate en mi regazo y déjame acariciar tu espalda.

De golpe mis orejas se sentían calientes y mi rostro ardía. -¿PERO QUÉ ESTÁS DICIENDO? No voy a hacer esas cosas contigo, ¡IDIOTA! – No podía ni mirarlo a los ojos, era demasiado para mi.

-Creí que mi lindo Haku era hombre de palabra, ¿no vas a cumplirme? -Su voz era terriblemente fastidiosa en ese instante.

Tragué saliva y mordí mi labio inferior, poco a poco me quité la camisa de la pijama y mi bóxer. Realmente era incomodo, pero sólo quería que todo terminara.

Al verme desnudo y ver mi vientre abultado me hizo pensar en algo que me molestaba desde hace mucho, inclusive desde antes de recobrar la memoria... No pude contenerme en preguntar.

-¿No te da asco ver a un omega embarazado? Mira mi barriga, es cada vez más grande. El estúpido doctor me dijo que no crecería mucho pero, al parecer no fue así... ¿No crees que es desagradable? – Frote mi cabeza una y otra vez.

Haruki; Mi héroe violentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora