Un recuerdo con olor a hojas marchitas

85 10 0
                                    

La oscuridad y los brillantes sonidos se mezclaban en mi mente sin percatarme el tiempo que corría sin parar fuera de mi...

Recuerdo que desperté ese frío día de septiembre gracias a un sueño que me hizo estremecer... o bien, más que un sueño, era un doloroso recuerdo...

Mi niñez fue algo peculiar, cuando era pequeño visitábamos a la abuela Aiko a su casa casi todos los fines de semana. Me encantaba estar con ella y que me leyera cuentos, siempre estaba en su habitación, teníamos una gran vista hacia el jardín ya que siempre habían hermosas flores de bellos colores adornando el jardín de la abuela, y, por otro lado, mis padres y mi Nii-san estaban con mis tíos y sus familias, todo era bueno en aquel entonces, sin embargo, nada es constante en este mundo...

Creo que desde que era pequeño era muy curioso, recuerdo esa noche siempre que huelo las hojas marchitas en otoño, tal vez por eso aún no puedo aceptarme como omega incluso ahora. En ese entonces dormía con la abuela y desperté en la madrugada por un vaso de agua, al ir de regreso por los largos pasillos de madera un olor extraño me hizo cambiar de dirección, era como de hojas marchitas. Conforme me acercaba, mi cuerpo empezó a sentirse raro, pero no me impidió a no llegar al lugar...

De la habitación sonaban pequeños quejidos raros y el olor era más intenso debido a que esa escencia a hojas secas se combinó con un fuerte olor a orina, así que decidí observar por la pequeña apertura de la puerta corrediza para encontrar la fuente. Al asomarme, repentinamente tape mi boca con mis dos manos y trate de parar el grito que se ahogaba poco a poco dentro de mi garganta, mis piernas temblaban y mi respiración se tornaba más rápida... Lo que estaba justo frente a mí, realmente me hizo querer vomitar... Mi querido tío Isao, quien sonreía todos lo días y acariciaba mi cabello, estaba encima de Miyuki-san, la nueva cuidadora del lago del jardín central. Mis parpados temblaban, quería ayudarla... el idiota estaba abusando de ella tapando su boca para evitar que alguien los atrapara, recuerdo con temor su blanco cuerpo lleno de mordeduras de las cuales emanaba sangre y su tembloroso cuerpo cubierto de semen. Ella lloraba con desesperación tratando de proteger su cuello con sus temblorosas manos, trate de entrar y apartar a mi tío, pero su mirada llena de deseo me hizo retroceder, sin embargo, Miyuki-san extendió su mano hacia mí, al parecer notó mi presencia, pero yo... en ese instante sólo pude correr y salir al jardín a vomitar, no quería volver a entrar a la casa... Su imagen perturbaba mi cabeza hasta el punto de golpearme contra el suelo, pensé como estúpido que, si me pegaba muy duro, mis recuerdos saldrían por mis orejas... pero lo único que logré fue perder el conocimiento.

Cuando desperté por la mañana mi madre sostenía mi mano, y yo, simplemente trate de olvidar lo que había visto, invente cualquier cosa para que me dejarán de preguntar lo que había pasado y seguí con lo cotidiano, aunque, deafortunadamente durante una reunión, vi al tío Isao después de mucho tiempo, lo evitaba a toda costa, pero esta vez no pude... Creo que todo iba bien, hasta que él se acercó a mi y beso mi mejilla como de costumbre, me dio tanto asco que lo aleje y grite con todas mis fuerzas, todos se reían de mi porque empecé a correr, esos recuerdos me hacían temer de todo e inclusive de mí mismo. Me escondí en la biblioteca pero sin querer tope con una pila de libros y decenas de hojas cayeron a mi alrededor, supongo que ya no pude resistir, así que sólo me arrodille y empecé a morder mis manos, era un mal habito que hacía cuando estaba nervioso, después de todo, ese recuerdo carcomía mi poca estabilidad, se hacía más intenso por cada minuto que transcurría, y al final, cuando su mano y su mirada se dirigían hacia mí, comencé a sentir que mis pantalones se mojaban, tenía tanto miedo, que no me percaté que mi hermano me estaba hablando todo angustiado, cerré los ojos y al abrirlos él se peleaba con mis primos que se burlaban de mi por haberme orinado...

Qué crueles pueden ser los niños a veces...

Poco después todos se enteraron de lo que había pasado, y como lo esperado, despidieron a Miyuki-san, al parecer oculto el hecho de ser una omega... pero, a pesar de todo, nadie culpo a mi tío y sólo la insultaban a ella.

Ese es un horrible recuerdo que me hizo temer ser omega cuando era un niño de 6 años, ya que... temía poder sufrir lo mismo y que nadie me salvaría...

-¡¡Ahh!! – Desperté de sorpresa, estaba todo empapado en sudor.

-¡Haku! ¿Qué paso?, ¿tuviste una pesadilla? – Él sujetaba mi mano con delicadeza.

-Yo... lo siento por dormir tanto tiempo...

Por alguna razón, el verlo me hacía sentir que todo estaba bien.

-Me alegro poder verte de nuevo, Haku.- Sus cálidos brazos eran tan agradables que incluso me hacía querer seguir dormido estando de esta manera.

Segundos después, tomé un poco de aire y lo separé, cerré mis ojos y le di un pequeño beso en sus labios.

-No te vuelvas a alejar de mi lado. – Le dije avergonzado.

Haruki comenzó a acariciar mi mejilla, y con una suave y tranquila voz, susurro. -Tú no te atrevas a volver a estar tanto tiempo lejos de mí, me estaba volviendo loco. – Sin previo aviso, junto sus labios con los míos y empezó a profundizar el beso, su lengua parecía estar desesperada pero, a la vez, sentía un alivio inexplicable.

Al separarnos, limpie el pequeño hilo de saliva que quedaba en mis labios y trate de calmarme... Mi cuerpo se sentía cómodo con su toque... extrañaba esta agradable sensación.

- ¿Cómo está Hanae? -Pregunté repentinamente sin saber lo que estaba diciendo...

-El bebé está bien pero tu cuerpo... -Cortó lo que estaba por decir.
-¿Hanae?

Parecía confundido.

-Se me ocurrió mientras estaba en esa habitación... Sé que es muy femenino, pero también puede ser utilizado con los niños, así que sin importar qué sea, sería lindo que se llamará así, este... pero, lo pensé sin siquiera preguntarte, ¿no te agrada? – Realmente me sentía muy inquieto, era un total idiota por no preguntar estas cosas antes de abrir la boca.

-Escuche alguna vez en un cuento que me contaste cuando empezamos a salir, que el significado de ese nombre es... "flor bendecida por los cielos", ¿no es así?

En ese instante no pude ver su expresión, mi mirada se centraba en el ventanal, tenía vergüenza.

-S-sabes, los recuerdos de muchas personas que me importan siempre se me presentaban entre flores, tú entre ellas, por ejemplo. Siempre me ayudaban a recuperar la paz en un ambiente lleno de pesar, además, se relaciona con tu nombre...

-Eres un tonto. -Estaba por enojarme, yo le abría mi corazón para que me dijera eso. Ya estando a punto de voltear y darle un golpe en el hombro, él se acercó a mí y me volteo contra su pecho.

-Hanae suena muy lindo, espero que le haga honor a su nombre.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y mis sollozos sonaban de entre los largos y fuertes brazos de Haruki, en esos momentos no pude percatarme de la expresión que él estaba haciendo, pero, sus brazos no dejaban de sujetarme con ternura y su corazón no dejaba de palpitar como loco.

Recuerdos tan dolorosos podían ser oprimidos con un simple abrazo, realmente, ahora que lo pienso, Miyuki-san, no estoy sólo... no lo estoy...

Perdóname por ser un cobarde en ese entonces, pero ahora, me siento más fuerte que nunca gracias a él...

¡Gracias por leer este capítulo! :D

Haruki; Mi héroe violentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora