GEMELOS MALVADOS© [Terminada] ✔️

6: Cómo conquistar a un Hellblack.

-¿Como estás? -Lili Perkins abrazaba un par de libros y evaluó a Logan con la mirada.

-Estoy perfecto -respondió Logan, levantando la mirada del libro que estaba leyendo.

Lili sintió el impulso de sentarse junto a Logan pero seguramente él se iba a ir en cuanto lo hiciera. De pronto creyó que ese vestido beige que tenía puesto era la prenda más fea del mundo.

-Eso es genial -Lili abrió la boca para añadir más, pero no sabía que decirle sin resultar irritante.

Logan enarcó una ceja.

-¿Eso es todo?

Ella quería llorar. Los ojos de Logan eran tan seductores. Su manzana de Adán perfectamente pronunciada y sus labios carnosos y rojos la invitaban a comérselo. Pero no. No podía ser tan estúpida y arriesgarse a ser rechazada. Al menos no directamente.

-¿Ya terminaste de leer Carrie? -le preguntó. Después abrió los ojos al darse cuenta de lo increíblemente idiota que había sido su pregunta teniendo en cuenta lo que le había pasado en el escenario el otro día.

-Es un libro tan bueno que siento que lo viví en carne propia -bromeó Logan.

-Yo no compartí esos videos ni nada -dijo Lili-. Ni siquiera me reí.

Logan parpadeó relajado.

-Gracias, Lili -le regaló una sonrisa-. Eso es agradable de tu parte.

Lili quería gritar. Desfallecía cuando Logan Hellblack mostraba su lado amable. ¡Además había dicho su nombre!

Recordó que la noche de la fiesta en la mansión de los Hellblack también sintió que quería gritar admirando a Logan. Y también quería gritar mientras lo espiaba cuando este derramó vino tinto sobre su sueter y subió a su habitación para cambiarse. A su mente llegó la imagen del abdomen desnudo de Logan y sus pezones rosados reflejados en el espejo de su habitación.

Se mordió el labio.

-Bueno, ya me voy -Logan se levantó de su asiento.

Lili despertó de su sueño lúcido.

-¡Te veré por ahí! -le dijo, poniendo un mechón de pelo detrás de su oreja.

Logan miró al techo y resopló.

Se dirigió a los vestidores de chicos para ponerse el bañador e ir a la piscina de la escuela. Cuando cruzó la puerta, muchas chicas del club de natación que se encontraban dentro del agua, posaron sus miradas en él y en su cuerpo definido.

Quizás aún tenía que resolver el problema que suponía Noram, pero sabía que, al menos en gran medida, volvía a retomar el control. Eso lo ponía de muy buen humor. Al menos hasta ahora.

Caminó cerca del borde de la piscina y sintió que alguien arrojó agua en sus pies. Gruñó con irritación cuando se dió cuenta de quién había sido.