Tú + Yo = Perfecta Imperfección

5 1 0
                                    

Narra: Denixon
Fecha: presente

Me despierto a la misma hora de siempre, hoy es un día espectacular para salir, conocer gente nueva, hacer amistades, tan solo si ella estuviera conmigo, si pudiese verla, tocarla, abrazarla, decirle lo que nunca le dije, sería el día perfecto. Me levanto a desayunar sin ganas alguna de seguir viviendo, aún me sigue pareciendo irreal e increíble como se puede llegar a querer a una persona, ser todo y nada a la vez con esa persona, ser imperfecto y perfecto a la vez, es algo que solo el amor puede lograr.

-En que estoy pensando, parezco un loco- dije para mí mismo.

-Siempre lo has sido, solo que hasta ahorita te das cuenta- dijo Rubí que se estaba haciendo “cargo” de mi, bueno, solo venía a ver si desayuna y almorzar correctamente.

-Ja Ja Ja, muy graciosa frambuesa.

-Eres demasiado malo poniendo apodos- en los últimos días he estado poniendo apodos a todo el mundo.

-Es divertido.

-Si, si, lo que digas señor romántico.

-¡Yo no soy romántico!

-Si si, señor imperfecto y perfecto a la vez.

-¿Estabas escuchando eso?

-Desde el inicio hasta el fin.

-Vete a la mi… Sabes que, pasa adelante.

-Gracias don descortés.

-Callate.

Los últimos tres días, si han pasado tres días de que Alice murió y por alguna razón solo yo se la verdad, los demás estudiantes piensan que ella fue despedida, pero eso es mejor para mí.

-¿Qué cocinaste para la comida?

-Te vas a sorprender.

-A ver con que sales ahora.

-Café y pan casero- nunca había estado tan orgulloso de algo que yo había hecho.

-Dame el delantal.

-Pero…

-¡Que me des el delantal!

-Bueno, está en la cocina-  rodé los ojos y solté una pequeña risa tímida.

-¿Te acabas de reír, verdad?

-Sí y ¿Qué?

-Entonces estás feliz de que este aquí- dijo eso, un tanto, orgullosa de si misma.

-No confundas las cosas rojita.

-Ahora si sabes poner apodos.

-Tú decías que eran malos.

-Pero este no- dijo eso ¿sonrojada?, Rubí Takahashi sonrojada, ¿eso era siquiera posible?

-Ve a cocinar que tengo hambre.

-Ya voy.

Estos últimos tres días han sido demasiado raros, primero siento que ella está viva, después siento que no y en este mismo momento siento que ella está viva y me está buscando, y yo la ¿estoy esperando?

-Aquí está.

-Solo es huevo y pan, es parecido a lo que iba a desayunar.

-Sí, pero ahora tiene huevo- volvió a sentirse orgullosa, ¿quién la entiende?

-Esta rico.

-¿En serio?

-Sí, gracias por cuidar de mi Rubí, te debo una grande- aunque sólo hayan sido tres días.

-Que-que estás so-soltando tan de repente- estaba avergonzada y sonrojada a la vez, ¿eso es posible en ella?

-De nada- dije poniendo la sonrisa más natural que pude hacer.

-Para eso están los amigos- dijo eso respondiendo a mi sonrisa.

-Se te hace tarde, vas a llegar tarde al colegio.

-¿Tú no vas a ir?

-No, aún no me siento bien, pero ve tranquila.

-Si tú lo dices, nos vemos después.

-Sí, desgraciadamente nos vemos después

-Cállate- dijo soltando una carcajada bastante sonora.

-Hay personas que llegan y se van sin decir adiós, otras antes de irse se despiden y las más importantes se quedan para siempre, ellos aceptan tus defectos y virtudes. Yo pensé que eras una de las que se quedaban para siempre y así fue, siempre estarás en mi corazón, siempre te amé, aún te sigo amando y siempre te amaré- dije hablando solo.
Dieron las 4:30 p.m y aún no me había separado de mi cama que aún huele a ella, parece irónico, pero es lo único que me calma, aunque sea unos minutos.

-¿Como se puede vivir si la causa de tu felicidad es la misma que la de tu dolor?, solo se que la vida es así, un arcoíris que incluye el color negro, nos obliga a sonreír bajo la lluvia y a soñar como un niño- volví a decir hablando solo, al parecer me estaba volviendo loco.

-Y solo nosotros sabemos cómo vivir esta única vida que tenemos.

-¿Desde cuándo estás ahí?- le pregunte a Rubí dando un gran salto poniéndome de pie.

-Desde el inicio.

-Y ¿Por qué no has dicho nada?

-Estaba interesante tu reflexión.

-Te odio

-Es mutuo- dijo ella sacando la lengua como una niña pequeña.

-Me estoy dando cuenta, y ¿qué hay de comer?- le pregunte mientras mi estómago hacía una fiesta pidiendo comida.

-Al parecer pollo en salsa y una ensalada.

-¿Al parecer? ¿O es lo único que sabes hacer?

-Un poco de las dos- dijo soltando una carcajada bastante “delicada”.

Entonces nos comimos el “pollo en salsa”, aunque sería mejor llamarlo salsa en pollo, porque tenía más salsa de tomate que pollo.

-Lo importante es que lo intentaste- le dije y ella hizo una cara de orgullo, sigo diciendo ¿quién la entiende?

-Prefiero intentar y fallar que nunca intentarlo.

-Al parecer no soy el único poeta que hay en este pequeño cuarto- los dos soltamos una muy, pero muy delicada carcajada, a quien engaño, todo el mundo escucho esa carcajada, ¿por qué?, nadie lo sabe, solo se una pequeña cosa, prefiero reír por el presente que llorar por el pasado.

-¿Ya te sientes mejor?- me preguntó Rubí al ver que mi carcajada se detuvo de la nada.

-Gracias, muchas gracias.

-¿A qué viene eso?

-No lo se, solo quería decírtelo.

-Yo ya me voy, se está haciendo tarde.

-Cuídate.

-Adiós, mañana te veo.

-Desgraciadamente.

-Te odio- dijo Rubí antes de salir del cuarto.

-No te vallas- dije en un susurro.

Empieza a sonar la alarma, eso significa que es un nuevo día, otro día sin poder verte, abrazarte, oler tu perfume que tanto me encanta. Me doy media vuelta y veo unos ojos color rojos viéndome fijamente.

-Buenos días- me dijo Rubí antes de que pudiera decirle algo.

-Buenos días y te sales de mi cama en este mismo instante.

-De acuerdo- hoy está más obediente de lo normal -¿qué hay de desayuno?

-Pan con queso.

-Lo mismo que ayer- le dije mientras me lavaba la cara.

-Ayer era con huevo y hoy con queso- dijo orgullosa de si misma.

-Siempre tienes una respuesta para todo, ¿verdad?

-Se puede decir que sí- dijo un poco, desanimada.

-Suelta la sopa, ¿qué te pasa?

-Nada- dijo viendo a un punto vacío en la habitación.

-¿Segura?

-Completamente segura- dijo tratando de poner una sonrisa, pero no le llegó a los ojos la sonrisa.

-Se que no estas bien, dime que te pasó o quien te hirió.

-Nadie, come tranquilo- dijo esto con los ojos apuntó de llorar.

-No voy a comer hasta que me cuentes que pasó.

Cuando dije eso de inmediato me puse de pie y sin pensarlo la abrace, la abrace como si fuera mi ¿mamá?, sí, por más extraño que suene, sentía que ella era mi madre.

-No estoy bien, te necesito, necesito que estés conmigo- dijo mientras lloraba desconsoladamente.

-Lo se, aquí estoy yo para ti, yo te ayudaré en cualquier momento, solo tienes que decirme y dejaré de hacer lo que este haciendo para ir contigo.

-¿En serio?

-Sí.

-Entonces, ¿me darías un beso?- dijo eso mientras me miraba fijamente, no estaba bromeando, estaba hablando en serio.

-Eso, eso no lo puedo hacer, mi corazón ya está ocupado.

Antes de que pudiera decir algo más, ella se puso en pie y salió corriendo, traté de alcanzarla, pero no pude. Enserio ¿qué le sucede?
No le tomo bastante importancia, solo me acuesto e intento dormir.

“-¿Me estás esperando?

-Sí, te estoy esperando.

-Ya casi llego, solo espérame un poco más.

-¡No te vayas!, ¡por favor no me vuelvas a dejar!

-Nunca te deje solo, ya que tu eres la única luz de mi oscuridad.”

-¿Fue un sueño?- es lo único que me pregunto.

Noto que mi respiración esta muy agitada, mi ritmo cardíaco también está muy agitado, siento un gran vacío, pero a la vez me siento lleno, siento que no me falta nada más en mi vida. Escucho que tocan la puerta y me levanto para poder abrir y ver quien es.

-¿Quién es?- pregunto, pero nadie responde -¿quién es?- vuelvo a preguntar y nada, entonces abro la puerta, me encuentro con alguien a quien esperaba tanto.

-Hola, ¿me extrañaste?


Hace 5 días
Narra Alice.


No veo absolutamente nada, ¿es de noche?, ya que todo está oscuro, pero, me llega un olor extraño ¿sangre?, huele a sangre, ¿será mía esa sangre?, no se, el olor es penetrante, también huele a óxido, acero oxidado para ser más específica.

-Ya la tenemos señor, y también iremos en busca del otro objetivo- habló una voz ronca, por lo que por lo que pude escuchar, hablaba por un teléfono.

-Ven aquí señorita, ya vienen los azules y no queremos eso- habló la voz de otro hombre, esta voz era un tanto aguda.

-¿Do-Donde e-estoy?- logro decir en un hilo de voz, al parecer mi garganta esta reseca.

-En un almacén, y por si lo preguntas, estamos a kilómetros de una muestra mínima de civilización.

-¿Por qué me secuestraron?

-¿No crees que haces muchas preguntas?, y eso ya casi lo sabrás.

-¿Puedo hacer una última pregunta?

-Claro linda.

-¿Quién es la otra persona que buscan?

-A alguien llamado Denison, Denizón, algo así era su nombre, su apellido es Amores, lo más seguro y obviamente es que lo conoces, ¿verdad?

Mi cara debería de parecer un poema, sentía que todo me daba vueltas, un sudor frío recorre mi cara y todo mi cuerpo, ¿por qué lo buscan a él?

-Oye ¿por qué brillas?

-Yo no brillo.

-No si estas brillando, eres… Un maldito monstruo- dijo al perecer estaba muriéndose del miedo.

De un pronto a otro todo se volvió de color negro, no podía ver nada, solo escuchaba gritos de personas que estaban alrededor mío y de un pronto a otro, se escucha un silencio, algo un poco tenebroso a decir verdad.

-¿Qué haces aquí?- dijo la voz de un hombre, la voz me resultaba un tanto familiar y a la vez me transmitía nostalgia.

-¿Quién eres?- pregunto muy confundida.

-¿Tan rápido me olvidas?

-¿Dónde estoy?

-No te culpo, pero tú no deberías estar aquí, no por el momento- dijo la voz.

-No te estoy entendiendo.

-No importa, pronto lo descubrirás, hasta luego mi querida hija.

-¿Papá?

-Sí hija, soy yo, dame un abrazo y así te podrás ir.

-De acuerdo.

Y sin pensarlo dos veces me lancé a sus brazos y lloré desconsoladamente, pude ver a mi padre que murió cuando yo tenía tan solo 5 años.

-Ahora sí, adiós hija- dijo separándose de mí.

-No pap- no pude decir nada más ya que me desperté y estaba ¿en el instituto?, ¿cómo llegue aquí?, ni idea, pero buscaré a Denixon y le advertiré del problema que deberá enfrentar.
Empecé a correr hacia la habitación de Denixon. Llegó y empecé a dudar de si debía tocar o no.

-Al diablo, debo tocar- toqué la puerta.

-¿Quién es?- me pregunta él y entonces me quedo callada -¿Quién es?- no digo nada y el entonces abre la puerta.

-Hola ¿me extrañaste?

★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★

Hola, ¿me extrañaron? Espero que si me hayan extrañado.
Perdón por lo inactivo que he estado, no encontraba la inspiración necesaria para escribir un capítulo, aún no tengo la inspiración, pero lo hice.

¿Qué les pareció?, espero que estuvo bueno el capítulo.

No olviden, denle a la estrellita y comenten.

Pd: Si ven errores ortográficos, me lo dicen en un comentario y así corregirlo.

Sin más que agregar, nos vemos hasta la próxima que será dentro de 3 semanas y todo esto por culpa de los exámenes.

Mundo retorcidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora