-¿Dónde estuviste Akihiko?- fue la pregunta que le dio la bienvenida.
-Yo...
-Te salvé el culo anoche.- habló su compañero, un tanto molesto.- mas te vale que haya sido algo importante.
-Lo fue...- su compañero lo observó, de arriba hacía abajo
-Espero y sea cierto, no quiero tener más problemas contigo.
Este le echó una ultima mirada y se alejó negando la cabeza, últimamente se estaba metiendo en demasiados problemas para su propio gusto.
-¡ESCUCHEN! -Llegó uno de los soldados, entrando como loco, como si se tratase de navidad.- ¡SALIERON NUEVAS LISTAS!
Nuevas listas.
Y eso implicaba dos opciones, marcharse o quedarse.
Aun no estaba listo para saber.
Muchos salieron disparados, ansiado que su nombre no estuviese en la lista, es decir ¿Quién iba a desear ir a la guerra? Nadie en su sano juicio porque ir allá solo significaba una cosa: la muerte.
Se quedó parado, sin moverse, las miradas que comenzaron a darle le daban la respuesta a su pregunta.
-Supones el porque fuiste elegido ¿no?- uno soltó, JinYoung apretó los puños y asintió, estaba divagando mucho, añadiendo los rumores que ya comenzaban a andar de él con su pequeño, pero no tenía de otra, ese era su deber, debía proteger lo que quedaba de su familia, si moría, al menos sabía que su madre y sus hermanas iban a estar protegidas.
Respiró hondo y trato de organizar su mente de manera tranquila, sus ojos se cerraron mientras sus puños se intentaban relajar, porque todo lo que odiaba ese momento era tener que dejar a BamBam, era lo único que pensaba, no quería dejarlo, no estaba dispuesto a dejarlo, pero si abandonaba, su familia sufriría las consecuencias.
Tendría que hablar con él.
Tendría que decirle adiós, y aun no estaba seguro si era lo que quería, porque había descubierto la adicción que tenía a besar esos labios gruesos, a acariciar su cabello y ver su sonrisa, sus ánimos descontrolados y las tonterías que solía soltar constantemente.
Se dirigió había las listas y encontró su nombre dentro de estas, acarició la lista y una mueca se apareció en sus labios.
Decir que se tenía que ir no iba a ser algo lindo, pero tampoco simplemente quería irse sin decirle nada, prefería ser honesto con él y por lo menos obtener una ultima vez sintiendo sus labios y abrazándolo fuertemente.
El transcurso del día fue difícil, lleno de nuevas ordenes, hasta varias despedidas, conociendo a la gente que iría también. No estaba feliz con ello, no quería esta metido en ello, deseaba con todo su ser que ello fuese una broma de mal gusto, que las cosas que estaba sucediendo como la guerra solo fuesen producto de su imaginación, que no existieran.
Deseaba despertar al día siguiente, y pensar que todo había sido un sueño.
Cuando lo vio frente a sus ojos sintió un terrible nudo, el camino ya había sido una horrible tortura, había decidido las palabras que le diría, dando vueltas una y otra vez, retractándose de las palabras que escogería, buscando una y otra y otra manera par decírselo sin querer huir con él y sólo aceptar que debía seguir su camino, conformarse con la idea, y sólo despedirse de él, diciendo que lo amaba.
-¡JinYoung!- saludó con una sonrisa, dios, amaba esa curvatura que se formaba en sus labios, la manera en que esos luceros castaños brillaban cuando estaban juntos, era como un deleite, como si ese pequeño chico fuese sobrenatural, tan bello, tan etéreo.
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ilje sidae; jinbam
FanficSolo fue un amor que empezó y terminó en el momento menos indicado. Corea se encontró bajo el dominio japonés durante casi treinta y cinco años, durante casi toda la primera mitad del siglo XX hasta la rendición japonesa en la Segunda Guerra Mundial...