La vida se había vuelto algo sin sentido, así lo sentía, tan decolorado, grisáceo, triste, vacío, como si un hueco sin fondo se hubiese instalado en su pecho, unas semanas se habían vuelto como siglos, peor aún los meses que habían transcurrido porque cuando la persona que amaba no estaba a su lado y era inevitable no extrañarla, no quererla, no desear que este a tu lado, haciendo esos gestos tan suyos o algo parecido, la vida sin él era como si todo hubiese perdido sentido, como si él mismo hubiese dejado de existir.
Recordar con amargura el día que se fue era un martirio, en como corrió detrás del autobús rezando por alcanzarlo y no tener en existencia la última imagen de JinYoung, sosteniéndole la mano con una ligera sonrisa y diciéndole de la manera más discreta que lo amaba, no quería recordar como lo vio subir aquel transporte, ni como se colocó en la ventana mirándolo directamente, susurrándole repetidamente te amo, pensar en ello era doloroso, extrañaba sentir sus brazos rodeando su cuerpo, su voz tan dulce y tranquila, la manera en que se reía, sus ojos curvándose cuando soltaba una estupidez y su mayor se burlaba con dulzura, extrañaba cada parte de él, como si JinYoung fuese sus extremidades y necesitara de ellas para vivir, como si le hubiesen amputado cada parte vital de su cuerpo, sólo dejando vagos y tristes restos de sí mismo.
El amor, tan fuerte, tan débil, tan duradero, tan fugaz, es inevitable no rozar con tus dedos aquella experiencia tan confusa, tan dulce y a la vez tan dolorosa. El amor, tan parecido a la vida misma, con subidas y caídas, y dónde a veces la caída es aún más hiriente de lo que se espera.
BamBam estaba siendo succionado por la vida misma.
Sus seres cercanos, podían notar ese ambiente apagado en él, las bromas que solía hacer con frecuencia de la nada había desaparecido, sus ojos brillosos, rebosantes y enamorados se habían apagado y nadie podía hacerlos brillar de nuevo.
-BamBam...- habló su hermana, entrando a su habitación, mientras sostenía entre manos sus galletas favoritas.- ya no estés triste.- le imploró.- odio verte así, vamos, te traje tus galletas favoritas, sonríe para mi...
Su hermano pudo notar la desesperación en sus palabras, y apenas le soltó una sonrisa ligera, tomando un par de galletas de la bandeja, comiéndolas para hacerla feliz, ella de manera poco convencida apreció su acto y le sonrió a medias, mentalmente rezando para volverlo a ver vivo, para volver a ver a su hermano molesto, el que le grita y se burla, el que hace bromas, pero al mismo tiempo se preocupa por ella.
Ya no era él.
Los días pasaron, la vida parecía ser lenta, llevaba exactamente cinco meses de no saber absolutamente nada de él, ni una carta, nada, como si la tierra se lo hubiese tragado.
Se movió lentamente para ir a la escuela, tomó su desayuno y preparó algunas cosas antes de salir, tratando de no olvidarse de nada.
El día se sentía tan largo como los últimos tiempos, como si se hubiesen vuelto más duraderos y apagados.
Nadie hablaba con él desde aquellos rumores, no le importaba, porque esos rumores eran verdad y no iba negar nunca lo que sentía y sintió, había pensado en apagar los rumores, más cuando se había molestado con JinYoung, pero aprendió a que no debía negar lo que sentía, porque bien se lo había dicho "lo único que importa somos nosotros dos, y lo que sintamos tu y yo". La gente podrá hablar, podrá crear rumores, pero no van a importar en lo absoluto, no van a importar porqué él sabe que lo ama, y eso es lo único importante.
Cambiar de estado de ánimo puede ser tan repentino como aquel día, tan de pronto, e inesperado, tal como en ese momento en que uno de sus compañeros llegó gritando que la guerra se había terminado, anunciando que la derrota del poder de Hitler.
ESTÁS LEYENDO
ilje sidae; jinbam
FanficSolo fue un amor que empezó y terminó en el momento menos indicado. Corea se encontró bajo el dominio japonés durante casi treinta y cinco años, durante casi toda la primera mitad del siglo XX hasta la rendición japonesa en la Segunda Guerra Mundial...