Muñeca Sin Vida.

IX

Cuando los dos regresaron fueron recibidos por todos los vampiros, en algunos era muy notorio que estaban enojados al fulminar al rubio con la mirada (ayato y kanato).
Al ver el collar en el cuello de mitsuki miraron curiosos al vampiro pero éste solo los ignoró.

-nfu~ tan solo quedan subaru kun y reiji kun.

Mitsuki los miro a ambos y por una extraña decisión miro al albino.

-subaru san -susurro para luego caminar a su cuarto.

-ahhh yo quería pasar otro día con bunny chan.

-si laito puede nosotros también -el peli violeta fulmino con la mirada a su hermano.

-ore sama también....

-ya saben las reglas, mañana subaru pasará el día con mitsuki -los miro serio el oji fucsia para luego desaparecer seguido de shu y subaru.

- parece que reiji kun luce feliz -sonrió divertido el oji esmeralda.

-tch, no dejaré que el megane me gané -susurro ayato oara luego irse.

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La mañana había llegado y mitsuki estaba en el techo de la mansión mirando el sol, estaba alli desde el amanecer.
No había podido dormir mucho asi que decidió ver el amanecer.

-"subaru san tiene una mirada parecida la mía, su majestad dijo que él era el más amable con oka san"- mitsuki miro atenta las rosas blancas que brillaban gracias a los rayos del sol que chocaban con el rocío que había caído en la madrugada.

-oe -miro de reojo al albino que apareció en el techo a unos metros de ella -ven conmigo -estiró su mano hacia la niña que lo miro para luego agarrar su mano.

Los dos desaparecieron de allí para luego de unos segundos aparecer a unos cuantos metros alejados de la mansión.

Estaban casi en el medio del gran bosque que rodeaba a la mansión.

-un invernadero -susurro la oji rosa mirando maravillada a los rayos de la mañana entrar por el techo de vidrio y chocar contra las rosas y demás flores en ese lugar.

-ven a ayudarme -la mano del albino se posó en la cabeza de la pequeña despeinandola para luego acercarse a las rosas.

Ella lo miro atenta y sin poder evitarlo sonrió levemente.

No sabía por qué, pero el estar cerca del albino la hacía sentir bien, como cuando estaba con su madre.

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Los dos pasaron la mañana cuidando las rosas y otras flores, era sábado así que mitsuki no tenía escuela.

-príncipe -el nombrado miro a la pequeña -no deberíamos irnos a cambiar? -pregunto mirando su ropa.

Los dos estaban en piyama.

El oji rubí se sonrojo levemente y tomó de la mano a la menor, apareciendo en la habitación de la fémina.

-cuando terminé el desayuno saldremos -aviso para luego dejarla sola.

Ella se cambio en silencio y recordó divertida el sonrojo del vampiro.

Al mirarse al espejo noto que había crecido unos centímetros, tal parece que dentro de poco llegaría a la pre adolescencia, rodeada de vampiros seria un fastidio.