Pure imagination

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Silencio, aquella habitación se encontraba inundada de un sepulcral silencio. Una habitación donde solo se encontraba un hombre preparando todo lo necesario para lo que venía a continuación.

Stanford lo había planificado por meses, ese sería el día que tanto había esperado. Tan cerca de lograr sus objetivos y lograr lo que otros no pudieron, el se consideraba alguien inteligente y superior a los demás hombres. Esas personas no eran dignas ni legítimas de tal honor.

Ponía los papeles en orden, admitía que se encontraba emocionado pero lograba mantener la compostura. Al fin años de trabajo e investigación le darían frutos. Solo bastaba con terminar de acomodar aquellos cristales, últimos detalles y solo le quedaría esperar. Al escuchar los pasos detrás de él le hizo sonreír con victoria, volteó para observar con orgullo su logro.

Lo había conseguido, un chico de cabellos azules, piel blanca que a simple vista se notaba suave y esos ojos que tanto resaltaban. Era como si todo deslumbrará con aquellos ojos de un azul tan brillante que contrastaba perfectamente con la oscuridad de la habitación. Un traje blanco a su medida y en su rostro reflejaba una inocencia legítima, admitía que este poseía una belleza sobre natural, se veía tan frágil y que pese a ser lo que era desconocía la maldad del mundo... Mucho mejor para el. Sería más vulnerable a sus palabras. El demonio reflejaba timidez en su expresión, olvidaba la última vez que había sido invocado, era consiente que él estaba para servir y callar.

Stan le brindó una reverencia que fue respondida por el contrario, al levantar levemente la mirada; el demonio, quedó justo frente a su rostro permitiéndole una mejor vista sobre quién lo había invocado, la sonrisa que tenía aquel humano le conmovió en cierta medida e hizo que también sonriera, ambos se reincorporaron después de aquella pequeña presentación.

—Stanford Gleeful...— dijo en un pequeño susurro el demonio pero el contrario claramente lo escucho.

Stan solo asintió ante aquella pregunta jamás formulada confirmando que era el. —Un placer conocerlo, estar ante una potestad como tú es ya un privilegió—.

El de cabellos azules se sintió bastante halagado, que fuera una criatura llena de poder no hacía que los demás se dirigieran a él con respetos, siempre fue un juguete; un sirviente.

—¿Como puedo dirigirme a ti?— esa falsa amabilidad, tenía intenciones detrás pero eso fue algo que el demonio no pudo percibir.

—William Cipher, es un placer señor Stanford— Seguía con la cabeza baja, no se atrevía a verlo directamente a los ojos, tenía un porte imponente que lo intimidada un poco.

—Stan esta bien, William es un bonito nombre pero cuando busque en los pergaminos nunca ví un nombre específico para ti... Will—

—Elegí este nombre porque si los simples humanos escucharán mi verdadero nombre caerían en la locura, espero que no sea molestia mi señor—. Pese al buen trato de Stan el demonio seguía manteniendose conservador y cuidadoso a sus palabras.

—Eso es muy interesante, aunque aún me encuentro fascinado por ti, espero que me dejes mostrarte igual que tan fascinante puede ser todo aquí... Si me lo permites— El humano extendió su mano de forma cortez.

William con una pizca de duda tomo su mano, intrigado por lo que haría ese humano cuando quedó sorprendido de que el contrario lo atrajera de forma cuidadosa, haciendo que de una vuelta como si de un vals se tratara. Por la cercanía de los rostros de ambos, el chico de cabellos azules sentía el aliento del contrario, el también estaba fascinado y perdido en los ojos del otro, ambos estaban sumidos en un mar de emociones totalmente distintos. Mirándose fijamente con una expresión llena de satisfacción, el humano tenía de nuevo esa extraña sonrisa que solo encendía la curiosidad de William. El tenía razón de todos modos, en esos momentos tenía varias emociones nuevas, una sensación que no había sentido antes y era algo tan reconfortante para el demonio.

Come with me (Reverse Falls) Human Will {FordxWill} {WillFord)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora