William subía las escaleras de la mansión con cuidado, pues estaba distraído con el objeto que tenía en sus manos.
Habían pasado ya semanas, Gleeful le dijo que su viaje se había extendido de manera indefinida por problemas ajenos a el. Sin embargo nunca perdieron el contacto puesto que las cartas seguían siendo frecuentes.
Y de hecho era justo lo que William observaba tan pensativo, todas las cartas que su querido Ford le había enviado. Todas con palabras hermosas, comentarios sobre su viaje y siendo tan dulces expresando cuánto me extrañaban. Seguramente debía de estar ocupado y aún con eso se tomaba la molestia de escribir personalmente a mano todos esos mensajes especialmente para el.
Si sabía que hacia todo eso por el, que todas esas palabras de afecto y cariño que constantemente releia ¿Entonces porque se sentía tan pensativo? No, mejor dicho ¿Porque se sentía tan confundido? Al llegar al final de las escaleras y poner la vista al frente fue cuando lo vio. Incluso bajo la mano donde sostenía las cartas que tanto estaba observando solo para verlo a el. La razón de porque últimamente tenía sentimientos encontrados.
Claro, Will estaba en negación. No quería admitirlo pero la razón por la cual dudaba es por el castaño que había llegado de imprevisto a la casa. Aquel que se encontraba sentado leyendo ajeno a su tormento. El peliazul se quedó allí de pie apreciandolo, era como si el destino quería que lo encontrará en una de sus reflexiones.
Por su parte Stanford Pines lo miro llegando, ya se había recuperado pero había cedido a seguir usando las muletas por insistencia de Will. Luego de sincerarse en aquel jardín la cercanía entre ambos se había vuelto más estrecha, compartiendo mas momentos juntos que eran amenos entre ambos.
-Buen día William.- lo saludo de buen humor.
-Buen día Ford ¿Te molesto?- pregunto el contrario señalando la silla frente al castaño, no quería molestarlo en su momento de ocio.
-¡Oh! Adelante, sabes que no molestas.- sonrió amable, de hecho se acostumbraba ya a la presencia de peliazul. Aún sino conversaban, aún si cada uno leía su propio libro sin cruzar palabra se formaba un silencio cómodo. La mera presencia del otro era suficiente para sentir la grata compañía.
-Con permiso entonces. - en lo que Ford volvía a su lectura William tomo asiento y coloco su correspondencia sobre la mesa. Todas las cartas las tenía cuidadosamente guardadas, atadas con un lazo blanco y un pequeño ramillete de rosas que le había enviado con una de sus cartas. Todas llevaban escrito en una hermosa cursiva "Mi querido William". Abrió la última releyendo su contenido.
En ese momento, a cientos de kilómetros Stanford Gleeful se hallaba contemplando un hermoso lago disfrutando del buen clima y la deslumbrante vista. Fue en ese momento cuando sintió algo extraño, miro su mano izquierda enguantada con incógnita. Sabiendo lo que causaba aquella sensación se quitó el guante dejando ver cómo en su anular izquierdo posaban dos anillos. Uno de oro blanco sencillo, su anillo de bodas con Fiddleford; y el otro que era el causante dem sentir de Ford: un anillo de plata con un triángulo en medio, aquel que representaba su conexión con William cuando lo invoco, ese que era un sello para que el hermoso y místico ser pudiera quedarse en esta dimensión.
-Al fin, ya es hora.- comento el hombre de corazón frío.
Por su parte, después de que Will apreciara las cartas puso su mirada a la persona frente a el, un humano que no era de allí que se encontraba inmerso en su libro, y es que William sabía que cuando se concentraba quedaba ajeno a todos los demás, pero era una de las cualidades que me agradaban de ese Stanford. A la mente del peliazul solo llegaron los recuerdos de cuando se conocieron, de todos esos momentos que rieron y compartieron juntos. De como lo sostuvo entre sus brazos cuando estaba herido, cada mirada, cada sonrisa hacia que su corazón latiera, sin embargo era una sensación distinta a la que había experimentado antes. Era tan cálido y genuino. Incluso la manera en la que podía reposar su cabeza sobre el hombro del humano era algo que le encantaba.
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Come with me (Reverse Falls) Human Will {FordxWill} {WillFord)
ФанфикPoder y los secretos del universo. Estás eran las ambiciones de una mente brillante: Stanford Gleeful es un hombre lleno de prestigio que los demás respetaban; serio, frío y calculador que haría todo lo posible por alcanzar sus metas. A pesar de...