Love and war

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William se removía inquieto en su cama, no importa cuántas noches pasarán el mismo recuerdo de aquel día seguía apareciendo. A veces aún podía sentir sus manos atadas y temía que al abrir los ojos volviera a ver a aquel sujeto que le había arrancado el ojo.

Hoy justamente era uno de esos días. Se levantó sobresaltado, su respiración era agitada y sentía un dolor fantasma en su ojo, sabía que reslmente ya no dolía; de hecho su recuperación iba avanzando rápidamente pero habían días en los que le llegaba aquella sensación incómoda que llamaban dolor. Esta vez a diferencia de los demás días; donde había pasado encerrado allí, le llegó un pensamiento:

"Tengo que irme de aquí"

De hecho, ahora que lo pensaba... ¿Cuánto tiempo había pasado así? ¿Días? ¿Semanas? ¿Meses? Aunque frecuentes, las visitas de Stanford no eran diarias. Nunca lo dejaron sin comer y tenía los libros que le habían obsequiado para entretenerse pero habían días donde la soledad le superaba. Finalmente el pensamiento se convirtieron en accion, por primera vez en sabrá cuánto tiempo se levantó. Y solo había una persona a la que pudiera hablarle de sus inquietudes o que supiera que hacer: Stanford. William sintió que tenía que ir a buscarlo.

Rápidamente se dirigió a la puerta, decidido a marcharse de allí. Nadie le había dicho que no podía salir pero de algún modo se sentía como si estuviera haciendo algo malo, Stanford le había dicho que debía de mantener reposo absoluto para que se recuperará pero ya se sentía con las fuerzas suficientes para caminar por su propia cuenta. Ni siquiera se percató que aquella sonda en la que le pasaban el suero tiro de su brazo, fue hasta que extendió su otra mano y apenas pudo alcanzar el picaporte que volteo mirando con algo de resentimiento aquel catéter que le detenía. Era la medida perfecta para que recorriera gran parte de la habitación pero no lo suficiente para poder irse, no se percató pero era evidente que estaba hecho a propósito.

Resignado solo vio una última vez como en catéter atravesaba la blanca piel de su mano, sin embargo William no sabía que la verdad empezaba a mostrarse.

Will se hizo a un lado al ver qué la puerta empieza a abrirse, evidentemente era otra visita de Stanford. Esta vez teniendo en sus manos una bandeja con el desayuno de William. Stanford al entrar se alarmó por un momento de no ver al peliazul en la cama; sin embargo, de manera rapida volteo a verlo allí parado junto a la puerta. Realmente fue una acción que no le gusto pero no sería algo que le recriminaría o le dijera a Will.

Si se pudiera describir a Stanford en estos momentos el era todo para William: un amante y a su vez su cazador. Su amigo pero al mismo tiempo su enemigo. La persona que tanta felicidad me daba en esos momentos, la única persona en la que podía confiar pero también era la causa de sus problemas, quién le había entregado y lo tenía en bandeja de plata ante tal situación. Claro que a los ojos enamorados del demonio el era su salvador, después de todo ¿Cómo podría hacerle daño si el le colmaba de todos los caprichos y cariño?

Ante los ojos de Will solo había un hombre que se había tomado la molestia de traerle su desayuno con una sonrisa, en respuesta y de manera tímida le dejo entrar.

-Buen día Stanford.

-Buen día William, espero hayas dormido bien.

Ford cerro la puerta con su pie para después colocar la bandeja sobre el tocador que había en la habitación, de manera caballerosa tomo la silla e invito a William a sentarse. Sus movimientos como siempre mostraban tanta delicadeza y elegancia.

-Sientate, sería una pena que el té se enfríe.

Obediente como siempre Will le hizo caso, con ayuda del humano se sentó echando un vistazo a lo que le había traído está vez. La cercanía entre ambos se había vuelto tal que el peliazul no se incómodo o alarmó al sentir como Ford acariciaba detrás de su cuello para colocar la mano en su hombro. El tacto y el afecto se había vuelto habitual entre ambos a pesar que Ford es considerado un hombre más bien frío.

Come with me (Reverse Falls) Human Will {FordxWill} {WillFord)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora