Can't Help Falling In Love

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William llevaba milenios existiendo. Había vagado tanto tiempo entre dimensiones y explorando lugares. Aunque la tierra no fuera de sus favoritos había algo que siempre le parecía curioso. Pues no importa cuando lo hiciera, desde que los humanos habían tenido uso de razón siempre había alguien que sufría por amor.

Y en ese momento, varado en medio de la oscuridad por primera vez en su vida podía entenderlo.

Aún tenía su mano extendida por el aire; claro, había sido su último intento de llamar a Ford pero había sido en vano, el ya no estaba allí. La bajo lentamente, sabía que era demaciado tarde como para intentar hacer algo.

Fue entonces cuando decidió ver a su al rededor, estaba rodeado en una oscuridad absoluta pero seguía envuelto en aquellos hilos visibles solamente para sus ojos. Y su mano herida seguía en su pecho. Solo le tomo unos instantes asimilar que pasaba, que todo eso era obra de una sola persona. La que le había arrastrado a todas esas situaciones horrendas y dolorosas, el que en algún punto se había sentido tan bien estar a su lado y ahora se sentía como su carcelero. Frunció el seño al darse cuenta que no pudo escapar, y seguramente no podría en un futuro.

En algún punto de esa oscuridad una mano de seis dedos lo tomo del hombro trayendolo de vuelta a la realidad. Ya no estaba Pines, ya no estaba en ese bosque, ya no era libre.

Se encontraba sentado en un salón, justo frente a el había una enorme mesa de madera y a su lado se haya a Stanford Gleeful. Ni siquiera quería verle a la cara, cosas que fue evidente para el humano.

-¿Porque estás de mal humor, William?- pregunto el castaño, quién intentando atraer la atención del contrario lo tomo del mentón para que le dirigiera la mirada. Y aunque fue así por un segundo no solo no recibió respuesta, sino que de manera brusca se apartó pues el peliazul ni siquiera quería ser tocado por ese monstruo.

Ford apretó el puño enojado con su actitud, pero tenía que aguantar un poco más. Por mucho que se negara a ignorarle y ahora estuviera viendo a otro lado. -¿Esa actitud vas a tomar? Bien, si quieres jugar así juguemos.

Con seriedad, el humano se quitó su capa y la coloco a un lado pues me estorbaría en lo que vendría a continuación.

-Ambos sabemos que tus acciones han sido... Erróneas, entiendo que te hayas encariñado con ese tipo y quizá te sentías solo, te comprendo. Pero lo que realmente me enoja es que pretendas que no importa lo de nosotros.

Coloco una de sus manos sobre la mesa queriendo dejar claro su punto y nuevamente silencio. Acercó su rostro para ponerse frente a Will pero este queriendo evitarlo a toda costa desvío la mirada. Así que ni siquiera de ese modo le haría caso.

-¿Me dirás qué todo fueron promesas vacías? ¿Que nosotros no teníamos realmente nada?- usando el primero de sus recursos le enseño el broche de rosa azul que le había obsequiado. Aquel que William uso todos los días después de su partida. -¿Que esto no significa nada?- se lo acercó a su cara para que lo viera.

Sin embargo William estaba determinado, se había prometido no tragarse más de su porquería, no al darse cuenta de todo lo que le hizo. Era tal el punto de no hacerle caso que cerro los ojos como sino ocurriera nada, como Ford no estuviera allí tratando de hacerle cambiar de parecer.

Ford por su parte tenia un broche exactamente igual en su pecho, a excepción que esté está rosa era de un color más claro, justo del color del cabello de Will. Bien, ya estaba perdiendo la paciencia. Ni siquiera recordarle lo suyo estaba funcionando, todo el tiempo invertido tirado a la basura. Los cuidados, los regalos, las caricias y los besos en vano.

Aún tenía un has bajo la manga. Si recordarle el pasado no funcionaria también podría arruinar su presente, mostrarle que con su relación actual tampoco estaba de maravilla.

Come with me (Reverse Falls) Human Will {FordxWill} {WillFord)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora