LA COPA MORTAL (Parte 3)

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Antes de comenzar a caminar Clary guardó la copa en su bolsa y liderados por Luke comenzaron a andar en la red de túneles, Alec iba hasta atrás con la rubia en brazos cayendo casi en la inconciencia con la frente perlada de sudor.

EN EL INSTITUTO

-¡Mierda! – golpeaba lo primero que se encontraba – ¡Siempre he dicho que se tenía que poner vigilancia como en los otros institutos

-No se necesitaba, aquí sólo había cinco cazadores, y las misiones eran esporádicas – trató de razonar Maryse con él – pronto traerán el equipo, cálmate Jace

-¡Tuvo que llegar antes! – gritó y en eso un grupo de jóvenes ingresó observando el instituto – ¡Novatos! Tendrán su primer misión – se dirigió a ellos con el rostro exaltado – deben encontrar a ésta chica – se acercó a la mesa agarrando la foto del expediente de Clary – es máxima prioridad

-Pero... – habló uno de ellos señalando a la comandante

-Asumiré las consecuencias – le dio la foto a uno para que la fueran pasando – es máxima prioridad...

Las palabras quedaron cortadas por su nombre en una exclamación.

-¡Jace! – la pelirroja se arrojó a sus manos – lo hice ¡Lo hice! – dio unos pequeños brinquitos – estaba acorralada por esos horribles demonios que te atacaron y no se como pero lo logré – habló bajo para que los demás no la escucharan – ¡Tenemos la copa!

-Muy bien Clary, ¡sabía que lo lograrías! – le acarició el cabello –

De pronto el tiempo se hizo lento, como si se degustara la escena que estaba por suceder, Clary miró la bolsa en donde estaba la copa justo en el momento en que Alec entraba con Beth en brazos, la chica ya era un poco más consciente de su cuerpo y pidió al chico pelinegro que la bajara un momento.

Clary estaba contándole a Jace sobre el demonio que había adoptado su forma, justo cuando Elizabeth se agarraba del barandal aspirando fuertemente para que su cuerpo se oxigenara y la cabeza dejara de darle tantas vueltas, Alec estaba apoyando su mano sobre su espalda viendo a Clary y Jace platicar, e Isabelle ya había advertido la llegada de los chicos.

Apenas habían entrado en su campo de visión guio sus pasos hacia ellos al notar el rostro y la palidez de la chica, los nuevos estaban siendo recibidos por Maryse mientras les ofrecía una disculpa y les informaba de la peligrosa misión en la que habían estado.

Y todo se detuvo.

-¿Cómo sabías que no era yo? – preguntó con una sonrisa de medio lado – el parecido debió ser extraordinario

-A veces te escucho – levantó los ojos mirándolo con intensidad y la adrenalina corriendo por su cuerpo – me fijé en los pequeños detalles –

-Es bueno saber que...

Y fue ahí donde los murmullos que estaban alrededor de toda la habitación cesaron.

La pelirroja se había abalanzado sobre los labios del rubio, mientras que desde el barandal Elizabeth había alzado la mirada al sentir que la mano de Alec ya no se mecía sobre su espalda tratando de aliviar los escalofríos que la recorrían y ahí estaban.

Cual postal de enamorados el rubio ceñía sus brazos sobre la estrecha cintura de la pelirroja y ella lo tenía agarrado del cuello como si pudiera irse a algún otro lado.

Fue entonces, que el tiempo avanzó tratando de recuperar lo que había detenido, la rubia se desvaneció golpeando su cabeza contra el barandal dejando un rastro de sangre, Alec la tomó en brazos y cuando la pareja se separó del beso al oír la conmoción giraron el rostro, logrando ver sólo una cabellera rubia meciéndose por uno de los pasillos en los brazos de Alec y la mirada seria de Isabelle antes de seguirles rápidamente. 

De Ángel a Demonio (Tomo 1 La Hija de Sammael)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora