Para ti, mis mejores deseos [Libro 1]

06/21 Hikaru Matsuyama

Advertencia: un poco de BL no hace daño ¿no? Aunque lo intente(?) epic fail xD

Arte de Sunin (@t_sunin en Twitter)

Y pensar que hoy estaria lloviendo asi como ayer, pero veo que hoy seria un dia en el cual no me esperaba... 

Mis amigos del Furano, mis compañeros de la seleccion hasta algunos colegas se han reunido para darme esta sorpresa de cumpleaños, lo cual hasta yo mismo me habia olvidado. Reconozco algunos rostros como el de Oda, Wakamatsu, mis hermanos del Furanto como los chicos de la seleccion nacional como los Tachinaba, Soda, los novatos Nitta, Sano y Sawada y hasta la gran figura de la espalda de Jito y las idioteces de Ishizaki que se le ocurria cada vez que se peleaba con Kazuo (¿o es Masao?) o con los chicos del Shutetsu. 

Y claro, hasta Wakabayashi, quien haya tomado la molesta de viajar desde Alemania para felicitarme (aunque igual de otro motivo de venir hasta Japón solo por coincidencia, si claro...), pero hay algo que me inquieta aunque no lo admitiría... 

Hyuga no estaba ahí... 

Tampoco no es que me moleste por no venir; está claro que es difícil a pesar de tener asuntos con su equipo en Italia y todo lo demás. 

No es que me importe pero al menos el ambiente es bastante tranquilo cuando no está él... 

A quien engaño, la verdad es bastante solitario y aunque no lo admite, lo extraño... 

"Ojala que estuvieras aqui..." 

Al ver el cielo estrellado al caer una estrella fugaz, cierro mis ojos y en silencio pido un deseo sin importar lo difícil que fuese. 

"Desearía que Hyuga estuviera aqui..." 

Al no darme cuenta unas cautelosas manos rodearon mi cintura, y con instinto (o más bien imprudencia) golpeo con el codo hasta soltarme, cayendo del otro lado. 

De pronto el extraño (aunque familiar) sonido habló:

– Carajo Matsuyama, recuerdame que antes de acercarme a ti, no deberia comer primero. Eso dolio, maldito idiota. 

– ¡Qué demonios, ¿Hyuga?! ¿Qué haces aquí? 

Es como si el deseo se haya cumplido de la nada al verlo enfrente de mis ojos; es verdad que Hyuga haya cambiado desde la última vez que nos vimos y más en su estancia en Italia. Y claro, de nuevo en su faceta de malo no haya salido de su sistema por mucho. 

Hablamos mucho, de cosas de futbol era siempre lo que hablamos, peri recordando que no podia salir de Italia a debido con el campeonato y eso pero por qué de molestarse en venir a verme pero pensandolo bien eso no debe importarme ahora. 

A pesar de todo, me alegra de verlo una vez más. Sosteniedome cómo si fuese algo que atesora mucho, susurrandome al oido dulcemente. 

– Feliz cumpleaños, Matsuyama... 

Fue inesperado y sorpresivamente conmovedor al mismo tiempo. 

Y por primera vez sentí que con él a mi lado es más que suficiente.