Un Sueño Para Sabrina

Sueños rotos

-Sueña lo posible o lo imposible, sueña comienzos o finales, sueña miedos o anhelos, sueña metas o prototipos, sueña ideales o pesares, sueña idilios o posibilidades, no importa qué sueñes, pero sueña

Aquellas fueron las palabras que más le habían marcado en esa visita a la terapia, era su primera vez en terapia de grupo y estaba la psicóloga hablando del tema, todos allí eran mudos a excepción de la psicóloga y eran oyentes magníficos, pero la única que no sabía lenguaje de señas era ella, sus clases empezaban dentro de dos días y la psicóloga le traducía en voz alta lo que sus compañeros decían.

Es que esa fue la conclusión que dio una chica de unos 15 años a la cual se le veía cansada, agotada, como si ya no pudiera más ni consigo misma

Días más tarde dejó de venir, al poco tiempo se enteran que se suicidó, vaya infierno en el que estaba, tenía que aprender a comunicarse de una vez por todas, empezó a asistir a las clases de lenguaje de señas y fue cuestión de tiempo para lograrlo.

Entonces pasó lo peor, la disquera la demandó por incumplimiento de contrato,  en qué maldita cabeza cabía demandar a alguien por incumplimiento de contrato cuando tuvo un accidente que le quitó el medio por el cual cumplía el trato ¿qué clase de mente retorcida estaba tras esto? ¿fue acaso ese el plan desde el principio? ¿Cómo pagaría un abogado si aún estaba en recuperación y no tenía más ahorros? Tampoco tenía como para demandar, era hacer eso o comer, de haber sabido que ese sería el peor año de su vida, no habría hecho hasta lo imposible porque la declararán capaz de sobrevivir sola.

Es que después de todo se dio cuenta de que se había perdido de lo mejor de mundo, contacto humano, por favor, tenía 18 años y más allá de su nana, pasó sola toda su vida porque quiso, se apartó del mundo entero por la música y no tenía más que arrepentimiento, ahora quedaba el dilema de estar incompleta, si nadie la quiso siendo una persona completa, quién lo haría ahora.

Fue entonces cuando todo siguió empeorando, no le quedó de otra que pedir un préstamo, pagó el abogado y contra demandó, sin embargo, el abogado de la disquera le echó la culpa, dijo que era su deber revisar que todo estuviera al día, al final del cuento, era ella quien usaba el vehículo y quien lo estrelló, entonces el juez falló a favor de la disquera y todo cayó.