5.Año después

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Más de un año había pasado, y Azazel se encontraba ingresado en un hospital debido a una simple gripe que se había vuelto una seria neumonía. Entre los análisis que le hacían estaba también el de cáncer, que suponía dar negativo debido a que se creía invencible por ser un joven atlético, en excelente forma, que nunca había tenido síntomas ni malestar alguno. Pero el cigarrillo y el humo que corría todas la noches por sus venas en esos lugares oscuros a los que iba a recoger sus conquistas de la noche, habían causado por fin estragos en su salud.

Tenía un cáncer de pulmón incurable. Los médicos le ofrecieron una estadía lo más placentera posible, pero su muerte iba a ser lenta y dolorosa. Estas células cancerígenas iban a crecer hasta ocupar todo el espacio restante dentro de sus pulmones, dejándolo inspirar cada vez menos oxígeno que finalmente iba a ser fatal, e iba a morir asfixiado. Era como ahogarse, incapaz de incorporar una suficiente bocanada de aire, desesperado por sobrevivir, solo que en un proceso mucho mas lento, no podía sacar su cabeza fuera del agua y sin duda sería mortal.

Azazel se sentía destrozado completamente, su mundo tal y como el lo conocía se le venía abajo, su vida había sido un desperdicio hasta ese momento y a pesar del tiempo que le dieran de vida, mucho no podía mejorar. Había perdido toda oportunidad de enmendar su error, de recuperar su felicidad por mas de que no hubiera podido hacer nada con ella.

Recordó con ira entonces aquella joven, que la condenaba causante de su sufrimiento. No sabía porque ella tenía algo que ver con aquel cáncer, pero si que su advertencia no podía ser una casualidad.

Solo como nunca, postrado en la cama de aquel lánguido hospital, en medio de tantos lamentos y maldiciones, recordó aquel número, ¿Cómo podría tener una segunda oportunidad al llamar a aquel misterioso número que no sabía nada de su procedencia?, ¿Cómo?; no lo sabía, pero no tenía nada que perder al intentarlo. De todas maneras, ya estaba muerto.

Saco su teléfono y comenzó a llamar a aquel número. No sabía que esperar, pero al menos quería saber quien era la causante de su desgracia. Una voz grave, casi inhumana contesto del otro lado de la línea: 

OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora