capitulo 2

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Hoy había salido desde muy temprano de la cabaña. Quería aprovechar el día al máximo para entrenar como debía, siempre eran cinco horas diarias, o si no te parecía suficiente eran nieve o más.
El día estaba totalemente caliente, tanto que tuve que sacar tres botellas repletas de agua, lo malo era que si quería mas tendria que ir de nuevo a la cabaña y sería veinte minutos de regreso. Me adentre al bosque donde hubiera un poco de sombra, descargue la mochila que llevaba puesta en la tierra. El lugar estaba fresco, algo bueno para mi

Saque con lo que entrenabamos en el templo, todas las armas que usabamos, antes de usarlo con los demas lo hacíamos con troncos o algo duro, una vez que los teníamos dominado ya lo podíamos usar en los demas.

Saque una cuerda de metal no tan larga era perfecta para todo tipo de brazos, tenía un largo de unos trece centimetros. La giré lejos de mi rostro y una vez ya mis manos calientes empezó a moverla y estamparla contra un tronco, si la sabías emplear no con mucha fuerza no lastimarias, si esto roza la piel de manera brusca puede que te arranqué un pedaso, si la usas no tan fuerte, sólo raspara.

La movía en círculos para medio tener la fuerza con la que la iba a estrellar y al tener la que quería volví a descargarlo contra el árbol. Después de veinte minutos haciendo lo mismo, decido cambiarlo, ahora intentó moverme rápido como si de verdad estuviera en una pelea. Me alejo unos cuantos metros y corro al tronco, imagino como si alguien estuviera ahí, sólo esperando el ataque, me agacho he imagino que sus pies están cerca de la raíz y es ahí donde pongo de nuevo la cuerda metalica.

Este día sólo decidí usar la cuerda ya que siempre fue más dificultad para mi. A lo de las doce del medio dia, decido dar una vuelta trotando por alrededor del lugar. Agarró mi maleta y la pongo en mi hombro y empiezo con el trote. Esto es horrible una vez que el cuerpo se vuelve flojo, lo malo es que tendré que hacer esto todos los días por un tiempo de media hora.

El sol empieza a salir más aún quemando mis hombros y parte del cuello. El lugar es cada vez más grande, observo los árboles con sus frutas colgando y uno que otro cultivo con más fresas y tomates. Este lugar esta sólo así que si robó algo no creo que alguien lo noté. Primero me acerco a la tierra y desprende unos tomates ya salidos, los guardó en mi bolso y decido treparme al árbol
Mis pies resbalan pero hago fuerza con mis manos he impido caerme, me agarro de las ramas y me impulsó. Una vez arriba agarro unos cuatro bananos y como empiezo a ver como los campesinos empiezan a llegar, de un salto caigo de nuevo al suelo sintiendo la tierra húmeda con mis manos. Al caer, cai mal y ahora uno de mis pies me duele como si no hubiese un  mañana, salto en un sólo pie a ver si así avanzó un poco, pero me es inútil, mi opción es poner el pie en el suelo y mentalizarme a caminar. Las personas están más cerca, así que apoye en pie y empecé  a correr, no fue buena idea ya que después de unos cuantos metros no resisto y caí.
Me levante rápido ahora si apoyandome en un sólo pie camine a la cabaña. De vez en cuanto intentaba caminar con juntos pero con esto sólo empeoraria más la situación de lo que ya esta

En la noche me dolía demasiado el pie y aunque le haya puesto hielo no sirvió, esta hinchado más de lo que de debería, por mi mente pasa la idea de ir al pueblo a que me soben pero conociendo a ese gente me sacarán hasta lo que no hay. Recuerdo que cuando me lastimaba el señor, William, el duelo de esta cabaña, sacaba unas plantas verdes, según el medicinales. Después de aplicarlas con sus manos movia delicadamente la son a afectada. Ayer después de que llegué busqué las dichosas plantas, no recuerdo su nombre pero su forma claro que si. Me levantó de mi cama y camino a la cocina, agarró las plantas y en un recipiente de plástico que tenía, las hago puré. Camino de nuevo a mi cuarto y me siento en la cama, unto la crema y suave comienzo a masacrar el área, esto duele más de lo que recuerdo. Si entiendo el dolor no paró hasta verlo un poco más desinflamado, pongo el recipiente en el suelo y me acuesto rendido.

A la mañana siguiente muevo mis pies pero no siento el que me dolía, miro hacia abajo y veo que esta peor que ayer, lo tocó con las yemas de mis dedos y duele aún más, al parecer lo que hice lo empeoro. Me levantó y al apoyar el pie cai por no emplear bien el otro pie, esto me costará días de mi entrenamiento, y todo por a ver saltado del arbol.
Mi única opción era ir al pueblo, lo malo era que no tendría con que pagarles, el poco dinero que traje lo quería usar en otras cosas, tal vez busque en las cosas que traigo conmigo a ver si encuentro algo de más valor. Me agachó y sacó la maleta que esta debajo de l cama, y saque una pequeña Ballesta, es un arma parecida a un arco sólo que la Ballesta tiene de donde agarrar.

Sacó todas las armas con el poco de ropa que tengo y estas las pongo en la cama y las cubro con la sábana, guardo la ballesta en el bolso y lo dejó en la entrada, entró a la habitación que era del señor William y en su armario busco unas muletas. Recuerdo que el tenía unas, ya por la edad tuvo que comenzar a usarlas, en sí me alegro de no botarlas después de que el murió.
Las agarró y una vez en la puerta agarró la maleta y me la pongo sobre los hombros para abrir la puerta de madera gruesa y salir

War To WarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora