Confianza y confusión

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-Bien -contestó- pero -hizo una pausa- ¿Quién era ella? -le preguntó con la esperanza de que le contestara su amiga. Aunque esa esperanza se esfumó al escuchar a la rubia

-¿Sabes? Me dijeron mi nota de literatura -informó. Su amiga enseguida se interesó

-¿Cuánto sacaste? -preguntó interesada

-Pues un 9.9 -respondió llevándose su mano derecha a su nuca

-¡Pf! -la mayor intentaba aguantar la risa, no pudo. Se rió

-¿Qué hace tanta gracia? -preguntó la menor un tanto enojada. La rubia se tranquilizó para poder hablar

-Es que, mira que sacar un 9.9 en vez de un 10 o 9.5

-Ya... pero lo aprobé -dijo con una sonrisa- y lo mejor, no hace falta que haga otro exámen de esa asignatura -se alegró al recordar aquello

-Sí, eso va a ser lo mejor. Te felicito Rinny -dijo sincera abrazándola, la otra correspondió enseguida con cariño.

Parece mentira que en tan poco tiempo haya podido tener otra amistad, que parece ser una honesta y no engañosa. Aún a la pequeña le fascinaba con cuánta facilidad podía realmente tener amigas.... pero... otro tipo de pensamientos inundaban su mente. Unos que le daban ganas de llorar. Pero no lo hizo, no podía desmoronarse ahora, y menos con su amiga al lado.

Entonces la mayor se separó de ella rompiendo la conexión, y la menor se le quedó mirando.
La rubia con el cabello atado, empezó a comer una fruta amarilla que tenía en un bolsillo.

-¿Quieres? -preguntó la mayor, pues, la pequeña sin notarlo, se había quedado mirando cómo comía la rubia.

-Bueno.... -se lo estaba pensando.

-Tengo otro, normalmente suelo traer un plátano, pero, accidentalmente puse 2 -comentó.

-Está bien -aceptó finalmente.

-Ten -ofreció Lenka. La oji-azul cogió el plátano, le quitó la cáscara y empezó a masticar para luego tragar. Y así pasaron el recreo, comiendo ambas un plátano y hablando de temas triviales, para conocerse menor. Claramente, Lenka intentaba sacarle información a su amiga para saber qué pasó antes. Pero, no lo consiguió en ningún momento.

Por mientras.

Estaba una peli-acua charlando con su pareja.
El ambiente era alegre.
Ella estaba contenta.
Él a veces se reía por las tonterías que ella comentaba.
Todo parecía perfecto. Si tan sólo la peli-acua supiera que él realmente no estaba feliz.
Se encontraba mal, triste, inútil, un completo idiota por haber hecho que su querida hermana se fuera de la casa.

Y claro, este tipo de cosas le pasaba por ser algo orgulloso.
Siempre lo fue. Como su padre. Aunque su padre era peor...
Pero, al menos su padre castaño no hechó a su hermana de la casa. Ni la hizo llorar.
En cambio, este rubio sí.

Mira que era inútil, o al menos, así se sentía él.
Tenía la necesidad de arreglar esto, la pregunta era ¿Cómo?
¿Cómo haría para que Rin volviera con él?
No lo sabía, pero, tendría que hayar una solución, la hechaba de menos.

-Y bueno... eso fue lo que sucedió y -la chica dejó de hablar para hecharle un vistazo a su pareja- ¡Rinto! -gritó algo furiosa.

Una triste historia más [Rilen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora