Capítulo 08

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La noche era oscura y muy fresca, Aruko se había levantado debido a una inesperada sed y hambre, no le sorprendió porque estaba embarazada algo que conocía muy bien. En la noche había sirvientes que trasnochaban por si deseaba algo su reina.

Y los alimentos finamente hechos y calientes eran puestos en la mesa, de la habitación de al lado donde se quedaban a dormir sus pequeños.

Su vientre creció, pero no era algo nuevo, ya sabía cómo manejarlo, ahora con cuidado tomaba sus alimentos y se los dirigía a la boca con elegancia. a pesar que odiaba las clases de etiqueta y otras parecidas, no podía negar algo que ella era, una reina.

Como si algo supiera de su asaltante pasado, invadía en su mente, una sirvienta le acerco un teléfono y pudo escuchar la voz de su amado.

-Buenas noches. -con solo sonido de su voz, apaciguaba todo de su ser y sonrió.

-Buenas noches, amor. -corazones salieron de la cabeza de Aruko, las sirvientas que estaban cerca sonrieron levemente. No era un secreto que tenían un gran amor mutuo, aunque no debían revelarlo a nadie que no fuera de la familia.

- ¡¿Qué tal te ha ido?! -pregunto interesada Aruko mientras tomaba un bocado de comida animada.

-Bueno, ha estado un poco movido y...-chasqueo la lengua cuando recordó el idiota que se encontró en la mansión y sospechaba sobre Aruko.

-Alguien descubrió algo ¿verdad? -pregunto preocupada ahora.

-Si, pero lo calle rápido, además no fue por eso que me molesto sino porque...

-No tienes que decirme si te enoja con solo recordarlo. Ahora ya está callado y no puede hacer nada.

-Eso es lo bueno. -de repente se escuchó que algo caía del edificio y una explosión acompañada con un familiar grito.

-Por otra parte, va bien todo. -Aruko se levantó de su asiento y se acercó a la ventana para ver el mar que estaba completamente oscuro con un farol que iluminaba revisando el área.

-De maravilla, solo toca que ellos terminen y ya habrá pasado todo, terminare con mi padre. Luego iré a la Isla Catafalco y después a la Península Ibérica.

-Bueno cariño, que tengas éxitos.

-Si, al parecer ya terminaron ellos. -un botón que tenía cerca con una luz roja se volvió verde, Elena le mando la señal que ya estaba limpio todo, perfecto para que el entrara.

-Si, contigo siempre lo tengo. -sonrió no queriendo colgar, parecían adolescentes y no un matrimonio con hijos.

-Te amo.

-Y yo también te amo. -respondió Aruko sonriendo. La comunicación se corto, una sirviente acerco un balde de agua con hielo y ahí metió el celular Aruko.

No podía hablar tan seguido por la seguridad de ambos y debía de deshacer rápido de la evidencia que hubo.

Tsuna lo hizo cenizas con su mano y lo dejo en el cenicero del carro. Bajo abrochándose su saco, en el momento que pasaba la calle, llegaban cuatro camionetas negras y se estacionaron por la calle en la entrada del hotel.

-Ya saben qué hacer. -les dijo a los conductores, la puerta principal era abierta por una persona, hizo una reverencia a Tsuna susurrando "su majestad"

En el piso ya había unos cadáveres y sangre en la recepción con unas personas de limpieza empezaban a limpiar cerca.

-Bienvenido su majestad. -una recepcionista vestida muy elegante, se había hecho a un lado donde la pared se abrió dejando ver un elevador personal. -Su cena estará lista en unos minutos.

Nuevo Terra (Katekyo Hitman Reborn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora