Especial Familiar

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Unos días previos de la reunión de Dino Cavallones y Sawada Tsunayoshi, en la mansión donde se hospedaba la bella Aruko y sus hijos.

Como una avalancha, sus hijos llegaron a lanzarse a las piernas de Tsunayoshi siendo pequeños apenas sintió un golpe, tuvo que sentarse en el suelo para poder abrazar a sus cuatrillizas y los gemelos que apenas podían caminar.

Cedric que había estado a lado de su padre en todo momento, corrió a las manos de su madre que sonrió a ver a su primogénito, sobra decir que fue una reunión conmovedora digna de retratar en una pintura.

- ¡Bienvenido cariño! -le dio la bienvenida Aruko, fundiéndose en los brazos de su esposo, que conmovió a Tsunayoshi por la forma tan dulce de sonreír.

-Estoy en casa, mi amor. -respondió dándole un beso en la cabeza. Sus hijos solo se limitaron a ver a sus padres abrazarse.

- ¿Ha pasado algo nuevo? -pregunto Tsuna aun abrazando a su esposa.

- ¡Te presentare a los trillizos! -exclamo feliz Aruko haciéndose un lado.

Las niñeras que eran unas seis, con una carriola antiguo individual de color blanco, algo que solo familias de mucho dinero podían tener, mejor dicho, de la realeza.

Tsunayoshi la primera vez que lo vio, pensó que era viejo e inseguro para los bebes, cuando nacieron las cuatrillizas, pero Aruko le explico que era una tradición familiar y como eran de la realeza era una obligación que fueran de ese modelo.

Tsunayoshi se acercó al trillizo que tenía trajes con estampado japones, cada uno con colores diferentes, tenía ojos grises, como había oído de Aruko por teléfono cuando nacieron y los pudo ver por video llamada. Sus ojos eran grises como la katana.

Tenía razón su madre en darle nombres de samurái famosos, históricos, mejor dicho.

-Vaya, son rubios. -comento Tsunayoshi al ver en sus cunas a los trillizos que abrieron los ojos al ver a un hombre, con solo semanas de nacidos, ellos estiraron las manos para poder llegar a él y de una forma, balbucearon para poder comunicarse de la mejor forma posible.

- ¡Te reconocieron! -sonrió satisfecha Aruko, era la misma reacción de todos sus hijos al nacer, reconocieron a Tsunayoshi.

-Bien, debemos tener nuestro almuerzo familiar. -exclamo Tsunayoshi, con diferentes manos, agarro la mano de sus bebes que extendieron sus manitas que tenía guantes para evitar que se lastimaran su rostro, pero al ser tres, al de en medio se acercó con su nariz.

Rio de tal forma adorable, al tener la dicha de tocar el rostro de su padre, como si fuera el consentido del momento.

Ya en el comedor principal que estaba modificado para que comieron todos, los bebes tomaron sus biberones de leche materna de Aruko con la ayuda de las niñeras.

-Me recuerda cuando alimentaba a Cedric. -comento Tsunayoshi al ver a los tres tomando su biberón.

-¡Ahora soy grande! -decía orgulloso Cedric, aunque tenía algunas manchas de la salsa de tomate en su babero, acaba de comer.

-Si, eres todo un hombre. -rio Tsunayoshi al comentario de Aruko que limpio a su pequeño.

-Eso me recuerda, hace poco de Halloween, ¿Qué hicieron? -pregunto Tsunayoshi al ver a sus pequeñas que comían con sus cucharas y a su lado tenían a su niñera.

-Yo me vestí de tigre. -respondió Byakko, mostrando sus colmillos que habían salido, y sus orejas de gato que eran pequeños que parecían de adorno.

-Yo hice calabazas con mama. -dijo Genbu que tenía sus ojos verdes emocionados por mencionar todas las formas que había hecho.

-Yo comí muchos dulces. -dijo orgullosa Seiryu que podía ver unos cuernitos.

Nuevo Terra (Katekyo Hitman Reborn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora