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*Riiiiiiiing*

Un suspiro salió casi sin pensarlo de mi boca, sabía lo que significaba perfectamente aquel sonido que retumbaba, era mi última clase en aquel instituto que tantos momentos me había dado. Esto suponía no volver a ver a la mayoría de mis compañeros pero sobretodo a uno en especial. Había llegado la hora que tanto había querido que retrasar; olvidarme de javi.

Llevaba enamorada de ese chico desde que apareció en mi vida como un huracán al comenzar bachillerato, claro que teniendo novia, no esperaba mucho del moreno de ojos claros que me atrajo desde primer momento, sin embargo este insistió hasta que caí rendida absolutamente.

En estos dos años mi vida ha girado en torno a él y sus idas y venidas ya que nunca ha tenido claro que quería. Hablándome con miles de escusas cada vez que estaba mal con su novia para que volviera a caer y como no, dejarme tirada en el último momento porque al fin y al cabo le quedaba algo de conciencia.

Rapidamente yo acudía a mi mejor amiga, Sabela que sabía la historia desde el principio y la que siempre me animaba a pesar de caer en la misma piedra una y otra vez. Me sentía completa teniéndola a ella.

Era el momento de cambiar, tenía todo un verano de por medio y por si fuera poco nuestras vidas se separarían por completo al hacer carreras completamente distintas.

-¿Vamos?- Me dijo Sabela con una media sonrisa y reteniendo alguna que otra lágrima.

Nos conociamos desde tercero de primaria y desde entonces no había año en el que no estuvieramos juntas en la misma clase, sin embargo éramos conscientes de que este año cada una elegía su camino académico; yo estudiaría educación primaria y ella psicología.

Abracé a mi mejor amiga con mi impetud natural y le repetí que todo iba a ir bien por décima vez en lo que llevábamos de día. No iba a ser fácil pero nos acostumbraríamos a no volver a la que ha sido nuestra segunda casa durante toda nuestra adolescencia.

Tras el largo trayecto llegué a mi casa y lo primero que hice fue tirarme en la cama, todo había terminado o al menos, de momento.

Al día siguiente me desperté con una energía mañanera muy rara en mí, tenía claro que quería centrarme en mis estudios y alcanzar la nota que tenía que sacar en selectividad para entrar en mi carrera.

Me vestí con unos shorts y una camiseta básica, recogí mi abultada melena con un moño y esperé en mi portal a Sabela y Marilia para dirigirnos a la biblioteca.

Pasamos la tarde entre apuntes y más apuntes, con risas, estrés e incluso lágrimas por el miedo a no conseguir nuestro objetivo.

-Mamma mía- Escucho a mi amiga susurrar saliendo del pasillo de la biblioteca. Estaba claro que el punto fuerte de Sabela nunca fue disimular.

Yo perdida en mis asuntos vi a lo que se refería al levantar mi mirada. Un chico moreno de elevada estatura se dirigía a la dirección que nos encontrábamos y he de reconocer que no estaba nada mal.

-¿Has visto cómo te miraba?- Me preguntó, esta vez Marilia.
-¿Qué dices?- Contesté de lo más normal, lo que menos necesitaba ahora era descentrar mi atención.
-Mejor vámonos para dentro que el descanso de 10 minutos se va a convertir en media hora como sigamos así.- Dijo Sabela de manera divertida.

Los días continuaron así, no había vuelto a saber de la existencia de ese chico y tampoco tenía mucha intención de ello.

A falta de dos días para selectividad estaba más atacada que nunca. Llegué a las 9 de la mañana la biblioteca, esta vez sola, esperando allí a mis fieles compañeras de estudio.

Me disponía a ponerme mis cascos cuando de repente escucho una voz muy familiar, demasiado diría yo.
-Mierda- Susurré. No había más salas  en toda la biblioteca que Javi tenía que entrar en la mía. ¿Cómo voy a olvidarme yo así?

Se acercó lentamente a mí y me intentó asustar pensando en que no le había visto, esbocé una pequeña sonrisa. Al fin y al cabo nunca nos habíamos peleado, ni siquiera habíamos mostrado nuestros sentimientos por completo, no había motivo para tratarle mal a pesar de nuestros distanciamientos.

La tarde se pasó rápida y ya llegaba la hora de irnos. Iba metida en mis pensamientos mientras mis amigas comentaban algo de la asignatura de historia cuando un leve golpe me sacó de ellos. Era él otra vez, el chico moreno del otro día volvía a estar ahí.

-Perdón- Me dijo esbozando una pequeña sonrisa. -Selectividad me tiene un poco perdido.
-No pasa nada, creo que todos estamos un poco igual. - Le respondí con la misma sonrisa que él.
-Por cierto soy Carlos, tú Julia ¿Verdad?
¿Cómo sabía mi nombre si era la segunda vez que nos veíamos?
-¿Cómo lo sabes?
Me señaló la cadenita de plata que llevaba en mi cuello donde ponía mi nombre, seré tonta.
-¡Julia!- Escuché a Marilia gritarme desde la puerta de la biblioteca- que te quedas atrás.
-Encantada Julia, ya nos veremos.
-Adiós- Me despedí con una leve sonrisa.

Aceleré el paso hasta reunirme de nuevo con mis amigas a las que se habían unido Javi y Alejandro.

-¿Qué, un nuevo ligue?- Preguntó Marilia con sus ojos puestos en mí.
Sabía perfectamente que lo hacía por la presencia de Javi el cual tenía cara de pocos amigos.
-En eso estaba pensando yo- Dije riéndome.
Y allí se quedó la conversación, no estaba nada mal aquel moreno, por no decir que estaba muy bien, pero lo que menos quería ahora era pensar en ello y menos con Javi aún muy presente en mi cabeza.

Algo me decía que no iba a ser la última vez que viera a ese chico.

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Hola!! Me he animado a hacer esta novela aunque soy completamente nueva en esto así que espero estar a la altura, que me perdonéis por los fallos y que si os gusta votéis.🥰

Cualquier cosa que no entendáis podéis dejármela en los comentarios. Gracias por leer y espero contar con vuestro apoyo.🌸💗

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